RELATOS DE VIDA
Las famosas mariposas, son una sensación leve, el simple hecho de pensar que llegarás y al verme te removerá viejos recuerdos, o en el mejor de los casos te hará reconocer que no hay mejor mujer en la intimidad que yo, provoca una explosión parecida al Bing – Bang.
No se trata de hacerlo por hacerlo, se trata de empatar tu cuerpo con el mío, significa fundir el deseo carnal con un amor profundo y puro; conjugar sustancias: sudor, lágrimas que no salen por miedo a sentirme inferior y lubricación por el antojo de sentirte dentro.
Es un acto en donde tus manos firmes y ahora delgadas excitan a la máxima potencia, el recorrer de tus extremidades por mi ser curvilíneo mueven cada partícula de mi ser, que casi hace explotar antes de tiempo.
Se trata de una combinación de experiencias, porque el sentir tus labios estrechar con los míos dan un preámbulo de que algo maravilloso pasará; ese antes es fundamental, porque anhelo los mordiscos que representan que el amor está ahí, en una parte de ti, escondido por miedo a salir por tu clara confusión entre entregarte o seguir con otra vida.
Tus piernas son otro factor importante, primer atractivo que llamó mi atención de jóvenes; fuertes por el ejercicio, por tu descendencia ciclista y los múltiples deportes practicados; la química fue el primer ingrediente de esta unión y la más fuerte.
Hacer el amor no es un simple acto de introducir, es un acto de dar, de entregar todo, es una acción que culmina no sólo con una explosión, sino también con un beso de agradecimiento, un susurrar en el oído de “fue riquísimo, me encantó” y un abrazo eterno, en donde los cuerpos siguen fundidos, pero ahora en una calma y como un símbolo de protección y compromiso.
El entregarse a alguien, no es un mero acto de sexualidad, es un juramento de una elección de por vida; ¿Qué representa hacerte el amor?, entregar todo el ser, alma, espíritu, devoción, fidelidad, compromiso.
