Un Infierno Bonito

AHORA SÍ LO CUMPLIERON: LOS MATARON
Todos los ladrones saben que no los pueden linchar, por eso roban. Si los agarran les dan en la madre, se los llevan al bote y luego los sueltan. Eso de lincharlos es pura pantalla. Por eso los ladrones se burlan de los vecinos y cada que pasan por una colonia que tiene una lona que dice: “Si te caemos en la movida te vamos a matar”, les causa risa. Y dicen con señas, “a nosotros nos la pelan”. Saben que si los agarran, los policías los salvan.

Pero esta vez valieron madre. Hubo un doble linchamiento en Santa María Asunción, municipio de Tulancingo. Las autoridades encontraron una camioneta con restos humanos. Les voy a contar cómo sucedió, para que no les digan ni le cuenten, porque a la mejor les mienten. Al leerlo se les va a poner la carne de gallina, pues su muerte estuvo perrona.
Se echaron al plato a dos y les prendieron fuego. Todavía, uno de ellos tocó el claxon con la esperanza de salvarse, pero no le hicieron caso. Por el contrario, le echaron más lumbre.
Dicen varios testigos y vecinos que estuvieron presentes, que les cayeron en la movida desvalijando unos tractocamiones. La gente cuenta que otro ladrón que venía con los otros dos hampones se pudo escapar.
Tal y como están leyendo, en dicha comunidad, a las orillas en la carretera México-Tulancingo, región que se distingue por los intentos de linchamiento, en esta ocasión, entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, se les apareció el diablo encuerado en un callejón sin salida.
Una bola de gente que ya estaba hasta la madre de tantos robos, se hizo justicia con sus propias manos, y les aventó sus cremas a la policía, que nada más se mueve con su vieja, porque con los ladrones le saca. Cansada de tantos robos, señalaron a dos tipos de cuidado, que no les dio tiempo de montarse a su caballo.
Lo que animó a la gente, que los desmadró. Desde el lunes, a temprana hora, corrió la noticia, como reguero de pólvora. La población los había mandado al otro mundo. A otros les pasó como cuando los mariachis callaron: ellos no sabían nada, y quedaron mudos.
La gente no iba a hablar, pues es como si y se echara la soga al cuello. Los que seguramente participaron, acordaron hacerle al mudo. Si a algunos se les iba la lengua, todos les echarán la culpa.
Los reporteros de varios diarios le sacaron a ir, no les fuera a pasar los mismo, por chismosos. Las autoridades no soltaron prenda. En la Procuraduría General de Justicia, como siempre, no tenían conocimiento de lo que había pasado. Dijeron en voz alta: “Por Dios que no sabemos nada, si no pregúntenle al comandante”.
Sin embargo, horas después, la Secretaría de Seguridad Pública de Tulancingo y personal del Ministerio Público informaron el hallazgo de dos cadáveres dentro de una camioneta quemada, en un terreno despoblado del barrio Cuauhtémoc, de esa comunidad.
Dijeron que en el interior de la unidad, tipo Escape, pudieron apreciar algunos restos humanos, que emanaba a borrego quemado, así como un montón de huesos. Serán los de Servicios Periciales quienes descifren ese enigma, y entonces conocerán cómo estuvo la neta.
Llegó por ahí una señora, de esas que no les gusta el chisme, y esto fue lo que les dijo: “Mi esposo llegó muy espantado, estaba muy pálido, parece que se le había aparecido el muerto; no podía hablar del susto, sólo movía las manos como Clavillazo. Al verlo que la lengua se le hacía bolas, le tuve que dar un madrazo en el hocico para que soltara la sopa, y sólo así habló sobre lo que había visto.
“Paraba la trompa al hablar, y dijo que habían linchado a dos cuates y les habían prendido fuego. Por un momento pensó que eran los judas que queman el Sábado de Gloria. Pero luego le cayó el 20, que ya había pasado. Dijo, besando la cruz, que se muera su jefa si miente, que él era testigo de lo que acababa de ocurrir”.
Le dijo su mujer que se callara el hocico, porque los policías cuando no pueden resolver un crimen se lo cargan al que anda de chismoso.
“Pobre de mi viejo, hasta chorrillo le dio. Se puso amarillo como un chale, y pensé que se iba a morir del susto. Le di un bolillo, un té con los espíritus, y poco a poco me fue contando lo que pasó”.
Le dijo que todo comenzó cuando unos amigos vieron con esos ojos que se van a comer los gusanos, a tres individuos que les estaban quitando el estéreo a unos tráileres. Los indiciados fueron golpeados y amarrados por los habitantes que se juntaron, y algunos dijeron que no había que avisar a la policía de lo que había pasado, y mucho menos que los iban a esconder, pues les iban a dar un buen escarmiento. Algunos dijeron que estaba bien, pero nunca pensaron que los iban a mandar al Valle de las Calacas.
El chismoso le contó a su esposa, sacando los ojos, poniéndose como pambazo, que los amarraron con unos lazos, echándoles nudos ciegos, detrás de la misma camioneta y los arrastraron un buen de tramo, que con sus patas iban sacando chispas. Uno de ellos murió desnucado.
Al otro lo metieron a la caseta y lo encerraron. Uno levantó la mano, que de una vez los metieran a los dos y les prendieran fuego.
El que estaba vivo gritaba a todo pulmón, por su mamacita linda, que no lo mataran, que juraba por la memoria de su jefecita de todos los presentes y de sus 8 hijos, que nunca más robaría estéreos. Pero los vecinos estaban tan enojados que no les hicieron caso.
Les dijeron que si seguían de habladores también los iban a meter a la hoguera, para que se lo llevara patas de cabras. El mismo poblador fue testigo de todo lo que pasó y sabe quiénes fueron.
Las mujeres corrieron la voz, pero sin decir nombres, estuvieron sentadas a la orilla de la acera, esperando a los voceadores para preguntarles si había salido en el sol de Tulancingo que habían quemado a unos hombres. Las autoridades investigaban los hechos para saber qué sucedió realmente.

EL VATICANO ARRESTA A UN MONSEÑOR
Esto parece que estuvo muy bien. Los papas lo hubieran hecho desde un principio, y no ir a Chile sabiendo que hay menos católicos y pedir perdón a Dios por los pedófilos. Ahí se armó una bola de madrazos, entre los católicos y no católicos, y el que pagó el pato fue el papa Francisco. Cuando pasaba por las principales calles de la ciudad de Chile le aventaron un morralazo.
Así como ahorita se están sacando sus trapitos al sol los políticos mexicanos, que resultaron más ladrones que su madre. Diputados, alcaldes, gobernadores, presidentes, y todos los que tenían un hueso, lo supieron roer, pues empobrecieron más a México. Ojalá y los tres changos no salgan con su mamada, que se llevaron más que los otros. Carlos Alberto Capilla, designado servidor de Dios, es acusado de posesión de pornografía infantil en los Estados Unidos y Canadá. El Vaticano ordenó su arresto. Es el tercero de la nunciatura en Washington. Hasta septiembre del año pasado, que fue llamado para que regresara rápidamente a Roma, impidiendo que las policías de los Estados Unidos y de Canadá lo arrestaran.
La mañana del domingo, la gendarmería Vaticana lo encerró en una celda aplicando el mandato de captura emitido por el promotor de Justicia, una especie de fiscal de la Santa Sede, al frente de una investigación interna por posesión de material de pornografía infantil
La justicia estadunidense y canadiense estaban detrás de monseñor. Descargó numeroso material de pornografía infantil. El mandato de arresto fue emitido por las autoridades  de Canadá en contra de ese mono. Se refiere que los hechos se registraron en diciembre de 2016 en la ciudad de Windsor en Ontario.
Precisamente, la policía de Windsor investiga sobre el colosal movimiento en internet de pornografía infantil, a raíz de una denuncia del Centro Nacional de Coordinación Contra la Explotación de los Menores.
Según la policía de Windsor, el monseñor capellán había utilizada la computadora de la parroquia para descargar y difundir el material pornográfico infantil. Coincidentemente, según algunos medios de comunicación italianos, en estos meses el religioso acusado vivía en el mismo departamento del nuncio apostólico polaco Gozar, prelado arrestado y sometido a proceso por una historia de abusos sobre menores en la República Dominicana, además tenía amplia libertad de movimiento y varias veces lo vieron salir del Vaticano.
Esto que les estoy contando tiene una relación entre los gobernantes y los del Vaticano que le juegan a la hipocresía, unos para robar y otros para robar, aunque es lo mismo. No sé adónde vamos acabar con la creencia y la fe, y la confianza en los grandes gobernantes que se enriquecen a costillas de los pobres.
Así como los partidos y el gobierno dejan que uno decida, es lo mismo. El que quiera ser católico que lo haga, y el que quiera permanecer a algún partido, es lo mismo. Tanto uno como otro son asquerosos.

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