¡No tiene la menor importancia!

De Adicto a ADICTO

Es mejor y que vuelvan a sufrir sus propias consecuencias y que toquen fondos
Esta enfermedad, perra, es de fondos

Hace algunos años.- Eran cerca de las cinco de la mañana, la madrugada de este sábado, cuando sonó mi celular, era Úrsula, mamá de Eva María.- Por favor ayúdame, mi hija tuvo un accidente, ella está bien, pero está detenida en Validad, conoces a alguien para sacarla de inmediato?- Tome aire y bebí un poco de agua.- Ella siguió con la narrativa.- Iba borracha Ernesto, ya ves que no quiere ayuda, el carro quedó destrozado y no tiene seguro.- No sé qué voy a hacer, ayudame por favor Ernesto.- Mira, discúlpame, déjala ahí para que toque su propio fondo, no pasa nada, que sufra las consecuencias.- Es que me muero de angustia.- Me interrumpió.- No hay peligro, es un lugar seguro y habrá de llegarle la cruda moral.- Puedes ir a verla por favor.- No, no es conveniente.- Habla con ella, te lo suplico, a ver si ahora si te hace caso.- Sabes, le dije, yo no tengo la varita mágica, pero de buena voluntad hablo con ella.- Puedes venir mañana en cuanto despierte a la casa.- Por favor, ayúdame, esta niña me está volviendo loca.-  Ahora sí, la voy a anexar en un centro de rehabilitación.- Ya no puedo, te lo juro, estoy harta de sus borracheras.- Úrsula soltó el llanto de frustración, como muchas madres secuestradas en esta maldita enfermedad perversa del alma, la saliva del diablo. El accidente es una consecuencia, acá en Chihuahua, la multa por conducir en estado de embriaguez superan los 7 mil pesos, más los daños a la ciudad por haber tumbado un poste y rayado el pavimento, agrégale los daños al auto sin seguro de protección, pérdida total, según dijo el perito, más aún, Eva María, habrá de quedarse un rato sin carro y vienen todas juntas, una tras de otra, las consecuencias no se dejan esperar y es lo que un borracho como yo no entiende, tienes que vivir tu propia experiencia para que despierte el sano juicio y te haga responsable de tus actos, de tu vida, en lo personal, fueron muchos fondos los que toque, me hice infinidad de daños y dañe gravemente los míos, yo no lo entendía, no escucha, no tenía la humildad de pedir ayuda, tuve que arruinarlo todo, quedarme solo, volverme loco y todo ese rollo, que un adicto como yo, toca y tiene que vivir.- Sufrir para merecer.-

La soberbia por delante
Con un lenguaje vulgar comencé a escuchar a Eva María.- Traía un fuerte golpe en la frente, debido al impacto contra el poste.-     ¡No mames cabrón!- Me reclamó.-  ¿Por qué no quisiste sacarme? -La mire a los ojos y le dije.- No soy Dios y no quise molestar a nadie, son tus consecuencias.- Aún destilaba alcohol hasta por los poros.- Le echo la culpa a una coladera abierta en la que cayó la llanta y no pudo controlar, no quería hablar de sus excesos, el de velocidad y el de su manera de beber, no aceptaba la enfermedad y no quise insistir mucho, a veces pienso que es mejor y que vuelvan a sufrir sus propias consecuencias y que toquen fondos, me retire, dejándola con un clamato con cerveza, con una sensación de triunfo, de líder por haber insultado a los patrulleros y amenazado con hacer un gran escándalo por la alcantarilla abierta y efectivamente, fui al lugar de los hechos con ella y vi el santo trancazo que le dio al poste.- Voy a demandar al municipio.- ¿Tú qué opinas Ernesto?.- Opino qué vas a perder, por haber venido intoxicada, borracha, en tus cinco sentidos no hubiera pasado nada, y, le mostré la bola de cristal, ahí en plena calle, le hable de mí, de la ruina económica, moral, familiar, económica y social a la que mi consumo tóxico me había llevado, le hice ver su presente y su futuro, como que le entró por un oído y le salió por el otro, los  episodios trágicos no se hicieron esperar, el novio le propinó una santa golpiza  que la mandó al hospital y la mamá, ya te la imaginas, buscándome para que fuera a verla a la clínica, luego, la corrieron de la escuela donde daba clases, pero  por faltista y por llegar alcoholizada le dieron las gracias, se quedó sin dinero, tenía serios problemas con su papá y hermanas, logró mantenerse limpia un buen rato, luego le llamaba para saber cómo estaba y me evadía, me mandaba a buzón, no respondía a mis recados, un día, la mamá cansada, la internó por tres meses en un anexo, se aventó cinco procesos y no lograba la libertad de vivir sin consumir, hoy, la veo, libre de alcohol y drogas, recuperó su vida, su trabajo, se casó con un buen hombre, tiene dos hijos. Sé que se hubiera ahorrado mucho dolor y consecuencias, pero los tiempos son de Dios, lleva tres años y medio en recuperación.

¿Por qué yo no podía parar, tenía que caer ahogado de borracho?
Un fin de semana, después de escuchar una y otra vez, a Raquel, madre de Andrés, desesperada porque su hijo de 39 años, quien toma todos los días en cantidades industriales, nos citamos una y otra  vez en mi oficina y ellos nunca asistieron, el chabelote primero decía que sí y después que no, y ese domingo, me pidió de favor que fuera a darle el mensaje a su casa y ya sabes, Andrés estuvo de acuerdo que fuera a las once de la mañana y cuando ya iba saliendo de mi casa, Raquel me hablo llorando. -Ernesto, tomó el carro y se fue, qué hago.- ¡Tranquila!, vamos a esperar a que regrese y hablas con él a ver si acepta que platiquemos hoy, y nos fuimos a las enchiladas de la deportiva, al rato me hablo y me fui a su casa, me recibió con Tecate en mano y no hizo otra cosa, más que recordarme de dónde vengo, ahí estaba Andrés, negado, soberbio, ignorante, mediocre, sé que es difícil, no recomendable, hablar con alguien que esté drogado y motivarlo a que deje de hacerlo, ya era muy tarde para dar marcha atrás y Andrés sintió confianza en mí, y entre trago y trago, me confió su dolor, su motivo  pretexto más reciente, el rompimiento con su novia, y comenzó a llorar y a llorar, hasta que poco a poco se fue calmando, la recomendación, es que asistiera a un grupo de AA y el, como yo lo estuve, tenía un concepto equivocado del programa de los Doce Pasos, lo invite a que fuera a mi estudio a platicar y el lunes, me hablo para disculparse, se sentía cansado y el martes comenzamos a trabajar en la ayuda que puedo brindar.- Ese domingo se tomó más de 30 cervezas, obvio que por esa razón se sentía cansado.- Recordé y se lo dije, mi torpe manera de beber, como me alcoholizaba, mañana, tarde y noche, ya fuera vino tinto, coñac, brandy, ron, tequila, cerveza, vodka, lo que fuera, simplemente, empezando, yo no podía detenerme, destilaba alcohol hasta por los poros, terminaba vomitando en el escusado, echando las tripas y ese hilo amarillo con sangre, raspando mi garganta y haciendo un singular esfuerzo, muchos medios días, me subía a los elevadores, con 15 personas o más, yo apestaba a alcohol, sin pensarlo, buscaba la cura, entraba a la primera cantina, por la piedra, mi auto, mi ropa, mi recamara, mi ser, apestaba a alcohol, con mis miserias espirituales, me tiraba a matar. Hoy se de mi compulsión, del porque no pudo detenerme y por qué no debo de tomar ni una gota de alcohol, cuando voy a algún evento y el mesero me dice.- Gusta tomar algo señor.- Lo miró a los ojos.- Amigo, no muchas gracias, ya me bebí y de más, todo el alcohol que me tocaba, soy alcohólico en recuperación, sólo por la gracia de Dios.- Gracias amigo.- Gracias por leerme y más por escribirme ernestosalayandia@gmail.com contactame 614 2 56 95 20, más información, en miontrealquebeclatino.com

Related posts