Home Nuestra Palabra Armaduras

Armaduras

PEDAZOS DE VIDA

Cuando el guerrero se ha quedado sin escudo y sin espada, sólo le queda la armadura, pero al final de cuentas en el combate y calor de la pelea descubre que nunca tuvo más armadura que su inteligencia, que no tuvo mayor escudo que su persistencia y que no tuvo mejor espada que sus palabras, pero en el campo de batalla, allá donde todavía en el tiempo los hombres pelean con espadas, un hombre está por caer.

Y acá en la otra dimensión del tiempo, los hombres siguen cubriéndose con armaduras de mentiras que ocultan la fragilidad de su alma, que evitan verse como son y crean armaduras de distintas formas. Ellos se miran unos a otros y a veces dicen reconocerse, sin embargo el mundo se ha convertido en un campo de batalla donde algunos caen ante el filo del arma.

Los tiempos cambian y la forma de hacer las guerras también, cada día las armas son más sofisticadas pero la utilización de estas sigue estando por debajo de las palabras, de las órdenes de las escrituras que sean sagradas o no, piden sangre, de las personas que dividen, de la sociedad egoísta que se arma a diario. La guerra sigue siendo la misma.

Y las armaduras oxidadas que se desintegraron en los campos, y las que aún quedan resguardadas en los museos, esas armaduras de malla de acero, no se han ido, sólo han cambiado de materia, la esencia con la que  fueron creadas sigue aquí y seguirá por siempre, son la esencia de la vida, del instinto del camuflaje.

Es la supervivencia, y sólo el que es capaz de conocer dentro de esas armaduras es capaz de apreciar la belleza humana, el dolor, la amargura y también el odio que existe hacia el exterior, porque en este mundo, en esta dimensión, el hombre es más débil que el de antes, y por lo tanto es también más vulnerable, necesita su armadura.