Un Infierno Bonito

HUBO MADRAZOS, BORRACHOS CONTRA POLICÍAS

Una lucha a calzón quitado, se aventaron unos borrachos contra los Policías de la Metropolitana. A pesar de que Luís C, Marcelino, C. Javier, y Mauricio de 31, 45, 18, 33, 24 años de edad, estaban que se caían de briagos, se dieron el lujo de desmadrar a los uniformados.

Por un pelito casi logran desarmarlos, pero les falló y se los llevaron a la barandilla, cobrándose diente por diente, según dijeron los gendarmes que estaban de escandalosos en la calle, y decentemente como les han enseñado sus comandantes, los invitaron a que fueran hacer escándalo en la casa de su madre. Fue cuando se les aventaron, repartiendo campanazos parejos, eran cinco contra cinco, la pelea era a mano limpia, sin referee.
Los policías se defendieron como gatos boca arriba, y cuando les querían quitar sus escopetas, sacaron su macana y les dieron hasta por debajo de la lengua, se los llevaron a la barandilla y los pusieron ante el Ministerio Público, quien los mandó a la galera a que durmieran la mona y se les bajara la peda.
Esto que les cuento sucedió como a las cuatro de la tarde del sábado pasado, en la comunidad de San Agustín Zapotlán, del municipio de Zempoala, Hidalgo.

Comentaron, los uniformados, que los vecinos reportaron a cinco borrachos, que estaban dentro de una camioneta, escandalizando afuera de una tienda, donde venden chupe.
Explicó el Comandante Pistolas,  quien cubre la zona, que llegó al lugar para ver si no los habían choreado con una llamada en falso, pero no, porque encontraron a los susodichos muy contentos, como el muchacho alegre, cantando canciones de amor y echando mentadas a quien no le pareciera, estaban dentro de la camioneta Ford, color negro.
Los uniformados usando las reglas de cortesía, les dijeron que si hacían favor de callarse, y se retiraran a sus casas porque estaban cometiendo un delito, empinar el codo en la vía pública.

A los borrachos les cayeron los uniformados, como patada de mula en el hígado y comenzaron a insultarlos. Los azules todavía aguantando vara, les dijeron que se retiraran por la buena.

Les contestaron los escandalosos que no los estuvieran molestando, porque no sabían con quien estaban tratando, que los que se habían de ir eran ellos. Los uniformados dijeron que se los iban a  llevar a la barandilla, y esa fue la gota que derramo el vaso, se soltaron los madrazos, se daban parejo y uno de ellos le quiso quitar su escopeta a un policía, y fue cuando pidieron apoyo a sus hermanos, a través de la radio de comunicación, quien sabe de donde llegaron como 30 llevándoselos a la barandilla, de San  Zapotlán, donde les va a ir de la patada, porque es pecado mortal pegarle a un uniformado.

UN MOTOCICLISTA CHOCÓ CONTRA UN POSTE

José Antonio de 35 años de edad, murió como el quiso, manejando su caballo de acero a toda velocidad, espantado a la gente, haciendo ruido como el de un avión de propulsión a chorro, pero algo le falló y adiós.

Dicen los vecinos, que siempre lo veían pasar a toda velocidad, por las calles del Fraccionamiento San Alfonso de Pachuca, no le echaban la mala salación, pero pensaban que algún día tenia que terminar, la gente no se atrevía a pasar por esa calle, con el miedo de que se lo llevaran de corbata.
Por ahí cuentan las malas lenguas, que cuando corría casi volaba la muerte, le metió la pata, y acompañado de una amigo que llevaba atrás, se fue a estrellar con el poste subiéndose al camellón, al pasar un tope a más de 100 kilómetros por hora.
Su choya se estrelló contra un objeto de metal y no le dio tiempo de decir ni pio.
Los paramédicos, dijeron que ni cuenta se dio que se había matado porque iba muy tomado.
Su acompañante era su compadre, Marcelino de 23 años, que se salvó de chiripada, pero no cantemos victoria, porque esta luchando contra la muerte, que se lo quiere llevar al Valle de las Calacas.
Dijeron los peritos, que ninguno de los dos llevaba el casco puesto, como lo señala el nuevo reglamento de tránsito, el piloto quedó clavado en el poste y su compadre salió volando como el Hombre Bala, haciendo el salto triple mortal, cayendo de chirimoya en el pavimento.
Algunos de los que los conocen, dijeron que iban a comprar bebidas para seguir la fiesta en la casa del difunto, los paramédicos de la Cruz Roja comentaron que les dieron los primeros auxilios a los dos porque los encontraron con vida, pero minutos después, uno de ellos colgó el pico.

Otro de los testigos dijeron que los motociclistas, corrían como alma que lleva el pingo, y sin frenar querían meterse a la autopista México Pachuca, de sur a norte cuando se fue derechito contra el camellón y “pacatelas” chocó con el poste. Ya nada se pudo hacer por José Antonio, mientras que Marcelino, se estaba jugando el cuero porque esta muy grave ojala y la libre.

LE SOLTARON UN ESCOPETAZO EN LA CHOYA

Un vecino de Singuilucan que salió de cacería con unos amigos, fue encontrado muerto con un tiro en la chirimoya. El Personal de la Procuraduría de Tulancingo, realizó las diligencias de este misterioso caso, porque nadie sabe nadie supo, quien le dejó la cabeza como calabaza.

Francisco Sánchez Romero de 24 años de edad, se llamó el difunto, su cadáver fue encontrado dentro del rancho “El perejil”, propiedad de Roberto O. quien les dijo a los uniformados que buscaran a Pancho, porque sabía que varios muchachos se pusieron de acuerdo, para ir a una cacería en su rancho, regresaron todos menos uno y después lo encontraron con la cholla llena de postas.

Hasta el momento no se sabe que es lo que pasó, si se resbaló y el solo se dio el tiro, o sepa la bola, otros dicen que a lo mejor sus mismos compañeros le pegaron el escopetazo, porque la noche era muy oscura y tiraban como el “Gorras”, hasta el momento los Agente de la Coordinación e Investigación, se les esta haciendo bolas el engrudo porque no han agarrando a ninguno de los que lo acompañaron  a la famosa cacería. dijo el comandante “vamos a investigar hondo y profundo el caso con el fin de conocer si se trató de un homicidio o por muerte accidental”.

ROBAN LA CASA DE UNA DENTISTA

Los ladrones parece que se han hecho un reto de robar en Pachuca, y vaya que lo han logrado, porque no hay vigilancia, a la dentista la dejaron chimuela, perdón, la dejaron sin joyas y dinero en efectivo, cuando salió a trabajar y luego a dejar a sus hijos a la escuela, regresó y por poco da el changazo.

Lorena de 34 años de edad, dijo que tiene su domicilio en la calle Tuna, sin número de la colonia La Palma, en San Antonio el Desmonte. Le explicó al Ministerio Público, que como a las 8 de la mañana, salió de su casa a dejar a sus hijos a la escuela y después se trasladó a su consultorio para dejar chimuelitos a sus clientes, en la colina taxistas.
Su esposo salió después y le habló por teléfono, que había cerrado su casa a piedra y lodo muy bien, a prueba de ratones, cerrando puertas y ventanas, todo estaba bien cuando al medio día, le llamó una vecina a la dentista, para preguntarle si había tenido visitas, porque la puerta principal estaba abierta y con los videos rotos.

De inmediato dejó a un cliente, con la boca abierta y fue a ver que es lo que pasaba en su casa, cuando llego encontró patrullas de la Policía Municipal, que ya le habían ganado, junto con ella entraron los uniformados con pistola en mano, por si las moscas estuviera un ladrón adentro, pero no encontró ni madres, por el contrario ya se habían llevado muchas cosas.

Dijo la mujer que estaba que se la llevaba Pifas, porque el monto de lo que se robaron es superior a 35 mil pesos, se clavaron 5 anillos de oro de 14 kilates, 6 cadenas de 18, aretes del mismo metal y 10 mil chuchos que su marido guardaba en uno de los cajones dentro del closet, pide a los Agentes de la Coordinación de Investigación, que demuestren sus habilidades, haber si logran resolver este caso.

DE TODOS MODOS SE LO ECHARON

Una lluvia de balas le llegó a un señor de 36 años de edad, quien al escucharlas se agachó, se hizo jorobadito para que no le pasara lo del perico, pero no la libró, una de ellas dio en el blanco, tal parece que lo tenían apuntado en la lista negra y lo andaban venadeando lo cazaron a plomazos.

Le dieron una bala de conejo porque le pego en la nuca, pero vamos a saber con detalles que es lo que pasó, para que no nos hagamos bolas, Luís R, estuvo en la cárcel durante 12 años, por el delito de homicidio, cuando cumplió su condena  salió  después de haber pagado sus culpas, pero dijo su vieja que de haber sabido lo hubieran dejado adentro, porque le andaban pisando los talones.

Comentó que la primera vez que estaba en el corral, como el Tigre de Santa Julia le tiraron un balazo, que le rozó las nalgas, puso su demanda y se las revisaron dijeron los agentes investigadores, que fue una bala perdida, que no hay pez de que se lo quieran echar.

Pero agregó su mujer que nada más está escondido como gato ratonero, con miedo a que se lo quiebren, por más que se cuidó. Se lo echaron al plato en la calle de Amapola, a unas cuadras del boulevard Colosio en Pachuca. La policía encontró ocho casquillos calibre 25, que estaban regados a unos metros de donde quedo el muertito. No sabemos como fue, pero de pronto llegó su mujer que se llama Tania Diego Fragoso, y no lo podía creer, al verlo que estaba tirado a media calle mirando la luna, con los brazos en cruz.
Por ahí nos contó un pajarito, que eran las dos de la mañana y vieron a un hombre que corría de un lugar a otro, rodándose y echando maromas, en la oscuridad de la calle, para que no le tocara una bala, porque le pasaban rozando las orejas.
Parece que ya lo había logrado y cuando hizo el último intento de esconderse en una puerta, fue alcanzado por una bala, que lo dejó tieso. Comentó su mujer, que ella trabaja en una taqueria, que escuchó los balazos, pero creyó que eran los cohetes, que echan cuando anota el Pachuca,
Pero luego le hablaron por celular, que habían matado a su viejo. Piensa que los mismos mendigos que se lo echaron fueron los que le hicieron la llamada, porque ese número no lo tenía registrado.
Salió echa la mocha y al verlo que estaba en posición de firmes, se le aventó para abrazarlo y darle sus últimos quicos, pero ya no reaccionaba, después llegaron sus familiares, y muchos policías, llamaron al Ministerio Público, para que fuera a dar el banderazo, la señora no dejaba de llorar abrazándolo, pero al ver que eran muchos, se levantó y se subió a un coche Nissan Tsuru, y ya no se bajó, por el miedo de que podía correr la misma suerte.

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