Un Infierno Bonito

TRABAJO COMO BURRO
Luís mejor conocido como el calaca del barrio de “La Palma”, de 34 años de edad, cuando vio que las minas de Pachuca ya habían valido madre y de un momento a otro iban a quebrar sin darle ni un centavo, antes de que lo corrieran les fue a mentar la madre a los del sindicato minero, que era el líder de la compañía Real del Monte y Pachuca llamado Jaime, siempre andaba rodeado de gente, quien se hacía llamar a sus grupo “La liberación Minera”.

Habló muy seriamente con su greñuda vieja, que se tenía que ir al otro lado, su mujer trataba de detenerlo porque no tenían quien les echaran la mano, vecinos de una comunidad de Ixmiquilpan. Se lo repetía a su señora que se iba ir de inmigrante a los Estados Unidos, porque acabándose las minas Pachuca iba a valer lo que se le unta al queso “puro chile”, mientras buscaba la fórmula entre sus amigos cómo y por donde se iba a ir, como era muy responsable con su familia se metió de albañil, eran una madrizas que el pobre de tanto hacer mezcla y subir botes de mezcla para el colado, ya se le habían hecho las piernas de charro y se le secaron las nalgas.
Pachuca siempre había sido un pueblo cuentero, burrero, bicicletero, pero en aquellos tiempos estaba mejor que en estos, no había parquímetros, que aparte de estorban la única que gana es la presidencia municipal, no había tanto bache ni basura, el personal de la presidencia era atento y honrado. Al pobre Guicho no le alcanza ni para comer frijoles. Un día encontró a su compadre el callejas y estaban iguanas ranas, juntos decidieron jugársela e irse a los Estados Unidos, y mandarles a sus viejas puros billetes verdes, ya no mencionaron más del asunto hablaron con sus viejas y de la noche a la mañana se fueron a buscar el sueño americano, arriesgando que los metieran al bote o que les dieran un plomazo. Cada quien por su lado se despidieron de sus viejas, y atravesaron el desierto como camellos. Para pasar se desapartaron, Luis corrió con buena suerte y llegó a la ciudad de Fresno California, trabajó de sol a sol, le enviaba dinero a su vieja, para que ahorrara y comprara una casa para sus dos hijas de cuatro y seis años. Su vieja se gastó el dinero con el “Sancho”, no compro ni madres, haciendo matemáticas le había enviado 300 mil pesos. Hace unos días que regresó de donde andaba se le concedió volver, la señora Celia, le salio con que a “Chuchita” la bolsearon, tenía en el banco 10 mil pesos y 8 mil en la tienda Elektra, le reclamó que por qué solo ese dinero, la señora se hizo la enojada le dijo que se tuvo que gastar, llegó el gasolinazo que le dio en toda la madre a los mexicanos, porque subió la canasta básica y sus hijos entraron a la escuela. Por unos familiares y conocidos, Luís se enteró que su vieja andaba con otro guey, le daba vida de rico manteniéndolo, era su quelite y lo metía a su casa. Enojado tuvo una fuerte discusión con su vieja, apunto de darle en la madre por hacerle de chivo los tamales, él quiso que le dijera dónde estaba el dinero que le mandó, pero la gata le salio rezongona, su vieja se puso brava le mentó la madre, se salió dejándolo hablando como loco, diciéndole que le dejaba a sus hijas. Calmado espero a que regresara para hacer un dialogo como lo hacen los políticos, pero no regresó. Busco las tarjetas donde tenía el dinero, al no encontrarlas fue a preguntar, le dijeron que la señora lo había retirado, muy triste se regresó a su casa sin ilusiones, caminaba con los brazos caídos como si le pesaran las nalgas, haciendo cuentas de que tenía que pagar la renta, vestir y calzar a sus hijas, busco la vida más fácil, la mandó a que fuera a buscar trabajo en un centro nocturno de mala muerte, él se volvió padrote, el cuida a sus hijas mientras su vieja le da vuelo a la hilacha.

DEL SUSTO LE GANÓ EN LOS CALZONES
José Roberto H. de 38 años de edad, conduce el taxi Nissan Tsuru de los Metropolitanos, se llevó el susto de su vida que si no se come un bolillo, hubiera quedado panzón como su hermana, tartamudeando, temblando por el frío, porque lo asaltaron y lo habían dejado en traje de rana, algunos vecinos dieron aviso al 911 que por la colonia andaba un encuerado temblando por el frío, llegaron los uniformados y le prestaron una cobija, se lo llevaron Ministerio Público y declaró que lo habían asaltado, le quitaron todo lo que llevaba incluyendo la ropa. Comentó que era la una de la mañana, circulaba por el boulevard Pachuca- Tulancingo, le hicieron la parada tres hombres, le dijeron que los llevara al municipio de Mineral del Chico.
Dos de ellos se subieron en el asiento de atrás y uno adelante, cuando iban por la Universidad, escuchó una voz que lo hizo temblar como gelatina, que no se moviera o le daban en la madre, los tres sacaron sus cuchillos, uno de los que iban atrás lo abrazó del cuello con un llave china le puso el cuchillo, otro que iba a su lado le picó las costillas, le ordenaron que se bajara del auto con las manos en alto, temeroso las levantó, les suplico por su mamacita linda que no lo fueran a matar porque tenía hijos chiquitos. El que iba adelante arrancó los cables del Radio de Comunicación, le sacaron la cartera, tenía mil 200 pesos de la cuenta, le quitaron su reloj que le costó 2 mil varos, sus anteojos, su celular de 300 y su chamarra de lana de borrego que le costó 400, la acababa de comprar. Lo encueraron totalmente, él les pedía que le dejaran los calzones pero no le hicieron caso y también se los quitaron, lo metieron a la cajuela del coche y se arrancaron a toda velocidad, en un momento sintió que habían parado, espero un rato, abrió la cajuela, los vio que corrieron dejando el taxi encendido, se metió, pidió ayuda a sus cuates y llamaron al 911. Llegaron los uniformados al verlo encuerado le preguntaron que si no lo habían violado, dijo que no, pero le contestaron que lo iban a pasar con el médico para que lo revisara, porque algunos lo niegan ya que les da vergüenza, los uniformados implementaron un operativo de localización y búsqueda, agarraron a dos de los asaltantes, se les peló uno. Recupero lo que le quitaron, menos el susto, lo pasaron con el médico que lo reviso y dijo que todo estaba bien, los policías lo pasaron con el Ministerio Público, que anotó en su carpeta de investigación, poco después detuvieron a los asaltantes, recuperó todo lo que le habían robado, los policías le quitaron la cobija que le habían prestado y lo dejaron que se fuera a su casa.

NO AGUANTÓ VARA
Un adulto mayor estaba que se lo llevaba la grosera, las enfermedades lo tenían hasta el copete, se aliviaba de una cosa y se enfermaba de otra, le decía su señora que así es la vida como dice el dicho que a “jacal viejo no se le ve gotera”, pero el señor como era más terco que una mula, mejor se quitó la vida colgándose del pescuezo en el barandal de la escalera. Dejo dos recados póstumos, original con copia, lo hizo por si las moscas se fuera a perder uno. “Que a nadie se culpe de mi muerte, yo lo decidí por mis enfermedades, perdónenme hijos, hijas, nueras, nietos y nietas, cuídese todos”.
Esto sucedió a las 11 con 20 minutos de la mañana del domingo en el municipio de Omitlán de Juárez Hidalgo. Artemio, de 85 años, salió por la puerta falsa, 15 minutos después llegó su hijo de 33 años de edad a su domicilio,  al ver a su jefe estaba como piñata con la lengua de fuera lo bajo, lo acostó en un sillón y salió hecho la raya a traer al médico, quien trató de reanimar al suicida dándole masajes al corazón y metiéndole la lengua, pero todo fue inútil, se había ido para Morelia. Sus familiares cuando se enteraron se quedaron muy tristes, porque el señor Artemio decidió irse al otro mundo. Llegó el oficial de Seguridad Pública del pueblo, al encontrar acostadito al muerto en un sillón llamó al Ministerio Público de Atotonilco el Grande para que diera fe del cadáver.
Sus familiares estaban inconsolables por la decisión que había tomado el señor, se imaginaron que pudo ser porque seguido andaba achacoso, le dolían las patas, las piernas, su espalda, se quejaba hasta de la cola, ya les había dado un tip a sus familiares, que un día no iba amanecer, pero nadie le creyó, como le entraba duro al pulque pensaban que era una de sus borracheras.

EL PESCADO NADADOR
Narciso Hernández, se llevó a su familia a una excursión a la Presa del Cedral, en la Estanzuela, es un valle muy bonito que se encuentra a unos kilómetros de Pachuca, la tierra de los parquímetros, los baches y la basura, él estaba muy contento, los niños corrían como chivos, era la primera vez que los sacaba a pasear. Mientras su señora compraba unas gorditas y algunos litros de melón para bajarse lo picoso, Narciso alquilo una lancha y una caña de pescar, él solo se fue a lo más alto de la presa a ver si tenía suerte de atrapar alguna trucha. Aventó el anzuelo, como paciente pescador se sentó por horas a esperar a que mordiera un pez, de tanto estar sentado se le durmieron las nalgas,  cuando se quiso parar se fue de cabeza a la presa, desesperado manoteaba, pataleaba, salía y se sumía, se estaba ahogando. A lo lejos su vieja lo vio y comenzó a gritar como loca que lo sacaran, porque no sabía nadar. Uno de los que cuidan la presa se aventó sacándolo de las greñas, lo llevó a la orilla, estaba panzón de tanta agua que se había tomado, le dieron los primeros auxilios, al moverle las manos le salía agua como la del chorrito, porque se hacía grandote y se hacía chiquito.
Comenzó a toser, abrió los ojos como de burro, alegaba que lo sacaron sin zapatos, que eran los nuevos, se sacudía como perro y temblaba como gelatina por el frío, comenzó a estornudar, le dio gripa que se le complicó y se volvió neumonía, lo internaron en el hospital General de Pachuca, entre su gravedad dijo que él no quiere saber nada de pescados.

LOS TAXISTAS SON HUACHICOLEROS
Los uniformados descubrieron a un ruletero en el boulevard Circuito Chapultepec en Tulancingo, llevaba tres garrafones con gasolina que no quiso decir su procedencia.
Un taxista fue detenido por los gendarmes de la policía municipal durante un operativo de inspección y vigilancia, un taxista se les hizo sospechoso, porque la parte de atrás del taxi se notaba que traía algo pesado en la cajuela, circulaba en el boulevard muy transitado buscando la forma de irse en medio a manera de que no fuera descubierto, pero ya lo traían en su lista negra, al ver a los gendarmes que se le acercaban, trato de acelerar pero por el espejo miro que sacaron la pistola y mejor se entregó.
Los uniformados dijeron que ya se la saben de todas todas. los ordeñadores la transportan en coches de sitio, particulares, camionetas del servicio público por eso lo agarraron y fue llevado al Ministerio Público federal y el taxi al corralón.

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