El plácido centro de la ciudad alemana de Münster, de calles intrincadas y concurridas, con sus terrazas al aire libre en las que aprovechar los primeros rayos del sol de primavera, se ha visto golpeado brutalmente este sábado por un conductor que ha embestido una furgoneta contra una multitud.
“Nos han dicho que ha habido un atentado y que debíamos cerrar la tienda. Hemos sacado a la gente y estamos esperando a que la policía nos dé señales, pero ya no vamos a abrir. Han echado a todo el mundo del centro”, dice Gin Lubrisch, empleada de Joyeria Creole.
En los alrededores del suceso, que por ahora ha dejado 4 muertos y más de 30 heridos, según la policía alemana, andaba Uber Duesmann, que dice haber sabido por boca de los agentes que estaban buscando a más de un atacante. “El terrorista se suicidó”, añadió, algo que poco después ha sido confirmado por la policía. Fuentes oficiales todavía no han calificado el suceso como atentado.
El atropello se ha producido en el centro de esta histórica ciudad de 300.000 habitantes del noroeste de Alemania. El vehículo ha arrollado una terraza de un conocido restaurante frecuentado tanto por locales como por turistas.