ALFIL NEGRO

¿Y SI EL SEÑOR RECTOR RENUNCIA?
El rector ADOLFO PONTIGO LOYOLA es un profesional respetable, con indudable capacidad y un amor a la Universidad que no se puede negar porque lo transpira por todos los poros. Durante mucho tiempo esperó , debemos suponerlo, la oportunidad de ser EL RECTOR  de su amada universidad, para darle camino y rumbo desde su visión compartida con los demás dirigentes de la casa de estudios, yo no lo sé de cierto , pero lo suponemos.

Lo incierto de su caso, es lo que se ve, es que le toca un tiempo en que el rector, sea él u otro, no es más una figura decorativa porque el que manda es Gerardo Sosa, amo y señor de la UAEH desde hace más de 30 años, a tal grado de que no es equivocado decir que no se mueve nada, ni nadie, si él y sólo él lo aprueba, lo promueve o lo quiere, no necesariamente de acuerdo a las urgencias de la universidad sino al parecer de sus propios intereses que tienen que ver más con la búsqueda obsesiva del poder, ahora por los caminos que sean, usando a la UAEH como su reducto y propiedad particular, sobre todo en sus dineros y personal a los que maneja como le viene en gana.
Por lo que se ve, rector, rector no lo es, porque pese a su capacidad, la Universidad caminará no por dónde él puede ver como lo mejor, aunque se aceptan sugerencias, sino por dónde decida el verdadero rector en el sentido de ejercicio del poder.
En más de una ocasión ha salido a dar la cara por la casa Garza, con argumentos más o menos válidos, pero en los aspectos oscuros de la misma, sobre todo en el manejo del dinero, no de los presupuestos federales y estatales que saben manejar de manera afortunada, sino el dinero extraordinario que ingresa por la vía de las empresas universitarias, o del Patronato, ese ya es otro cantar, porque hasta donde se sabe la Auditoría se centra en los dineros públicos y no en los que se manejan por otros conceptos como pueden ser las llamadas empresas universitarias que son muchas, incluido un diario, y que por lo que se ve le generan buenas entradas en pesos y no se revisan como debiera ser, ni se acepta que se revisen con un Órgano Interno de Control, porque dicen que se violaría la autonomía, pero que viéndolo desde otra perspectiva le daría el logro de “transparencia” total que señaló en su conferencia de ayer y que queda en entredichos por esta situación, por más logros que se le quieran colgar a la casa de estudios y lugares de privilegio con mediciones que tienen sus asegunes, sin dejar de reconocer los avances que tienen, pero que se magnifican como la séptima maravilla sin serlo.
El señor rector pudiera, si así lo considera pertinente, renunciar a su cargo para dar una gran lección de dignidad, porque así como ejerce el cargo de rector más parece un colaborador del gran jefe que el jefe, lo que no parece que se debe aceptar.
Desde luego es una opinión, con los datos que se tienen.
Pero parece un camino mucho más correcto de decisión, que esperar que lo enfermen como ya sucedió con algún rector, de acuerdo a las exigencias del script del dueño de la película.
Es sólo una posibilidad, no una exigencia, porque en estas circunstancias cada quien decide su camino y sus acciones, faltaba más.
Porque si él aprecia como se ve, el derecho de los estudiantes a eso a estudiar y a que no se les utilice para grillas, seguramente estará en un problema cuando ve el manejo poco serio, por decir lo menos, que se pretende hacer de los universitarios para presionar en busca de un dinero que no parece justificarse tan rotundamente como se quiere hacer aparecer y que en otros tiempos se lograba con la mano en la cintura, pero que ahora no se ve tan fácil con argumentos que tienen que ver con el derecho de muchos hidalguenses, por más interrogantes que se quieren poner sobre este tema.
Sería una decisión fuerte sin duda alguna, pero también una gran lección en muchos terrenos de los valores.
Es, desde luego, una posibilidad, que se puede dar o no, y que se presta por lo menos al análisis.
Porque pensar que va a renunciar el dueño de la universidad, ni en sueños, aunque el escenario actual puede hablar de que su tiempo se va acabando porque las cosas cambian, los personajes también, es una ley de la vida.  

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