PIDO LA PALABRA Democracia desperdiciada…

 

En México se ha hecho común citar a la Democracia para justificar todas nuestras acciones, lo hacen los políticos cuando avientan sus mentadas de madre a todo lo que esté en contra de lo que decidan sus cúpulas; también en nombre de la democracia cualquier grupo de personas hacen sus plantones y algunos hasta destruyen bienes históricos como hace no mucho tiempo sucedía en Oaxaca. Y ante todo ello, nos hemos olvidado que la democracia no solo es una forma de gobierno, sino también una forma de vida en donde el ciudadano está facultado para exigir, pero también está obligado a cumplir lo que nuestra Carta Magna mandata; ¿Seremos conscientes de esos derechos y obligaciones?

 

Esto lo pregunto porque pareciese que a la democracia la hemos circunscrito única y exclusivamente para efectos electorales o políticos, y aún en esos casos específicos, a la democracia la tenemos tremendamente desperdiciada. Esta última aseveración la sustento en esos SIMULACROS DE DEBATE que se dieron entre los candidatos a la Presidencia de la República, y en Hidalgo, a nivel de Diputaciones Federales por el Distrito VII.

 

Reuniones de enemigos políticos con alegatos prolíficos en barbaridades e incontinencias verbales; candidatos y candidatas representando a Partidos que no tienen la cara limpia para tirar la primera piedra.

 

Del debate de los candidatos a la Presidencia de la República sólo pasará a la historia como anécdota del “mocha manos”, pues todo lo demás, como siempre, argumentos vacíos de contenido; escuchamos algunos “qué” y prácticamente ningún “como”; era más importante exhibir al enemigo que debatir en torno a ideas; perdimos esta primera oportunidad de saber si habíamos madurado en nuestra democracia.

 

Pero si a nivel de presidenciables estuvo vacío de contenido, a nivel de diputaciones Federales del Distrito VII en Hidalgo, estuvo patético. Oportunidad absolutamente desperdiciada, en donde no tuvimos la mínima posibilidad de conocer las plataformas políticas de los candidatos a diputados, pues en el momento en que podían hacerlo, utilizaron su tiempo solamente para agradecer a sus respectivos Partidos y al INE la oportunidad de esos espacios, espacios y tiempos que se les fueron como agua entre sus manos sin encontrar la brújula de convencimiento.

 

Hay gente que se pasa toda la vida persiguiendo a la liebre, y otros sin correr la alcanzan, a estos últimos, cuyos méritos desconocidos les han dado el regalo de ostentar alguna candidatura, transforman su personalidad de la noche a la mañana y se sienten el gurú de la política; ¡por piedad!, que sus asesores les digan que la oportunidad es para aprovecharla, no para agradecerla o para llorarla.

 

En fin, como quiera que sea, los candidatos ya están en el lugar anhelado, y aunque es prede

cible que los resultados que se obtendrán dejarán en la tablita a la legítima representatividad de los vencedores, pues siempre gana el abstencionismo; el hecho es que de acuerdo a nuestra normatividad electoral, los ganadores en la contienda lo serán de pleno derecho, mayoría extremadamente relativa; visto así, ganarán no los mejores, pero si quizá los menos malos; y ese voto que les dará la victoria electoral no deberá ser interpretado con matices triunfalistas, sino más bien como la enorme responsabilidad en el cargo que el pueblo les conferirá

 

Desde la perspectiva de un simple ciudadano que soy, solo veo ambigüedades, conceptos generales, demasiado especulativos, carentes de imaginación y algunos a leguas se ve que el ser candidatos era su única meta y se dan por bien servidos; estoy escuchando las mismas promesas atoleras de cada proceso electoral; vamos, hasta el estribillo de políticos sabelotodo que usan en sus presentaciones denota la improvisación de muchos de ellos; candidatos al vapor que solo servirían de comparsa en la democracia dirigida, democracia desperdiciada.

 

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está

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