Elecciones, un medio para hacerse escuchar o legitimar al gobierno

NÚMEROS CLAROS

 

No sabemos cuántos candidatos morirán aún de hoy viernes al domingo próximo en que se efectuarán las elecciones, pero probablemente serán más que los 8 candidatos muertos hasta ahora. Hasta ayer jueves, había al menos 16 candidatos y dirigentes políticos que habían sido victimas de la violencia, lo que provocó la renuncia de más de 20 candidatos a puestos de elección popular, frente al riesgo de perder la vida. Bajo este contexto, las elecciones de este 7 de junio pasarán a la historia de México como unas de las más violentas de los últimos años.

 

Pero no sólo los candidatos han sido victimas de la violencia, también la han sufrido funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE), sus instalaciones y la documentación que será utilizada en los comicios. Violencia que no sólo proviene de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), abiertamente opuesta a las elecciones como protesta por la reforma educativa, o de los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desparecidos, sino del crimen organizado que desea seguir teniendo diputados federales, diputados locales, cabildos, presidentes municipales y gobernadores incondicionales a sus intereses.

 

El crimen organizado busca entre los nueve gobernadores que serán elegidos este domingo, entre los 500 diputados federales y los mil 200 diputados locales, cabildos y presidentes municipales, aliados que les permitan seguir contando con el control de policías federales, estatales y municipales, con la protección política de sus actividades delictivas, sin duda alguna.

 

Pero ello no debe generalizarse y obviar es descontento social de millones de ciudadanos, los cuales cuestionan al gobierno federal y sus políticas, encontrando en el llamado a la abstención y anular el voto un medio para protestar en contra del empobrecimiento de la población y del aumento de la inseguridad en el país.

 

De la violencia a la inseguridad y a lo insólito. El dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Carlos Navarrete Ruiz, partido que en otros tiempos apoyara la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ahora advierte que cualquier intento por impedir las elecciones de este domingo por la fuerza será una violación a la Constitución y llama al gobierno a tomar medidas para evitarlo, sobre lo cual tiene razón, no así su llamado.

 

El PRD como el resto de los partidos políticos de nuestro país, han encontrado en el sistema electoral el mejor medio para parasitar del erario publico y la clase política la vía más fácil para vivir. Quienes aspiran a los puestos de elección popular, la mayoría de ellos, no lo hacen para sumar sus fuerzas y cambiar la historia de México, sino para servirse de sus puestos y cambiar sus vidas. Por eso, les interesa la participación ciudadana que valide su ascenso al poder y su legitimiudad.

 

Después del domingo 7 de junio, millones de ciudadanos no volverán a ver a los candidatos a los puestos de elección popular, se volverán invisibles detrás de los vidrios polarizados de sus camionetas, detrás de las fortalezas de sus oficinas, pero antes se habrán servido del voto de millones de mexicanos que creyeron en sus promesas y validaron su elección, sin ninguna posibilidad de que puedan removerlos.

 

Sea cual fuere el resultado de estas elecciones, ellas servirán para legitimar al gobierno o para que los ciudadanos se hagan escuchar.Es verdad que al final, a los partidos no les importa cuántos ciudadanos asistan a las elecciones, si son el 30 ó 45% de los 87.2 millones de electores, lo importante para ellos es que se realice este proceso. Pero un abstencionismo masivo y anulación de miles de votos, debería ser una advertencia para la clase política y el gobierno sobre el estado de la inconformidad social que existe en México contra la clase política, los partidos, el gobierno y sus políticas.

 

Tratar de ignorar el malestar de la ciudadanía no contribuye a gobernar para el pueblo y, en cambio, sí a ampliar la distancia entre el poder y quien lo hace posible. Los ciudadanos. Hartos del estado de cosas actual, un día puede volver a insurreccionarse para pedir cuentas; las experiencias de las autodefensas son una expresión del poder del pueblo, aunque la manera de someterla por el gobierno es también una demostración de su capacidad de disuasión.

Related posts