“Vamos a ver qué nos dice Andrés Manuel”

Conciencia Ciudadana
¿Cómo resolver, finalmente, esos miles de problemas generados por más de 30 años de desarrollo y colapso de las instituciones, el desempleo generalizado, bajos empleos y desaparición de servicios públicos utilizados como política pública?

Comienza a darse un fenómeno impensado hace muchos años cuando vemos el aumento de la presencia de manifestantes frente a la oficina de Andrés Manuel López Obrador, aún antes de que sea oficialmente declarado oficialmente presidente electo, lo que puede interpretarse como una muestra palpable del dicho que afirma que, en la política, como en la materia, no existen vacíos, y que si una autoridad deja sin atender a los demandantes de servicios y atención pública vendrá otra que ocupe su lugar.  
A la colonia Roma de la Ciudad de México comienzan a llegar a diario un creciente número de interesados en “hablar con Andrés Manuel”, ostentando su derecho ganado con sus votos asumiendo el papel de mandatarios que el propio AMLO les ha reconocido no solo en esta elección, sino desde hace años y no solo de palabra, sino de hecho.  
Solitarios o en grupo – algunos acompañados con la familia entera-, se arriman a la entrada de la casona; en ocasiones, con el único interés de saludarlo y tomarse una “selfie” con él al momento en que entra o sale de ahí, o apoyándolo tras las rejas del edificio en sus diarias conferencias de prensa interrumpiendo con sus gritos las conversaciones que tiene con los representantes de los medios de comunicación
En cambio, otros visitantes vencen el frágil círculo de protección para llegar hasta Andrés Manuel como último recurso posible para ser escuchados, comprendidos, atendidos en sus peticiones o demandas; algunas tan angustiosas como imposibles de resolver de primera mano.
-“Nos quedamos sin casa desde el terremoto, mi esposo está enfermo, mis hijos y yo no tenemos que comer.”
-“Estudié licenciatura, maestría y doctorado y nadie me da trabajo, porque tengo más de 35 años. Le puedo ayudar en lo que se le ofrezca, hasta de chofer”
-“Tengo un invento pero no lo he querido vender a los gringos, déjeme que lo pruebe en México”
¿Cómo puede dar respuesta a tales peticiones un presidente que: a) aún no es legalmente reconocido; b) todavía no entra en funciones; c) no tiene dinero personalmente y d) aún no dispone sobre el presupuesto ni maneja aún esa inmensa agencia de empleos en que se convierte el poder federal al inicio de cada sexenio. ¿Cómo resolver, finalmente, esos miles de problemas generados por más de 30 años de desarrollo y colapso de las instituciones, el desempleo generalizado, bajos empleos y desaparición de servicios públicos utilizados como política pública?   
A Andrés Manuel parecen salirle más canas en las canas. Porque no solo esa clase de solicitudes circunstanciales le salen al paso; sino viejas demandas sociales que tiene que resolver no sólo con astucia política, sino con sensibilidad social y hasta por simple sentido de supervivencia política; pues su incumplimiento le acarrearía consecuencias imprevisibles antes aún de tomar posesión de su cargo.
Desde sus zopiloteras, los perdedores –la derecha entera del PRIAN- se muestra satisfecha y hasta complaciente, esperando que “la realidad” – es decir, el estado de cosas construido durante 30 años por las administraciones de “sus” presidentes que echó abajo el estado de bienestar y favoreció la concentración de la riqueza-, obligue a AMLO a dar marcha atrás en las promesas “imposibles” de su campaña, que son justamente las que hicieron que los votantes se decidieran por él para encabezar la “cuarta transformación de la República”.
Desafortunadamente, sus colaboradores -especialmente los de última hora llegados del sector empresarial o de los grupos políticos de dudosa vocación democrática al olfatear su inminente victoria-, no pierden la oportunidad para mandar mensajes encontrados que provocan una comprensiva reacción de los grupos sociales afectados con las reformas y las políticas públicas a las que combaten antes aún que aquellos voltearan a ver a AMLO como una alternativa confiable.
Que si estábamos de acuerdo en que la reforma educativa tenía que caer, ellos matizan lo dicho por AMLO ante los medios. Que si éste aseguró en campaña que el NACM no se construiría en el vaso de Texcoco, ellos salen al paso dando versiones ambiguas, tratando de no molestar la delicada sensibilidad de los dueños del dinero, al justificar lo dicho por el candidato con el argumento que una cosa son las promesas de campaña y otra lo que se haga en el ejercicio del poder.
El propósito de tal estrategia puede ser dictado por la prudencia, pero el resultado difícilmente será el esperado. Debido a su ADN, la oligarquia mexicana no está capacitada para responder más que con el desdén y la soberbia con que tratan incluso a sus propios testaferros, tal y como sucedió al propio Peña Nieto; quien hubo de absorber personalmente la repulsa popular a las reformas estructurales que, si bien él se encargó de poner en práctica, aquellos concibieron, maquinaron e impusieron a golpes de dinero; siendo por tanto los responsables intelectuales y beneficiarios directos de las políticas peñistas.  
Desde el frente de los grandes medios, el eco a esta manifiesta estrategia de mellar el poder de López Obrador aún antes de que tome posesión es evidente. Luego de un breve respiro frente a la sorpresa de los resultados electorales, los principales voceros del oficialismo han vuelto a las andanadas; aunque ahora, difundiendo ampliamente las actividades del candidato ganador, solo para manejarlas tendenciosamente a favor de los intereses de sus patrocinadores, lo que aún les reditúa grandes beneficios.
El resultado inevitable de estas contradicciones ya ha comenzado a manifestarse con el incremento de manifestaciones y visitas a AMLO en las instalaciones provisionales donde despacha, pues ante la duda entre lo dicho por éste y lo que sus asesores, colaboradores y voceros del poder dicen que dijo, lo mejor es comprobar o desengañarse personalmente si AMLO sigue sosteniendo lo que prometió; lo que lejos de perjudicar a éste, le favorece al seguir contando con la presencia y confianza  de quienes han creído  en él como a nadie en muchos, muchísimos años.
Y si ustedes tienen alguna duda, pues vámonos a la Roma, a ver qué nos explica el invencible Peje.  
Y RECUERDEN QUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS A TODOS.

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