Un Infierno Bonito

UNA MUJER PODEROSA
Si en Pachuca no respetan el Reglamento de Tránsito, les diré qué es lo que pasa donde no lo hay. Nos vamos a Atotonilco el Grande, donde una señora dice que tiene muchos calzones, agujereados pero sin sello. Agarró a madrazos a un agente de tránsito, le mentó la madre, le quitó su libreta de infracciones y se la rompió en su jeta.

Todo sucedió cuando el cumplido guardián le dijo a la mujer que avanzara porque estaba estacionada en doble fila frente a un banco. Angélica se bajó muy nalga de su automóvil, y le dijo que ella podía estacionarse donde le pegara la gana, y si se ponía perro, aparte de rajarle la madre, lo iba a demandar para que lo corrieran y le dieran una semana en el bote para que se educara.
Maximino le hizo ver que sólo cumplía con su deber, y calmado, sacó su libreta de infracciones. Angélica le pegó con el puño cerrado en la cabeza, que le sumió la gorra hasta las orejas y le dio un faul.
El tránsito se dobló agarrándose a donde le pegaron, y la fémina le dio una patada en la mera cola, se subió a su coche dando un arrancón, que las llantas rechinaron en el pavimento y sacaron humo.
Angélica fue a demandarlo ante el Ministerio Público, pero cambiando todas las cosas que ella le hizo al policía, menos el faul. Lo mandaron traer y llegó  rengueando, adolorido por  la patada que le dio la mujer en la cola con su zapato de punta.
Ya no aguantó su enojo y les dijo que esa vieja  ha correteado al mismo director de de la Policía Municipal, pues dice que es “influyente”. El policía les dijo que se la echen sin calcetines para quitarle lo brava. Dijo que su vieja era peor pero a punta de madrazos, la educó.

VALIERON MADRE LOS HUACHICOLEROS
Hubo detenidos en Tepeapulco. Ahora sí se les presentó el diablo encuerado en un callejón sin salida. Detienen a cinco a sujetos y decomisan siete unidades relacionadas con el robo de gasolina. Los famosos huachicoleros ya han encontrado su minita de oro.
Y ya se ponen al brinco con los uniformados y se han  agarrado a balazos, pero esta vez no les dieron chance de montar en su caballo y que se los empinan los policías.
Los delincuentes fueron sorprendidos cuando iban en un convoy de vehículos, sobre la carretera Tepeapulco-Cuautepec, a la altura de la comunidad de Los Cides.
La aprehensión se efectuó por un punto de revisión vehicular implementado por agentes de la Policía Estatal, en Ciudad Sahagún, en la vía intermunicipal, donde estaba un patrullaje alterno que se generó de manera simultánea por las principales vías de acceso al punto de revisión.
Fue así como los uniformados se emparejaron con un automóvil a la altura de un tope, y vieron que en el mismo llevaban garrafones de gasolina, indicándole al chofer se parara. El sujeto accedió. Los oficiales revisaban. El conductor les dijo que se trataba de gasolina, y que detrás de él viajaban cuando menos cuatro automóviles más, también con gasolina,
El hombre se dirigió con los uniformados y le ofreció un buen de pesos a cambio de que lo dejaran seguir su camino, pero los policías se negaron. Y, en menos que canta un gallo, desplegaron el operativo para la detención de los ordeña ductos.
Detuvieron a los conductores de los cinco vehículos que transportaban el combustible gasolina, y los choferes de los restantes escaparon cuando aparecieron los gendarmes; corrieron de tal forma que parece que habían visto al diablo.
El primer sujeto al ser detenido, dijo que se llama H.I.M.S. Viajaba en un auto Ford Escort, modelo 1999, con placas de circulación de la Ciudad de México, dentro del mismo encontraron siete garrafones abastecidos al 95 por ciento, con capacidad de 300 litros.
Dentro del segundo, un Ford Ikon rojo, modelo 2006, con placas de circulación del Estado de México, encontraron cerca de 500 litros. El coche era conducido por M.S.R., de 42 años, quien dijo ser vecino de Ecatepec de Morelos.
Un Nissan tipo Altima, también del Estado de México, transportaba más de 500 litros y era conducido por un chango como de 20 años.
A bordo del cuarto automotor, Chevrolet pick up, llevaban 200 litros de gasolina y era conducido por un tipo como de 54 años, quien se dijo que era vecinos de Las Brisas en Acolman
El quinto automóvil, un Renault Megan, transportaba cerca de 200 litros del energético y era conducido por un hombre de 30 años, de Ecatepec. Todos ellos fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal con todo y unidad. Así así que esta vez se los fregaron, pues en lugar de ganar perdieron, y la policía ya se está poniendo abusada. Seguido han agarrado a varios ordeña ductos.

ROBARON EN LA MADRUGADA
Esto es como dice el dicho: que al que madruga Dios lo ayuda. Y es muy cierto, porque a esa hora todos los policías están roncando; es lo más rico, pues el cansancio les gana y hasta el más machito se duerme.
Los delincuentes se apoderaron del dinero y diversos objetos en un mini súper que se encuentra en el fraccionamiento Constitución de Pachuca (La tierra de los Parquímetros) en la madrugada del sábado.
Para entrar al establecimiento cortaron los candados y levantaron la cortina metálica; y en menos que canta un gallo, se embolsaron el botín. Y como siempre, no hay detenidos. Las autoridades policiales creen que fueron varios los ladrones.
Los hechos se reportaron como a la una de la mañana, que fue cuando los de C2 recibieron una mentada, perdón, una llamada de emergencia.
La gendarmería dormilona de Pachuca se movilizó por la calle de Cuauhtémoc, donde se ubica el negocio llamado “Súper El Quijote”, el cual se encontraba abierto. El afectado dueño ya estaba echando mentadas y sacando la lista de lo que se robaron.
Se conoció que los pillos levantaron la cortina después de que cortaron los candados y se clavaron la lana, botellas de vino, cigarros y otras cosas que no han sido cuantificadas.
Para taparle el ojo al macho, los uniformados echaron encendieron sus torretas y andaban como quijotes dando vueltas, a ver si de chiripada encontraban a los ladrones. Y así pasó la madrugada, llegó la mañana y no encontraron a ninguno.

MADREARON A UN TAXISTA
Bien dicen que a todo santo le llega su fiestecita. Esta vez le tocó bailar a un taxista, por los madrazos que le dieron. Teodoro Morales Pérez, de 42 años, salió del bar “El Submarino”, que se encuentra en el bulevar Colosio.
Según dijo el ruletero, que fue a dejar a un cliente (hay que creerle, si no lo va a madrear su vieja). Cuando iba a subir al coche sintió un golpe de conejo que lo rebotó en la unidad, cayendo al suelo; lo pararon de las greñas y le dieron un golpe en el ojo, que vio chispitas y se volvió a caer. Le dieron de patadas y tuvo que enroscarse como perro, para que ya no lo lastimaran.
Ya era de madrugada y salieron del bar varios borrachos que le echaron la mano, correteando a los que le estaban dando duro, y se fueron por la glorieta Hidalgo.
Subieron al taxista al coche y les platicó que lo madrearon porque no les dio para el pomo. Le aconsejaron que le avisara a una patrulla y así lo hizo.
Los dos borrachos que le pegaron caminaban por la glorieta cuando se les apareció el diablo. Les cayeron los policías como aboneros en quincena. Al detenerlos, les dijeron que ellos venían de otra onda, de por San Cayetano.
Les llevaron al taxista  para que los identificará. Uno de ellos dijo: “chale, ni lo conocemos, a lo mejor se cayó de pedo y nos quiere echar la culpa, somos inocentes, me cay de madre, jefe, venimos de una pachanga casera, pero si no nos cree, ¡órale!, llévenos al bote, pero cuando salgamos lo vamos a buscar y le rompemos la madre por confundirnos”.

PADRE E HIJO SON RATONES
Rodrigo González Martínez sufrió un susto que si no se hubiera comido un bolillo, quedaría diabético. Comentó ante el Ministerio Público su gran aventura: que salió por la mañana con su chavito a traer a su vieja a su trabajo, y de ahí se fueron a la cancha de fútbol de la colonia El Chacón, para jugar en un equipo.
Se cambió de ropa y la dejó dentro del carro; en la guantera echó dos mil pesos que eran para pagar una tanda. Brincaba como chapulín, listo para entrar al juego. El árbitro tocó su silbato, y corrió como loco tras la pelota, pero al levantar la vista vio que se llevaban su carro, un Renault R-12, modelo 83.
Se salió de la cancha corriendo a todo lo que daban sus patas, atrás de su carro, gritándoles que se detuvieran. Se le hacían las patas de hilacho y le faltaba el aire. Cuando uno de sus compañeros lo alcanzó en su coche y fueron tras los ladrones, entraron al bulevar Colosio con rumbo a la colonia La Providencia.
Pasaron hechos la cochinilla y los siguió una patrulla de la Policía Municipal de la Reforma. Rodrigo, desesperado, les hacía señas; los policías creyeron que se las estaba mentando y le metieron la chancla.
Cuando los alcanzaron, le señalaron al Renault y la policía les dio alcance. Les explicaron lo que pasó y los sacaron del coche robado, resultando ser padre e hijo, los “ratas” del asfalto. No quisieron dar su nombre, pues iban hasta las chanclas. Sólo dijo el padre: “ya ni pedo”. Rodrigo recuperó su auto y les mentó la madre a los ladrones, pues su equipo iba a perder, pues sin él no se completaban.

SUFRE SANGRIENTA GOLPIZA POR NO PONERSE A MANO
Le dieron una santa madriza a un camarada y de pilón lo picaron con un cuchillo, dos sujetos, porque no se puso bello y no quiso darles para que siguieran chupando, ya que andaban picados y se les había acabado el dinero.
Al que marearon ni siquiera se imaginaba que le iba a salir el diablo encuerado en un callejón sin salida. Iba muy tranquilo a su casa.
El violento suceso ocurrió en la colonia Calabazas, del municipio de Mineral de la Reforma, donde el agraviado circulaba por el puente peatonal, a la altura de la Secundaria Técnica 31.
En ese lugar lo pararon en seco los borrachos, que caminaban como siameses, cabeza con cabeza. Al verlo, como si les hubieran puesto un cohete en la cola, se soltaron y se le acercaron pidiéndole para el pomo.
Les dijo que no y se le fueron a golpes. Uno de ellos echó mano a la cintura y un fierro sacó y se lo clavó por todas partes.
Al verlo que cayó al suelo y quedó en una charco de sangre, los ebrios corrieron y se perdieron entre las calles, dejándole revolcado en su propia salsa.
Uno vecino llamó al 911. Los policías llegaron con pistola en mano para agarrar al culpable, pero les dijeron que se fueron corriendo rumbo a Pachuca.
Los paramédicos se lo llevaron al IMSS, donde lo van acabar de madrear, pues nunca tienen camas vacías y los tienen sentados, parados y empinados a todos los que están en urgencias.

Related posts