Un Infierno Bonito

UN POLICÍA MATÓ A SU NOVIA, LA QUEMÓ
Javier elemento de la Policía Estatal del Estado de México, de 28 años de edad, es muy celoso con su noviecita, por una platica que salió entre ellos le dijo, “eres mía o de nadie”, le apachurro el gañote y le prendió fuego al coche en el que viajaban, lo hizo para que los investigadores se les hiciera bolas el engrudo y nunca lo encontrarían.

Esto que les cuento es que el tecolote del Estado de México se la echo al plato, hubiera sido uno de aquí de Pachuca la vieja lo hubiera matado a puros madrazos, los agentes de la Coordinación de Investigación de Actopan, que son muy chichos, en menos que canta un gallo se lo empinaron y ahora está tras las rejas para que se le quite lo celoso. Con mucho detalle le contó al agente del Ministerio Público como se la echo al plato y porque, comentó que todo estaba debidamente calculado para que no hubiera fallas. Dijo que después de hacer sus gracias, llegó al domicilio de los padres de su novia, Ana Carolina de 24 años en Hueypoxtla, Estado de México, que colinda con Hidalgo, les contó muy preocupado que unos plagiarios se habían llevado junto con el coche en el que viajaban, a él lo dejaron en un baldío, eso les cayó a los padres de la muchacha, como mentada de madre, comenzó el calvario para buscarla por horas enteras, estar días junto al teléfono para ver cuanto les pedían los secuestradores. Pero les voy a contar desde el principio para no enredarlos, pónganse abusados. El 24 de enero de este año, encontraron un vehículo totalmente quemado en un camino poco transitado de Chimalpa, municipio de San Agustín Tlaxiaca, en el asiento de atrás estaba una bola de carbón, que luego los policías dijeron que se trataba de un cristiano. El coche era un Nissan Tsuru, placas del Estado de México, llegó el agente del Ministerio Público de Actopan, los agentes de la Coordinación de investigación y de criminalística, uniformados municipales, Protección Civil y los Bomberos, dieron el banderazo para que se iniciara la investigación para identificar a la víctima, que estaba perrón saber de quién se trataba. Los padres de la joven, no se durmieron, anduvieron como judíos errantes repartiendo fotos de la muchacha y trajeron una al periódico, dando sus datos para anunciarla como desaparecida. Los investigadores no dieron palo de ciegos de dijeron que el principal sospechoso de todo lo que pasaba era el novio, lo anduvieron venadeando hasta que lo pescaron, se lo llevaron a su congal y lo comenzaron a interrogar, estaba como cuchillito de palo el policía con seis años de servicio, a quien le confesó que él se la echo al plato. Que lo hizo por celos y que si lo mataban lo volvía hacer, porque se había enterado de que su novia, a quien adoraba le andaba poniendo el cuerno con un cuate que le dicen “El Grande”, muy serio y poniéndose firme como todo policía, ante sus superiores les narro la triste historia que hasta a los agentes se les pararon los pelos por el terror. Dijo que un día común y corriente, invitó a su novia Ana Carolina a una fiesta, pero ya se la tenía guardada y cuando estaban en un lugar solitario, le reclamó porque le andaba haciendo de chivo los tamales y alegaron por un buen rato se hicieron violentos, tanto que le puso sus madrazos a la joven y aprovechando los conocimientos que le enseñaron en su corporación, le apretó muy fuerte el gañote y no la soltó hasta que dejó de patalear. La pasó al asiento de atrás, la roció de gasolina y le prendió un cerillo, al ver que las llamas se levantaron diciendo, “que no quede huella, que no que no que no quede huella”, pero el baboso estaba tan cerca del coche incendiado que las llamas lo alcanzaron quemándole el pecho y las patas, tuvo que hospitalizarse y días después llegó a la casa de sus futuros suegros con la mamada de que los habían asaltado y a ella la secuestraron, pero no le creyeron y cuando lo vio la policía que estaba quemado, pidieron al juez una orden de aprehensión y lo detuvieron de volada, porque los agentes de la Coordinación de Investigación de Actopan y los de Cuautitlán Izcalli del Estado de México, se unieron para darle en su madre y ahora está en el Cereso de Actopan.

LE DIO NUEVE CUCHILLADAS A SU VIEJA.
Un chango marango se salió de onda, porque su ex mujer no quiso regresar con él, se la quiso echar al plato, la pico nueve veces, quedó a punto de colgar el pico pero le faltó la décima que era la mortal, la agarro en la Plaza Gran Patio, ahora esta chillando el en bote. María Elena de 39 años, se salvó por un pelito de rana de irse al Valle de las Calacas, Jaime Morocho de 32, estaba como loco y picando a su ex mujer. Los gritos se escuchan a dos kilómetros a la redonda, pero como era de noche, los uniformados de Seguridad Privada estaban espantados y se escondían pensando que era la llorona. Hasta que uno de los clientes llamo al 911 y llegaron los uniformados de verdad. La señora Maria Elena, estaba en un charco de sangre con muchos piquetes, parce que la había picado un pollo, Jaime Morocho, muy decidido iba con todo para terminar de una vez las broncas que tenía con su mujer. Quería que regresara con él a la de huevo y esos pleitos los traen arrastrado desde hace meses, cuando vivía con ella en la colonia Venta Prieta, todo pasó el miércoles como a las nueve de la noche, cuando la señora fue a la tienda comercial pero nunca imaginó que su ex le andaba pisando los talones para echarle el guante. Como había mucha gente espero el momento que entrara al baño y le suplico, le rogó, le dijo que regresara con él, que se iba a portar como un angelito, pero que no lo dejara solo por favor, estaba a punto de pedírselo de rodillas y sus lágrimas le corrían por los cachetes, pero cuando María le dijo que no, se levantó y se puso como el hombre verde. Echo mano a su cintura y sacó un cuchillo, ella le dijo que no le hiciera daño, pero el sujeto no la escuchó y comenzó a tirar cuchilladas por donde le cayeran, a la pobre mujer que lo único que le quedó fue gritar a toda pulmón, para que alguien le echara la mano. Uno de los de seguridad privada, se dio cuenta que en los baños se escucharon gritos y  fueron a ver que pez, a uno de ellos se lo llevó de corbata haciendo que parara las patas, un hombre que salía a toda velocidad y llevaba un cuchillo en la mano. Como la mujer no dejaba de gritar entraron al baño y al verla pidieron ayuda al 911 y salieron también corriendo atrás del cuchillero, que le gritaban que se parara, la gente preguntaba qué es lo que había pasado y algunos daban mal la pista diciendo que ese hombre que ven ahí la había asaltado. Llegó la ambulancia de la Cruz Roja y trataron de subir a la señora que estaba histérica y por poco los agarran a madrazos. La llevaron al Seguro Social, mientras que los uniformados habían agarrado a Jaime, que con la cabeza hacia abajo lloraba como niño chiquito y se lo llevaron a las instalaciones de Seguridad Pública, se negó a hablar, solo dijo como se llamaba y que tenía su domicilio en el callejón de la colonia Infonavit Venta Prieta, donde unos días vivía con la señora, esperemos el próximo capítulo a ver qué sucede, si la señora se salvó o se fue de este valle de lágrimas.

DENUNCIAN A SERVIDORES PÚBLICOS
La señora Julia que está que se la lleva el pingo, dijo que los mendigos Servidores Públicos son cómplices en el desalojo de sus propiedades del municipio de San Agustín Tlaxiaca, están acusados por despojo de 70 metros de terreno de Julia, que haciendo pucheros dijo, fueron a mi casa y me enseñaron un documentos para que lo firmara y aceptara que en mi propiedad iba a pasar una calle, los mande a jondear gatos de la cola y comenzaron a amenazarme que si no lo hacía, hasta el bote iba a parar, por obstruir las obras que realiza la Presidencia Municipal, y de nuevo les dijo que le hicieran como quisieran pero no les iba a firmar ni madre, la cual enseñó sus escrituras que está situado en la calle de Fernando Montes de Oca, esquina con Guadalupe Victoria, todo marchaba como un soldado pero meses después un día al llegar a mi casa ya le habían dado en la madre a la cerca construida de magueyes y árboles frutales, se habían robado cuatro metros de largo de mi terreno, al ver lo que pasaba se le pararon los pelos del espinazo y comenzó a preguntar, quienes habían sido los jicotillos que habían cometido ese delito, los vecinos no le daban razón por miedo a que se los achicalaran, hasta que uno de su familiares le dijo que habían sido los de la Presidencia Municipal, que habían llegado con muchos cuicos.
“Eso me sacó de mis casillas y acudí a las oficinas del municipio, el delegado me dijo que era para ampliar una calle, estaba a punto de mentarles toda su madre, pero nada más lo pensé’’, en su escritorio del señor Delegado había una orden de obras públicas que decía, no se dejen sorprender por la vieja, salió casi llorando aventando nalgazos de coraje, fue enterada de que el mero que ordenó que le tumbaran sus propiedades fue un tal Antonio Zamora, porque son influyentes la señora no pudo hacer nada, solo caminaba como leona enjaulada y buscaba la fórmula de madrearlos.
Una vez sorprendí a Rodolfo destruyendo mis linderos, lo pare en seco diciéndole qué diablos hacía en sus propiedades, que lastima que no fuera hombre para sacarlo a punta de madrazos. Le dijo que había sido una orden de Guillermina Zamora y Nelly Ángeles, a partir de se momento la señora, comenzó a sufrir peor que si pariera chayotes, porque le estaban haciendo la vida imposible, cuando pasaba le echaban trompetillas, le destrozaban las plantas que había sembrado amenazándola de que nunca la iban a dejar en paz y que si se moría la iban a sacar de su tumba. De toda esta bronca aviso al delegado y al comisariado, pero se hicieron como el tío Lolo, levantó una denuncia en el Ministerio Público de Actopan, dijo que también por un pelito de rana atropellan a su hija Miran Mejía, le echaron el coche encima una vieja que se llama Magali Zamora. “Ahí si me ardió el buche, la alcance a ver a como nos tocaba, la rete a que se aventara un trompo conmigo, una lucha a calzón quitado en súper libre hasta morir, pero le saco al parche y dijo que contaba con el apoyo del Presidente Municipal, así es que no le buscara ruido al chicharrón, porque para la segunda vez que su hija caminara en la calle le iba a echar el coche y no iba a fallar”.
Se calmaron un poco pero el ocho de este mes, como a las nueve de la mañana cuando se encontraba en su casa la señora Julia, escuchó unos ruidos en el patio de su domicilio y encontró a Guillermina Zamora destruyendo la barda. Le reclamo, pero la señora se la sonó dejándola bien madreada, dijo a las autoridades que ella lo que les pide es que le echan la mano apoyándola para que no se metan en sus propiedades y la dejen en paz porque tiene el título de su propiedad, espera que alguna autoridad les baje los humos a los funcionarios públicos y ya no la molesten.

Related posts