NÚMEROS CLAROS
Finalmente las negociaciones comerciales entre estadounidenses y chinos llegaron a buen término a fines de la semana pasada en Washington
La guerra comercial entre los Estados Unidos y China se diluye. Finalmente las negociaciones comerciales entre estadounidenses y chinos llegaron a buen término a fines de la semana pasada en Washington; pues China se ha comprometido a comprar más bienes y servicios estadounidenses para revertir el déficit estadounidense, pero no realizó compromisos cuantificables.
Por ahora, sin duda alguna, se trata de una declaración de intenciones más que un acuerdo. Pero lo sustancial de las discusiones entre las dos potencias, es que ambas partes acordaron trabajar conjuntamente para reducir el déficit comercial de los Estados Unidos, lo que ha sido una preocupación del presidente Donald Trump. En un breve comunicado de prensa, se mencionó que habría aumentos significativos en las exportaciones de productos agrícolas y energéticos de los Estados Unidos hacia China; señalando que las discusiones se habían centraron en los productos manufacturados.
Lo sustancial de estas discusiones, es que la delegación china estaba decidida a avanzar en las negociaciones y terminar con los obstáculos para aliviar las tensiones entre los dos países, pero rechazó cualquier objetivo numérico específico u cuota; negando a comprometerse a reducir el déficit comercial de 200 mil millones de dólares para el año 2020, objetivo propuesto por la Casa Blanca.
Lo anterior hubiera sido un regalo para el presidente Donald Trump, que desearía terminar con el déficit comercial entre los dos países, valorado en 375 mil millones de dólares, lo cual hubiera constituido un símbolo político para encarar las elecciones de mitad de período de noviembre próximo; sin embargo, ello no le impidió señalar en un Twitter que China había aceptado comprar cantidades masivas de productos agrícolas estadounidense, diciendo que eso constituía una de las mejores cosas que les ha sucedido a los agricultores estadounidenses durante muchos años.
Por lo pronto, el éxito de las negociaciones han frenado la amenaza de los aranceles que Estados Unidos tenía la intención de aplicar a 50 mil millones de bienes chinos en esta semana. Pero las conversaciones no han concluido, los dos países tienen la intención de continuar sus negociaciones; el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, visitará Washington esta semana, mientras que el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, estará en China la semana próxima para ratificar el acuerdo.
Recordemos que las relaciones comerciales entre los dos países se encuentran tensas. En los últimos meses, la administración del presidente Trump aumentó los impuestos sobre paneles solares, así como al acero y aluminio chino, amenazando con sancionar productos importados a su país por más de 150 mil millones de dólares; medidas a las que China ha respondido gravando los productos agrícolas, automóviles y aviones estadounidenses importados a su territorio; pero además, hay otros negocios que pueden ser afectados si no se negocia constructivamente, pues los dos estados están negociando en paralelo temas en telecomunicaciones.
Bajo el contexto de la débil recuperación de la economía mundial, ésta es una buena noticia. Poder frenar una guerra comercial y trabajar para dinamizar el comercio mundial es lo mejor que pueden hacer ambos países, pues el crecimiento de las economías desarrolladas ha sido efímero hasta hoy y enfrentan diversos problemas sociales debido a ello, igual sucede en los países en desarrollo, donde el crecimiento se ha estancado por la contracción de sus exportaciones de materias primas, provocando desempleo, pobreza e incremento de la delincuencia.
