La lucha contra los estigmas de los perros policías

K-9: Entre el juego y el deber
    •    Los oficiales de cuatro patas tuvieron que enfrentarse a un arduo entrenamiento diario, para ser aptos en el combate al crimen dentro de la entidad y disipar los estigmas que pesan sobre ellos, al ser considerados como perros agresivos y peligroso


El equipo de cinco elementos caninos de la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH), dirigida por el comandante Juan Manuel Bacilio Castro, se despliega por los pastizales marrones y dorados del cerro “La Minerva” perteneciente a la capital de la entidad, hasta adentrarse en la zona de entrenamiento.
Los 20 oficiales caninos especializados en narcóticos, búsqueda-rescate, antimotines, guardia y antibombas llevan en activo aproximadamente menos de un año dentro de las fuerzas policiales estatales, en ese tiempo participaron en decomisos de automóviles robados, detección de drogas en centros de readaptación en conjunto con la Procuraduría General de la República, operativos de rescate de personas desaparecidas y aseguramiento de armas de fuego.
Entre el choque de dos cerros comienza el entrenamiento del comando, mismo que aspira a convertirse en una unidad táctica de élite en la zona centro del país, para alcanzar el nivel de su homónimo dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); con ese objetivo en mente el grupo sigue su avanzada dejando tras de sí una nube de polvo y en la tierra seca las huellas de sus cuatro patas.
Combatir el delito es un juego
Brandy, Rocky, Bass y Laska, pertenecen a los 27 elementos que conforman la unidad canina en Hidalgo, mejor conocida como el K-9, (por sus siglas en inglés), en conjunto con sus contrapartes humanas, los oficiales de cuatro patas tuvieron que enfrentarse a un arduo entrenamiento diario, para ser aptos en el combate al crimen dentro de la entidad y disipar los estigmas que pesan sobre ellos, al ser considerados como perros agresivos y peligrosos.
Juan Manuel Bacilio, comandante del K-9, compartió para Diario Plaza Juárez el camino que se trazó para devolver la confianza de la ciudadanía en los perros policías, después de los rumores que circulan sobre la forma de su adiestramiento, que van desde tortura hasta el uso de drogas en los canes.
“Siempre que vamos a las jornadas de seguridad, les hacemos ver a la sociedad que los perros no son adiestrados a base de golpes o con el collar de castigo ahorcándolos, o que los tenemos que drogar para que el perro encuentre los enervantes, no es cierto, todo es a base de juego, a base de premiación”.
En el cuartel “La Paz” los seis cachorros de pastor holandés y belga malinois rehabilitados por la secretaría, salen corriendo de sus perreras, para iniciar su proceso de selección con el que se designará el entrenamiento a seguir. De acuerdo con el comandante Bacilio, los cachorros más adecuados para conformar el K-9 deben poseer un instinto de presa y búsqueda muy arraigado, al igual que un temperamento pasivo, fuerte o curioso, si el cachorro no cumple con ello se reubica para servir como perro de terapia, o se le busca un nuevo hogar con la población, después de cumplir con el curso básico de obediencia.
El juego es la clave principal para el entrenamiento de los perros dentro de la SSPH, por lo que se instruye al elemento a que si encuentra un explosivo, un cargamento de drogas-armas, o si detiene a un sospechoso obtendrá una recompensa, la cual puede ser una pelota, alimento o un merecido descanso.
Sin embargo, los canes deben aprender a soportar ruidos estruendosos como el disparo de una pistola calibre 22 o la detonación de un cohete, bajas o altas temperaturas, golpes y jalones por parte de los sospechosos, para que ni el elemento canino, ni su contraparte humana sufran heridas, por lo que ocupan simulaciones para ganar la confianza del perro.
“No podemos tener a un perro muy sometido, muy sumiso porque es muy riesgoso que los perros muerdan por miedo y no por gusto, un perro que muerde por miedo no lo puedes controlar, no sabes en qué momento va a llegar a atacar” menciona el comandante Bacilio, mientras se pone el traje para ataques y llama a su compañero para iniciar la simulación de una persecución
Los oficiales
Rocky es un pastor belga malinois de dos años de edad que fue donado a la SSPH porque sus dueños no podían controlarlo, después de rehabilitarlo y completar su entrenamiento en guardia y protección, fue designado como perro de ataque, hoy en día es el compañero del comandante Bacilio, hace unos meses sufrió un accidente durante las jornadas de seguridad en los municipios por lo que requirió cirugía en una de su pata traseras.
Laska, es el oficial más grande con seis años, fue donado hace uno y gracias a su rápido aprendizaje puede desempeñarse en el sector de guardia y protección, ataque a distancia y búsqueda de cadáveres o enervantes, para esta última se utilizan olores sintéticos de los cuerpos en descomposición (según su fase) o de las drogas más comunes, en juguetes para perros con el fin de ayudar en sus funciones al elemento.
Brandy una pequeña pastor holandés, es el elemento más joven dentro de la fuerza con tan sólo siete meses en el sector de antimotines, su labor consiste en asistir a sus compañeros humanos durante disturbios para intimidar a los sujetos mediante ladridos sin hacer uso de la violencia, a menos que la situación lo demande.
Bass, un perro criollo se dedica a la búsqueda de enervantes y explosivos, lleva dos años en la unidad K-9, su entrenamiento para búsqueda de bombas se basa en el olfato, una vez que localiza la carga se siente a un lado y apunta con el hocico o su pata en el lugar donde proviene el aroma, esto a diferencia de la sección de drogas o cadáveres quienes escarban hasta encontrar su objetivo.
El K-9 sufrió una restructuración interna a partir de la llegada de Juan Manuel Bacilio, quien renovó a los elementos caninos debido a la edad avanzada de los antiguos elementos; a quienes se les buscó un nuevo hogar y se les mantiene en estricto seguimiento a pesar de estar retirados de la fuerza.
“se dieron en donación, se hizo un papel con jurídico se ubicaron en casas donde los perros ahorita se encuentran bien, los monitoreamos cada mes a los cachorros y a los perros ya muy grandes, tenemos a uno que ya no ve, pero aun así los tienen en una casa en un buen estado”
Al inicio el recurso era limitado para la adquisición de elementos provenientes de criaderos, por lo cual Bacilio lanzó una convocatoria en redes sociales para adoptar a los canes que cumplieran con los requisitos, posteriormente se ampliaron la zona de perreras se introdujeron bebederos y casas para cada elemento, por su parte el secretario de seguridad pública estatal, Mauricio Delmar Saavedra mantiene la capacitación constante de los entrenadores y los oficiales caninos.
Entre el juego y la guerra
En la lucha contra el narcotráfico las autoridades de seguridad tomaron medidas de protección especial para los elementos caninos, quienes han sido blancos de amenazas hasta el punto de poner precio a la vida de los perros de la Policía Federal, así lo documentó un medio de comunicación nacional en 2017 donde reveló que la cifra ronda entre los 500.000 y 5 millones de pesos.
Hay oficiales como Drago que se convirtieron en amenaza para el crimen organizado por su eficiencia en la detección de fosas clandestinas o cargamentos de drogas que pueden llevar a a prisión a un presunto sospechoso, sin que él se dé cuenta que la muerte anda tras sus huellas.
Por otro lado, existen registros del uso de perros como sujetos de pruebas para tortura, tal es el caso de Pay de limón originario de Fresnillo, Zacatecas a quien el cartel de “Los Zetas” amputaron los dedos de sus patas delanteras con el único fin de experimentar sus nuevos métodos; fue rescatado por la fundación Milagros Caninos, que atiende a canes en situaciones extremas.
De acuerdo con medios nacionales se ha presentado el uso de canes para el tráfico de drogas, uno de los casos más sonados fue en 2013, cuando el gobierno italiano aprendió a 75 personas, entre ellas mexicanos, por la transportación de 1.25 kilogramos de cocaína en el interior de cada perro San Bernardo, gran danes, mastin napolitano y labrador, en total la procuraduría de Milán documentó 48 animales asesinados.
Si bien en el estado de Hidalgo no se han presentado casos de amenaza contra los oficiales caninos es necesario implementar protocolos de atención para el cuidado de aquellos quienes realizan su trabajo con la idea de estar jugando.
“hacerle saber a la gente que los perros son seres vivos, que los tienen que cuidar, que los perros te pueden salvar la vida, pueden atacar incluso por instinto propio, cuando el amo se encuentra en peligro, el perro puede atacar sin haber sido entrenado, realmente no hay mejor amigo que el perro” declara el comandante, quien se muestra orgulloso del trabajo que sus binomios realizan día tras día para defender a la ciudadanía.
Por el momento el comandante Bacilio está enfocado en que los 20 binomios a su cargo eleven su nivel para conformar una unidad táctica de élite, la creación a largo plazo del primer criadero en el estado de Hidalgo y que cada municipio cuente con su propia unidad canina, para convertirse en un referente nacional.

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