RETRATOS HABLADOS

    •    El flautista encantador


Endosar el conflicto sindical que vive la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo al gobierno de la entidad, es la intención del grupo que mantiene en su poder esa institución desde hace 36 años.

    En una lógica típica de quien ha sentado sus reales en los campus universitarios, no puede haber momento más propicio para buscar agenciarse de más recursos económicos, que el de las elecciones.
    Similar a los chantajes de Antorcha Campesina, plantea en esa ilógica forma de razonar, que puede llevar el voto de miles y miles de jóvenes estudiantes al partido que así desee, en una especie de flautista encantador, si no son satisfechos sus caprichos, siempre relacionados con dinero.
    Sin embargo hay un mar de diferencia entre el supuesto voto cautivo de la agrupación campesina, y el de quienes se forman como profesionistas que están destinados a transformar al Estado, y este tiene que ver con la preparación a que han tenido  acceso.
    Argumentar que es posible disponer de la voluntad de universitarios, quienes casi en condición de zombis acatan sin chistar la orden del amo para tachar en la boleta de elección quien la mente suprema les ordene, es un absurdo de principio a fin, una ofensa, una actitud más de soberbia de quien cree en esa posibilidad.
    A lo anterior se suma el rompimiento público del líder del Grupo Universidad con el tricolor, quien podría haber dado un paso al vacío al cerrar todas las puertas a un eventual reencuentro con sus viejos camaradas. Resulta que a estas alturas simplemente ya no es confiable, y por el contrario cada un de sus acciones será vista con sospecha, justa sospecha.
    Por eso pensar que puede endosar el conflicto sindical que ha armado de manera artificial al gobierno de Omar Fayad, es a todas luces una un error mayúsculo, que sin duda en el pasado reciente le rindió frutos y ventajas, pero que hoy simplemente ha topado con pared.
    De igual manera la presión desatada para intentar bajar a como dé lugar de la candidatura de MORENA al Senado de la República, a Julio Menchaca Salazar, y meterse a toda costa como relevo inmediato, empieza a ser vista como una acción desesperada por parte del presidente del Patronato Universitario, Gerardo Sosa Castelán.
    Hay pues de aquí hasta el domingo muchos elementos que deben ser tomados en cuenta.
    No se trata, de ningún modo, de una huelga legitimada por la pelea de los sindicatos de maestros y trabajadores de mejores salarios. No señor.
    Es una huelga electorera de principio a fin, de desafío, de mostrarse como el personaje adorado por la grey estudiantil.
    Es una jugada riesgosa en todos sentidos, que puede desembocar en el principio del fin del reinado de Gerardo Sosa en la UAEH.
    Después de 36 años, más que los de Don Porfirio Díaz en el poder presidencial de México, es evidente que la realidad que ve un hombre que ha mantenido el poder absoluto en la institución educativa es solo la suya, la que construye día a día con ayuda de un equipo de ilusionistas incapaces de decir no a la orden del amo.
    La audacia de que siempre ha dado muestras el personaje citado, hoy se observa más como un acto temerario de consecuencias fatales para quien lo ideó.
    Son otros los tiempos, y a los universitarios no se puede, no se debe manejar como una masa sin conciencia, dispuesta a tirarse al precipicio si el flautista encantador así lo ordena.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
    La audacia de que siempre ha dado muestras el personaje citado, hoy se observa más como un acto temerario de consecuencias fatales para quien lo ideó.
    Son otros los tiempos, y a los universitarios no se puede, no se debe manejar como una masa sin conciencia, dispuesta a tirarse al precipicio si el flautista encantador así lo ordena.

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