• Por presuntamente lavar dinero del narco; el Departamento del Tesoro acusa a un promotor musical de tener vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación
La música regional mexicana está otra vez en el punto de mira de la justicia de EU. Después de las acusaciones contra el cantante Julión Álvarez y el futbolista Rafael Márquez, el Departamento del Tesoro incluyó el viernes a otro mexicano en su lista negra de narcotráfico: Jesús Pérez Alvear.
Este promotor musical está ligado a artistas como Álvarez y Gerardo Ortiz, dos de los máximos exponentes del género. Pérez Alvear ha sido identificado como un “narcotraficante especialmente designado” y ha sido acusado de lavar dinero a través de conciertos para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y para Los Cuinis, el brazo armado de esta organización criminal.
“El tesoro está concentrándose en sospechosos que trabajan para los capos mexicanos de las drogas y que los apoyan para mantener sus opulentos estilos de vida a costa de traficar drogas mortales en EU”, ha señalado en un comunicado la subsecretaria para terrorismo e inteligencia financiera, Singal Mandelker. “La acusación de Pérez Alvear expone su ayuda al CJNG y a Los Cuinis para explotar la industria musical mexicana para lavar dinero y para glorificar sus actividades criminales”, ha agregado Mandelker.
La funcionaria estadounidense alude a una polémica perenne en el país: la de los narcocorridos, canciones que narran las “proezas”, los fracasos y las caídas de los capos. Las composiciones, a veces prohibidas de la radio mexicana, suelen hacerse bajo pedido y con el visto bueno de los criminales. Julión Álvarez no era necesariamente identificado por sus narcocorridos, pero Gerardo Ortiz tiene en su haber éxitos como Dámaso, el hijo de Dámaso López, quien facilitó una de las primeras fugas de la cárcel de Joaquín Guzmán Loera El Chapo. “Sí señor, yo soy Dámaso, soy hijo del Licenciado, de Culiacán y mi gente siempre he tenido el respaldo”, canta Ortiz en uno de los temas que lo catapultaron a la fama.