El Señor (Míster) López

    •    También debo confesar que a este personaje nunca lo he tomado en serio menos aún después de sus graves declaraciones contra las instituciones y su instantánea con la banda presidencial cuando perdió ante Felipe Calderón Hinojosa


Antes que otra cosa debo decir que no conozco a Andrés Manuel en persona, pero basta con ver alguna de sus fotografías para darme una idea de los objetivos que pretende en el campo de la política “a la mexicana”; recordar sus calcomanías ridículas caricaturizado con sus dientes de topo y sus gallitos en el pelo.
 
Da mucho de qué hablar cuando se analiza en serio a un aspirante a la Presidencia de la República. Lo poco que sé de él es que es de un pueblito de Tabasco donde se supone abunda el pejelagarto, una especie endémica de apariencia babosa, para mí es como un renacuajo en metamorfosis.
Este político, ahora de banqueta, ya que gobernó el Distrito Federal llevando el refrito comunista al Zócalo con eventos masivos y actos proselitistas donde los jóvenes llenos de  curiosidad lo escuchaban con atención, lleva años queriendo ser el presidente mediante la vieja guardia izquierdista que nunca funcionó ni siquiera en la entonces U.R.S.S. Su poca preparación dice mucho de él: una licenciatura, que por cierto acaba de terminar con ayuda de sus cuates y algunos intelectuales de la magna, noble, bondadosa y primerísima Universidad number one del subcontinente llamado Latinoamérica, es decir, de la UNAM en Ciencias Políticas y Sociales (quién sabe si también Administración Pública); al parecer no domina el inglés ni el francés, como Anaya luce en sus spots.
Antes se veía gris, con su ropa vieja, mal parado en sus mítines tercermundistas principalmente en los tres estados más atrasados de esta República: Oaxaca, Guerrero y Chiapas. En cambio ahora lo vemos con un nuevo look; se retrató junto a su peluquera con cara sonriente, al parecer esa será su nueva estrategia: AMLO recargado. También debo confesar que a este personaje nunca lo he tomado en serio menos aún después de sus graves declaraciones contra las instituciones y su instantánea con la banda presidencial cuando perdió ante Felipe Calderón Hinojosa.
Al parecer el Señor López, como lo llamaba Vicente Fox, ha cambiado de guardarropa y quiere proyectar una imagen que convenza a la gente joven con tendencias nacionalistas; propone dejar de ser el tapete de los Estados Unidos de América y acercarnos más a Cuba, cuya población es más parecida a la mexicana (¿por La Conquista?); tiene tanta cultura que la gente confunde el latín con el francés. Creo que eso no es lo que más nos conviene; en éstos, como en todos los tiempos, la Política Exterior debe ser nuestro fuerte para compartir de buena gana la enorme frontera con nuestro vecino del norte, por no decir diplomacia.
¿Cómo saber si alguien del estilo del Señor López Obrador puede convencer a la opinión pública nacional e internacional? Hay un viejo dicho que dice que no es bueno reírse cuando no se entiende por completo el chiste. Desde mi punto de vista debería conseguir una plaza de catedrático en la UNAM y profesar, como Maquiavelo, lo que nunca podrá llegar a ser.
Esa mala imagen que supuestamente le era natural y creo lo sigue siendo, a pesar de su nuevo atuendo no le ayuda en nada a nuestro país, el cual necesita urgentemente nuevos conocimientos para impulsar lo que alguna vez hizo, para siempre, la Revolución Industrial.  
 
Escrito para Plaza Juárez por Alan Gutiérrez Rivera. Comentarios al twitter algutriv@
  

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