El juego que todos jugamos

DE CUERPO ENTERO
Es claro que todos los casos deben atenderse, que nadie tiene derecho a acosar, y mucho menos al abuso cuando los elementos de la igualdad de los géneros están a la vista, y las instancias legales deben sopesar cada caso para impartir justicia; pero es menester, justamente acudiendo a los derechos humanos, que la queja sea pronta, y de tal claridad que ajuste la convivencia y no cree una zanja en esto del erotismo complaciente entre adultos.
La seducción, seguirá siendo un oasis entre los seres vivos para encausar esa fuente total del EROS que Freud señaló con tanta precisión.

“La escena se mueve en blanco y negro, espacio saturado por humo de olorosos cigarrillos, música aterciopelada de un jazz lánguido del Dr. John Creauxe quien con su voz clásica de Nueva Orleans invade los sentidos con abrumador descaro; ella, luce un escote abrazador, y cuando toma la copa de champagne, lo hace con tal sutileza que como en espasmo los parroquianos de la barra dejan de parpadear por instantes que parecen siglos. La seducción y la atracción viven sus mejores momentos…”
Charles Darwin desde tiempos inmemoriales escribió que la evolución de la vida obedece siempre a la selección natural, que los poderosos y los que saben reproducirse sobrevivirán, utilizando para ello en todas las especies –incluyendo la humana-las herramientas del cortejo, la seducción y el apareamiento. Se trata de una ley de la naturaleza, de la vida que se mueve en la perpetuación de los genes, y la modificación en el tiempo infinito de lo que será siempre mejor.
Helen Fisher en su libro “Anatomía del amor” marca cómo se vive el cortejo en diferentes espacios: “los animales muy poderosos se hinchan, los bacalaos agrandan la cabeza y avanzan las aletas pelvianas, los sapos insuflan sus cuerpos, los gatos se erizan, las palomas se dilatan, las langostas se elevan sobre las puntas de sus patas y extienden las pinzas bien abiertas, los gorilas se golpean el pecho, y ¿los humanos qué hacen?
La mujer sonríe a su admirador y levanta las cejas con una sacudida súbita, mientras abre bien los ojos para observarlo, luego baja los párpados, ladea y baja la cabeza y mira hacia otro lado. Con frecuencia también se cubre el rostro momentáneamente con las manos, con una sonrisa nerviosa..
El hombre utiliza técnicas semejantes a los machos de otras especies: sonríe, arquea la espalda, echa hacia adelante el pecho, pretende ocultar el abdomen y levanta la cabeza, mira con intensidad, y cuando camina pretende estirarse para aparentar más altura. El juego es claro, ella cuando camina busca lucir su figura, hacer evidente su escote y que los senos estén más pronunciados, y él, que el poder de la altura aparezca sin ambages; el juego del cortejo, del flirteo está en marcha, y como afirma H.Fisher la búsqueda de la reproducción desde los ácidos nucleicos se encamina a una historia que puede quedar en ensueño, pero que ya apunta a la reproducción.
Este juego de flirtear, de seducir y de provocar se vive como hemos visto en todas las especies, y entre los seres pensantes camina por derroteros más elaborados donde todo mundo con poca o mucha intensidad aprender a jugar en todos los momentos de la existencia; las reglas de esta contienda se inscriben en la convivencia armónica, que no por eso deja de ser con frecuencia apabullante.
ACOSO SEXUAL
Es una forma de discriminación sexual, que ocurre cuando una conducta no deseada de naturaleza sexual interfiere en el trabajo individual, siempre acompañada de la ventaja del poder, ya sea físico o moral, y que puede originar secuelas laborales o inclusive en el área psicológica.
Es el acecho constante e incómodo que es más frecuente hacia la mujer, pero que también existe hacia el hombre.
ABUSO SEXUAL
Es un delito tipificado en los códigos penales, donde predomina la ventaja de la edad, el poder físico y/o moral del victimario, el que utiliza a su víctima para obtener ventaja erótica, y para ello toca, manosea o somete. Es también cuando se exhibe frente a su víctima –habitualmente menor – con el mismo fin de tipo sexual.
La seducción, el flirteo, e inclusive la provocación, son elementos del juego que todos jugamos, y que se instala en la convivencia de los seres humanos; lleva implícita una mutua complicidad y que desde el punto de vista antropológico echa a andar estructuras neuronales bien conocidas.
A lo largo de los últimos tres meses, en el mundo fastuoso de la farándula internacional y nacional, se ha hablado con intensidad en forma indiscriminada de acoso y abuso sexual, trayendo historias de mucha data, que como en cascada han aparecido en muchos países, confundiendo lo uno con lo otro, y pareciendo más el atraer los reflectores, que la certeza absoluta.
Es claro que todos los casos deben atenderse, que nadie tiene derecho a acosar, y mucho menos al abuso cuando los elementos de la igualdad de los géneros están a la vista, y las instancias legales deben sopesar cada caso para impartir justicia; pero es menester, justamente acudiendo a los derechos humanos, que la queja sea pronta, y de tal claridad que ajuste la convivencia y no cree una zanja en esto del erotismo complaciente entre adultos.
La seducción, seguirá siendo un oasis entre los seres vivos para encausar esa fuente total del EROS que Freud señaló con tanta precisión.

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