Tratado en peligro de extinción, reto para una nueva política económica

NÚMEROS CLAROS
Ahora se trata de romper con la lógica de una política económica seguida durante años, basada puramente en los objetivos de inflación del Banco de México y rediseñarla para pensar en los ciudadanos

La especulación se ha instalado en torno a la política económica que seguirá el próximo presidente de México. Después de tres sexenios de administrar el país bajo una misma política económica con la que el presidente Ernesto Zedillo sacó a flote al país después de la crisis de los errores de diciembre de 1994, donde los únicos cambios han sido aumentar los impuestos y terminar de liberalizar la economía nacional, abriendo la rama de los hidrocarburos a la competencia del mercado y a la inversión extranjera, lo cual se ha traducido a un crecimiento mediocre del Producto Interno Bruto (PIB) en 2.2%, en promedio anual, y en un paso de la pobreza de 27 millones en 1994 a 40 millones en el 2000 a más de 55 millones.
Ahora se trata de romper con la lógica de una política económica seguida durante años, basada puramente en los objetivos de inflación del Banco de México y rediseñarla para pensar en los ciudadanos. Por lo pronto, ahora el equipo económico del nuevo gobierno tendrá que hacer frente a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuya continuidad o fin no depende de la voluntad de México, sino del presidente Donald Trump, quien ha señalado que renegociará el Tratado con el nuevo presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, una vez que concluyan las elecciones de noviembre en los Estados Unidos y el presidente electo de México sea nombrado oficialmente el nuevo mandatario del país el primero de diciembre próximo.
Por ahora y hasta fin de año la especulación seguirá creciendo. Este fin de semana se ha hablado sobre las coincidencias entre Andrés Manuel López Obrador y el presidente Donald Trump, calificados de populistas, pero fruto de las contradicciones internas que se han acumulado en México y en los Estados Unidos; los dos comprometidos con sus electores y decididos a cambiar el rumbo de sus países. En los Estados Unidos y en el mundo, la llegada del presidente Trump al poder ha significado un revolución; para México, el fin de la tutela y el consentimiento de las decisiones del gobierno mexicano, la independencia económica y política que tanto deseó la izquierda durante años y finalmente llegó, porque al gobierno del presidente Trump no le interesa más lo que haga o deje de hacer el mexicano.
Con un nuevo presidente y Congreso en México, con un Congreso renovado en los Estados Unidos, la posibilidad de concluir exitosamente la renegociación del TLCAN aumenta. Jesús Seade, será el principal negociador del presidente electo, por lo que no debe haber ningún obstáculo para llegar a un acuerdo con Washington y Ottawa, lo que sería un éxito para el nuevo presidente del país si se logra, sobre todo si al menos continúan fluyendo el 70% del total de las exportaciones nacionales, si consideramos que un 10% podrían ser afectadas por las nuevas reglas que desea imponer el presidente estadounidense.
Sin embargo, no olvidemos que el presidente Trump tiene un compromiso con sus electores, el poner fin al TLCAN, calificado por él de un mal negocio para su país. Una de las ideas del presidente Trump es hacer del Tratado actual dos acuerdos bilaterales a modo, uno para México a su medida y otro para Canadá; no obstante, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se negó a principios de junio pasado a negociar un acuerdo bilateral con los Estados Unidos como lo quería Donald Trump; por su parte el presidente electo de México, ha manifestado la voluntad de México para continuar las negociaciones y actualizar el Tratado; en tanto que la canciller canadiense, Chrystia Freeland, ha manifestado su deseo de que las negociaciones entren en una fase más intensa después de las elecciones en México y en los Estados Unidos.
Pero al margen de las elecciones en México y en los Estados Unidos, las ideas del presidente Donald Trump van a prevalecer. El presidente de los Estados Unidos difícilmente va a abandonar su idea de sacar a su país del TLCAN y de construir un muro fronterizo a lo largo de la frontera con México, a fin de sellar la frontera entre los dos países para poner fin a la inmigración ilegal y al tráfico de drogas, según el presidente Trump; a pesar de que el presidente electo de México ha considerado la política migratoria del presidente estadounidense como racista.
Al final, la suerte del TLCAN no responderá a la política económica del nuevo gobierno mexicano, sino a los compromisos de campaña del presidente Donald Trump. Pero si bien el TLCAN parece haber llegado a su fin, un nuevo presidente en México y una nueva política económica, podrán redefinir una nueva política comercial y una nueva geopolítica para el país, que le permita decidir sobre qué países serán sus prioridades para terminar con la dependencia de México de los Estados Unidos y buscar una mayor estabilidad económica en el futuro.

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