Ixmiquilpan
• Extremas medidas de seguridad en eventos de Andrés Manuel López Obrador; ¿Eres reportero?… así seas el Papa aquí será revisado”
Llegamos una hora antes al primer filtro de seguridad, ubicado a un kilómetro y medio del evento, donde llegaría López Obrador; la primera revisión se dio entre un grupo de jóvenes improvisados como elementos de seguridad, también mujeres, buscaban que nadie llevara armas, mucho menos publicidad de algún otro partido, “porque aquí puro Morena”.
Ya faltaba poco para la llegada de López Obrador y aún no pasábamos por los cuatro filtros a los que la prensa tuvo que someterse, mientras un hombre tenía que regresar kilómetro y medio para dejar una navaja que traía consigo.
“¿Usted es reportero?, así sea usted el Papa, aquí va ser revisado, dese la vuelta y mejor ya ni pase, deje su coche porque no le van a dar permiso llegar hasta allá”, llegamos una hora antes al primer filtro de seguridad, ubicado a un kilómetro y medio del evento, donde llegaría López Obrador.
La primera revisión se dio entre un grupo de jóvenes improvisados como elementos de seguridad, también mujeres, buscaban que nadie llevara armas, mucho menos publicidad de algún otro partido, “porque aquí puro Morena”.
Caminamos entre el pavimento y la terracería, para poder llegar al centro de El Nith, pero otro filtro de seguridad nos volvió a parar.
“Los vamos a volver a revisar” dijeron tajantes, no importa que ya los hayan revisado antes”, dijeron al mismo tiempo que pasábamos por las manos de aquellos hombres y mujeres que fueron encomendados para dar seguridad al candidato presidencial, por ningún motivo se iba a permitir la intromisión de algún intruso.
Ya faltaba poco para la llegada de López Obrador y aún no pasábamos por los cuatro filtros a los que la prensa tuvo que someterse, mientras un hombre tenía que regresar kilómetro y medio para dejar una navaja que traía consigo.
Le advirtieron, armas no, él alegaba que no era con mala intención, pero era de una marca cara y no podía dejarla ahí. “Pues va tener que regresar, sino no va poder usted entrar”, mientras era rodeado por un grupo de hombres para hacerlo volver de donde vino.
“Presidente, presidente”. Pasaban los primeros minutos de las 12 del día, López Obrador bajaba de su camioneta, se enfilaba a la valla de seguridad, se abría paso, firmaba libros, repartía besos y recibía documentos.
De repente, un gallo, él lo tomó en sus manos y lo levantó en vilo para después devolverlo y seguir su rutina. Una niña le entrega una muñeca de trapo, él la toma cariñoso y se la lleva. Era un gesto de una familia de artesanos.
En el escenario, levanta las manos, recibe un prolongado saludo, Presidente, Presidente. “¿Quieren pasar al área de prensa de los medios nacionales?, pregunta alguien de seguridad, “pero tienen que brincarse” y nos brincamos. Esperábamos la entrevista al final del evento, la dio pero para los medios nacionales. Vámonos de aquí mejor.