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UN INFIERNO BONITO

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ASALTABA EN LA COLONIA 11 DE JULIO

 

Un ladrón solitario, que vive en la colonia Minera, había encontrado su minita de oro, salía por las noches, se escondía en las calles oscuras, y cuando alguno que iba solo pasaba, le caía como abonero en quincena, le quitaba lo que llevaba, y se pelaba corriendo; al día siguiente cambiaba de lugar, lo hacía en el puente, ya tenia varias acusaciones pero no daban con él, pensaban que era un fantasma ladrón, porque robaba en lugares donde no hay luz y vestía de negro; las víctimas sólo veían la silueta.

Pero se le cayó el teatrito cuando lo quiso hacer frente a la colonia, sobre la carretera que va a Tulancingo. La noticia se había corrido como reguero de pólvora, y los vecinos habían hecho un toque de queda a las 9 de la noche, solamente pasaba por la colonia la gente que salía de trabajar, y cargaba un cuchillo por las moscas.

Algunos ex mineros se juntaron para hacer un grupo de guardias, y recorrer toda la colonia de cabo a rabo, pero como no consiguieron escopetas, le sacaron y mejor no le entraron al toro; como esta colonia pertenece al municipio de Mineral de la Reforma, algunas de las víctimas habían ido a poner su denuncia al Ministerio Público, pero a veces estaba ocupado y los mandaba a que fueran a la colonia La Providencia.

El viernes pasado don Agustín, que era un señor muy bravo, que dijo que el no le tenía miedo ni al diablo, a las 10 de la noche se iba a subir el puente para llegar a la colonia, cuando escuchó una voz que le dejó paralizado, y le sudó la cola, sintió algo que le picaba la espalda, y un grito lo hizo estremecer: “Sigue caminando y no la hagas de pez”. Lo recargo contra la pared y le dijo que le dieron todo lo que traía de valor.

Le entrego su celular, su cartera, cuando de pronto lo salvó la campana, vio unas torretas de la camioneta patrulla de la policía; le dio un aventón al ladrón, y se les atravesó a pararlos, que por poco se lo llevan de corbata; les dijo que lo acaban de asaltar, que el ladrón era el que iba corriendo. Los uniformados, en un dos por tres, lo alcanzaron y lo capturaron.

Les dijo que se llamaba Julio César Pérez, de 27 años de edad, vecino de la colonia 11 de Julio. Antes de subirlo a la camioneta patrulla, bajó un policía con una cartilla en la mano, y se la leyó: “Debemos portarnos bien para que no caigamos en las mazmorraras, y se deben de cuidar los unos a los otros, para hacer un grupo de buenos vecinos, ya ven lo que le paso a Dimas el buen ladrón, también lo crucificaron”.

Luego bajó otro de los uniformados, y le dijo: “siendo las 9 y media de la noche del miércoles 17 de junio, encontramos a un individuo del sexo masculino que corría tratando de burlar a la justicia, pero fue detenido y lo vamos a llevar como supuesto asaltante”; y de las greñas los subieron, llevándose a la víctima para que de una vez, levantara la denuncia, porque luego se hacen patos y no van.

Quedó a disposición del MP, encerrado por asalto a mano armada. En el informe de los uniformados, dijeron que el asalto fue frente a la colonia 11 de Julio, que en las inmediaciones despojó de su celular y le quitó dinero a un ciudadano de nombre Agustín, mejor conocido en el bajo mundo como “El Querreque”. De inmediato al alcanzarlo, lo pasaron a la báscula y le encontraron el celular y 65 varos que llevaba la víctima. Dijeron que no le encontraron armas, en el asalto metía la mano por la cintura, como si sacara pistola o cuchillo, pero el dedo se lo ponía en la espalda. Lo robado fue devuelto al dueño.

 

SE LLEVARON AL BOTE A UN MARIDO GOLPEADOR

Víctor de Jesús Gómez Labra, de 20 años de edad, lo agarró la policía porque le puso a su vieja una madriza de perro bailarín, y tenía una pistola en la mano, con el dedo en el gatillo, y de una vez se la quería echar al plato por rezongona. Eran las 10 de la noche y en barrio de La Surtidora se armó un desmadre. Víctor se volvió loco, le pegó a su señora y la quería pasar por las armas, ya la había puesto contra la pared para soltarle el plomazo.

La salvó la policía, y vieron que la señora tenía la cara roja, embarrada de sangre, parecía una porrista de los Diablos Rojos del Toluca. La mujer, del susto y de los madrazos, estaba al límite de su resistencia, a punto de caer desmayada; señaló a su viejo, que le había pegado, y estiró la mano meneando el dedo, queriéndole decir a los policías que se la quería echar a balazos.

Víctor al ver a lo gendarmes, se echó a correr, pero a unos metros lo agarraron, lo pasaron a la báscula y le encontraron una pistola; le dijo la señora que con esa le había pegado y la quería fusilar. La mujer no quiso dar su nombre porque dice que el borracho tiene mucha familia y puede habar represalias en su contra, que ella estaba mirando los comerciales de la televisión cuando le cayó el chahuistle; en buena onda le preguntó que por qué llegaba muy tarde, que la tenía preocupada.

Su esposo se la quedó mirando muy feo, parece que le salía lumbre por los ojos, y babeaba, la tiró, de un jalón de greñas, y le dio de patadas, donde le cayeran; luego la llevó arrastrando jalándola de las patas, la paró en la pared y le quería vendar los ojos. La señora gritaba desesperada, que no la matara, que la dejara vivir hasta que crecieran sus hijos, porque ella trabaja para que no les falte el pipirín. Y fue cuando llegaron los azules, si no la hubiera matado. Se lo llevaron y le preguntaron que si tenía permiso para matar, y como les dijo que no, se quedó encerrado hasta que arregle su bronca.

 

QUEDÓ CON LAS LLANTAS PARA ARRIBA

Sucedió una impresiónate volcadura de un automóvil que corría a gran velocidad en el boulevard Ramón G. Bonfil, que agarraba como pista de carreras; el chofer quedó lesionado y el coche todo desmadrado, que ya no se lo llevaron al corralón, solo esperaron que pasara el carro de la basura para que se lo llevara. Los hechos ocurrieron como a las 8 de la mañana, a la altura del fraccionamiento San Carlos, en Pachuca.

La unidad Volkswagen Jetta, color rojo, placas de circulación HNN-7306 era tripulada por Enrique Martínez Gómez, de 39 años de edad. Dijo a los policías que le agarró la mano el chango y cuando quiso frenar, fue cuando dio maromas; lo bueno es que llevaba el puesto el cinturón, si no se le hubieran caído los pantalones. Dijeron algunos de los testigos que al ver que el coche estaba con la patas para arriba (perdón) con las ruedas para arriba, pidieron ayuda al 066.

Comentaron algunos automovilistas, que al ver cómo había quedado el coche, pensaron que se había hecho caca el chofer; se acercaron preocupados y con miedo, a ver cómo había quedado, pero al mirarlo que estaba vivo, le echaron una porra para que se animara; y dicen que salió por su propio pie y que pronto va a estar bien. A los pocos minutos llegaron las patrullas, las ambulancias, los cuerpo de rescate, Protección Civil y un montón de uniformados, que se lo llevaron al Hospital General de Pachuca, Hidalgo, Tierra de trabajo.

Pero les dijo que no lo llevaran al nosocomio, que mejor al Seguro Social; mientras que los policías hacían maniobras para poner al coche en posición del misionero, se les había complicado hasta que llamaron al famoso “Timbiriche” que dirigió la obra, y se lo llevaron al corralón.

 

DROGAS Y ALCOHOL EN LA LÓPEZ MATEOS

Las autoridades no ven o no quieren ver, lo que pasa es que se hacen guajes, le zacatitos al conejo, están al tiro porque los viciosos hace unos días golpearon a los policías que les quisieron llamar la atención, pidieron refuerzos pero no llegaron.

Los vecinos de la tercera sección de la calle Plutarco Elías Calles de la colonia Adolfo López Mateos, se han apropiado de ella; han convertido una tienda en una cantina, entran y salen bien mafufos. Los vecinos que se quejan, piden que no se les vaya a salir su nombre porque entonces si se los friegan. Pero la tienda que les digo está en el 105, seguido hay desmadres porque se meten y salen locos.

Los grupos de vándalos están en plena calle, los vecinos han hablado repetidas veces, y se hacen los sorditos, por eso los habitantes de la colonia caminan con miedo a que les den de madrazos o los asalten; a las señoras y chamacas les dicen piropos groseros, y hacen sus necesidades a donde les parece, sin ciscarse delante de los que pasan.

“La policía de Pachuca, que se dice que es muy sácale punta, no hace caso, cuando les dan su queja, les contestan que hay van, pero no les dicen a dónde, estos tipos ocasionan pleitos, robos, asaltos, la calle se ha convertido en un nido de ratas.

“Estamos inconformes, molestos, temerosos porque les hemos denunciado los hechos y parece que hablamos con burros”. Los vecinos de las calles de Plutarco Elías Calles y Adolfo López Mateos viven en peligro constante, parece que están sentados en un barril de pólvora, porque de un momento a otro va a estallar; se van a dar una madriza, vecinos contra vagos, y todo lo que pase se la cargan a los uniformados, que no ponen un hasta aquí con los vagos.

 

LES PEGAN, POR ESO SE VAN

El maltrato que les dan a los menores, hacen que se escapen de sus casas, y luego los familiares andan chillando lágrimas de cocodrilo, porque no los encuentran; deberían de hacer una reforma para que los traten bien. En otros países los niños son el futuro y los cuidan y les dan amor; en México los mandan a trabajar o se los suenan. El Sistema DIF es un refugio de cotorras donde van a pasar la tarde, es todo lo que hacen licenciadas y trabajo social.

Pero vamos a ver qué es lo que pasó con dos humanas de 16 y 6 años de edad que estaban a cargo de su padrino Ignacio Hernández Ordaz, en el municipio de Francisco I. Madero. Lo mejor de todo es que ya fueron localizadas; durante las primeras investigaciones, ellas dijeron que se habían fugado de la casa porque su padrino se las sonaba.

Al saber esto, ambas fueron revisadas y atendidas medicamente, además les realizaron exámenes psicológicos, al ser entregadas por el DIF Estatal a su abuela, que radica en el Estado de Nuevo León, ya que su madre vive en los Estados Unidos de Norteamérica.

De acuerdo con los antecedentes del caso, el 8 de junio del presente año se presentó ante el Ministerio Público de Actopan Ignacio Hernández Ordaz, quien dijo ser el padrino de las menores que viven con él, y que habían desaparecido como conejo de mago, y que estaba preocupado por su seguridad.

Dicha denuncia dio inicio a la averiguación previa que concluyó con la localización de las menores, quienes revelaron el secreto a voces, que tuvieron que escapar de su casa porque el su padrino las maltrataba, y por cualquier cosa les daba de patadas y las nalgueaba.

Por eso las niñas fueron entregadas a su abuela mediante la intervención del DIF, y la procuraduría le dijo al padrino que seguirá con las investigaciones y si es cierto lo que dicen las niñas, se lo van a fregar.

 

A ESTE CUATE LE FUE COMO EN FERIA

Iba muy contento, acompañado de un mecánico, a comprar una camioneta, y que lo asaltan. Qué mala pata tuvo un chofer que fue asaltado con pistola en mano, y bajo amenazas de que lo iban a dejar como coladera, le quitaron 35 mil pesos.

Lo que les cuento sucedió en la entrada del fraccionamiento Campo Alegre, cerca de donde funciona la Expo Feria de Tulancingo. Los delincuentes se escaparon en una motocicleta. Álvaro Octavio Limón Ceballos de 49 años de edad, con domicilio en el municipio de Mineral de la Reforma, muy triste, mirando al suelo, con los brazos caídos, como si le pesaran las nalgas, se dirigió ante el MP a formular una demanda penal.

Dijo a punto de brotarle las de San Pedro, que hace unos días se enteró que Josué Tenorio, conocido de él, andaba vendiendo una camioneta Dodge Ram y se interesó en comprarla.

Lo primero que hizo fue ir al banco para sacar una lana y luego fue a buscar a un mecánico de los buenos, de nombre Juan de Dios García, en Zapotlán de Juárez, para que lo acompañara y le echara ojo, a ver si estaba en buenas condiciones.

Se fueron en un automóvil y justo en la entrada de Campo Alegre, se dio cuenta que dos tipos montados en una motocicleta, le hicieron señas de que se detuviera. No lo pensó hacer pero el que iba atrás, le apuntó con una pistola y se paró y se bajo a ver cuál era el pez. Los hicieron que se pusieran con las manos en alto, los esculcaron robándoles sus pertenecías, y después se subieron en su motocicleta y se fueron hechos la mocha.

Cuando la víctimas se repusieron del susto, porque los vieron decididos a matarlos, fueron a pedir ayuda a la policía, y les contaron con todo detalle lo que había pasado, y que le habían volado 35 mil pesos, más el gasto de su vieja, su celular, su molleja, le quitaron su anillo; y al mecánico, su cartera, y se llevaron toda la herramienta que iba a utilizar para revisar la camioneta que iban a comprar.

gatoseco98@yahoo.com.mx