Correr por la vida

LA GENTE CUENTA

José Luis estaba en la línea de salida. Su semblante reflejaba mucho nerviosismo, mientras que los demás corredores estaban en proceso de calentamiento con amplias sonrisas. En cambio él ya estaba formado, con el cuerpo en posición, pero su pensamiento estaba con Marina, su esposa, quien sufría de leucemia.
    Miraba alrededor. Una voz de fondo anunciaba a todos los competidores que ocuparan sus respectivos espacios, pues la carrera iniciaría en unos instantes. Y poco a poco la línea de salida comenzaba a confirmar. Y José Luis pensaba en el premio, no por avaricia, sino como una forma de sobrellevar la enfermedad de su amada esposa.
    Y de pronto, un disparo de salva alertaba a los corredores de que la competencia había comenzado. José Luis intentaba luchar contra las condiciones atmosféricas, contra el desgaste de sus fuerzas a pocos instantes de haber iniciado. Pero a pesar de eso seguía con paso firme y decidido a llegar a la meta.
    El recuerdo de su esposa se volvió a agolpar en la mente de José Luis. Recordaba en el momento en que habían coincidido de forma accidentada en la escuela, cuando él chocó con ella por ir distraído con su celular, y cuando se dirigió hacia ella para pedir disculpas se prendió de su mirada, unos inocentes ojos café claro que nunca más vería en otra mujer.
    Se acordó cuando trataba de cortejar con ella, ante su negativa de ella y la insistencia de él, logrando su cometido después de un año y medio de lucha, y después sobrepasar problemas con sus familias para darse cuenta que estaban destinados. Y el día de su boda, él prometió estar con ella en la salud y en la enfermedad… y de pronto ella se desvaneció.
    Repentinamente, José Luis tropezó. Un pequeño torrente de sangre salía de su rodilla. Un paramédico salió a su encuentro, pero él se negó. Una fuerza extraordinaria surgió de su interior, más por la preocupación de perder la oportunidad de ver a su esposa sana. Y sin más corrió, sin importar el dolor. Y llegó a la meta.
    Miró el marcador. Había quedado en primer lugar. Un respiro y una lágrima de satisfacción sellaron el triunfo.

Related posts