Encabeza arzobispo Vía Crucis en Tulancingo

 

Monseñor Domingo Díaz Martínez encabezó el viernes, el recorrido del tradicional viacrucis en las principales calles del municipio de Tulancingo, desde la catedral metropolitana; acompañado por cientos de feligreses.

En su mensaje, el arzobispo exhortó a sus acompañantes y a la sociedad en general a reflexionar sobre la posibilidad de cambiar la pasión por la salvación, de acuerdo lo que vivió Jesús antes de su muerte, y como fruto del Viernes Santo.

A lo largo de las catorce estaciones, Monseñor sugirió darle ese giro a la vida que cada una de las personas lleva a diario, con el desafío de no mirar atrás y buscar siempre el amor de Dios y al prójimo.

En la primera estación invitó a que, contrario a lo que sucede hoy en día, se busque hacer el bien al prójimo aún y cuando éste calumnie, critique y maldiga; algo muy similar sugirió en la tercera y cuarta estación, ya que su reflexión se centró en no hablar mal del familiar o vecino y más bien sufrir con paciencia las flaquezas de quien ofende.

El obispo conminó a no dejarse caer por el pecado y, si así sucede, levantarse con más fuerza, limpiar las impurezas y purificarse: “Hablemos siempre del Señor Jesús, que nuestra boca no permanezca cerrada”.

De la sexta a la novena estación se centró en la misericordia que debe reinar en la mente y corazón del cristiano: ayudar a quien sufre y lo necesita; respetar, promover y defender los derechos del hombre y sobre todo de la mujer; así como abstenerse de despojar de sus bienes a la gente.

Más adelante enfatizó en que un católico no debe avergonzarse de su fe, por ello pidió defenderla: “que no nos dé pena ser bautizados, que no nos dé pena impartir la catequesis, ir a Misa o rezar el rosario”, subrayó.

El arzobispo de Tulancingo dijo que una persona que se considera cristiana debe ser fiel a la vocación de Dios, por ello debe huir de los lugares de pecado, de donde se puede caer en tentación; “actuemos a tiempo, sepamos hablarle a Dios, sepamos pedirle ayuda a tiempo”, destacó.

En las últimas estaciones del Vía Crucis de este año, Díaz Martínez pidió la promoción de la paz con el propio testimonio de vida, que no se base en la búsqueda de pleitos o genere violencia en un país como México que lo sufre en su acontecer diario.

El recorrido que se desarrolló por las principales calles de Tulancingo reunió a un aproximado de mil personas que poco a poco se conglomeraron conforme se avanzaba en el caminar que alcanzó una duración total de dos horas con treinta minutos.

Adultos mayores, padres de familia, jóvenes, religiosas y niños acompañaron la representación del camino que siguió Jesús hacia la cruz antes de su muerte, con el trayecto que dio inicio a las 8:00 horas en Catedral y culminó ahí mismo, ante la presencia del párroco Juan Bautista.

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