En noviembre del 2010, presuntos integrantes de “Los Zetas” se presentaron en el racho de Alejo Garza Tames, en Tamaulipas, para decirle que tenía 24 horas para entregarles el terreno.
El hombre de 77 años pidió a sus empleados que no se presentaran al día siguiente y comenzó a colocar las armas con que contaba en cada una de las ventanas del inmueble que era de su propiedad.
Ese episodio, que quedó registrado en la prensa como el acto heroico de un hombre que decidió defender su rancho, es ahora una película terminada, según el cineasta Fabrizio Prada.
En la realidad, la historia de Alejo Garza Tames se desarrolló así:
Por la noche, cuando llegaron los narcotraficantes al rancho, el hombre comenzó una batalla en donde los delincuentes, pensando que se enfrentaban con otro grupo criminal, hicieron uso de las granadas para ganar la lucha.
Tras un largo enfrentamiento, en que murieron cuatro narcos y otros dos resultaron heridos, llegó la Armada de México, causando la huida de los delincuentes. Adentro de la finca se encontraba el cuerpo de Garza Tames, muerto por las esquirlas de las granadas y quien había diseñado un minucioso plan de ataque en el que él manejaba todas las armas.
“Fue un hecho terrible que guionizamos”, dice Prada. “Se hizo la película hace dos años y hace unos días hablé con el productor, quien me dijo que ya está terminada, ahora, a buscar distribución”, comenta.