¿Valdrá la pena votar el 7 de junio?

Por qué las próximas elecciones del 7 de junio  deberían ser distintas a las realizadas en 2003 y 2009. La “democracia electoral” instaurada en México intenta convertirse en la vía para que los ciudadanos accedan el poder político; sin embargo, no han sido los ciudadanos los beneficiados con este mecanismo para decidir quién debe gobernarlos, sino los partidos políticos y los dueños de éstos, convertidos en patrimonio familiar o herencia de una revolución social, de la cual sólo quedan los recuerdos y una Constitución maltrecha, desfigurada, con el afán de actualizarla a una realidad nacional que poco ha cambiado en términos de justicia social y cuya razón de ser: “Sufragio Efectivo no Reelección”, en la última reforma política fue enterrada para dar paso a la dictadura de los partidos sobre los ciudadanos.

 

 

En las elecciones de 2003, con un padrón electoral cifrado en 65 millones 337 mil 47 electores, para elegir los 500 diputados federales que integran la Cámara, 300 de elección directa por cada distrito uninominal y 200 elegidos indirectamente vía plurinominales (proporcionalmente), acudieron 26 millones 738 mil 924 electores a las urnas para elegir a sus representantes “populares”, es decir, sólo participó el 40.9% de los ciudadanos en condiciones de votar.

 

Los datos indican que sólo el 2.3% de los votos fueron nulos en esas elecciones. El PAN obtuvo más de 8 millones de votos, el PRI poco más de 6 millones y el PRD casi 5 millones. Al PRI, con su alianza con el Partido Verde, le valió llegar a 222 diputados y al PAN 153, dejando al PRD con 97. El resto de los curules se lo repartieron el Partido Verde, el PT y Convergencia.

 

En las elecciones de 2009, el padrón pasó a 77 millones 815 mil 606 electores, de los cuales sólo votaron el 44.6%, unos 34 millones 708 mil 444 ciudadanos. Ello permitió que el PRI obtuviera 237 diputados , el PAN 143 y el PRD 71. El resto de los diputados se repartieron entre el Partido Verde, el PT, Convergencia y Nueva Alianza.

 

En estas elecciones el padrón electoral está compuesto por 87.2 millones de electores. Bajo el contexto nacional actual, caracterizado por la inestabilidad e inconformidad social, que se ha venido reflejando por la violencia electoral, la critica de muchos sectores empresariales por el perfil de los candidatos de los partidos y los múltiples llamados, desde diferentes sectores sociales, a no participar en las próximas elecciones del 7 de junio ¿Cuántos ciudadanos acudirán a votar?, ¿el 30% 0ó el 40%?.

 

No importa cuántos ciudadanos acudan a validar las elecciones y a los diputados que saldrán de este proceso. No importa cuántos votos se anulen, lo cierto es que después de muchos años, y al menos en los últimos años en que he estado presente en México, estas elecciones serán diferentes a muchas otras.

 

En esta ocasión los ciudadanos saldrán a mostrar su rechazo al estado de cosas en el país, a la farsa de una política económica que no ha ayudado a los empresarios a multiplicar sus inversiones ni a crear más empleos, que no ha contribuido a reducir la pobreza ni detener la violencia; que no ha sido capaz de incorporar a los millones de jóvenes que han salido al mercado laboral, los cuales sólo han encontrado en la delincuencia la vía para sobrevivir o en la emigración hacia los Estados Unidos. ¿Valdrá la pena votar en esta elecciones para validar una situación social que no compartimos, con la cual estamos en desacuerdo, a validar candidatos a diputados sin formación para ello y sin principios, otros que no sean obedecer a sus partidos y sus propios intereses?.

 

Related posts