POR EL GATO SECO.
DENUNCIAS PENALES
Los agraviados denunciaron abuso de confianza y los delitos que resulten. Una mujer de 68 años de edad pidió que se ejerza la acción penal en contra de un tal Hugo Rendón, a quien sus familiares y ella le brindaron toda su confianza como si fuera un miembro de su familia.
Explicó que tiene su domicilio en la colonia Plan de Ayala, donde vive con su esposo su hija y su nieto, al que acusan lo conocen por ser vecino. Dijo la mujer que poco a poquito, el tal Hugo se fue a cercando a la familia, al grado de ayudarles en distintas actividades como manejar vehículos que son de ellos, su esposo está enfermo y su única hija no está en casa, por cada trabajo que hacía le daban un a lana.
Dijo la señora que ella no sabe leer y para cualquier cosa recurre a Rendón por la confianza que le tiene la familia. Comentó que hace tiempo le prestó dinero a una conocida, pero al no tener para pagárselo le entregó una camioneta Ford Windstar, modelo 97, con placas del Estado de México.
El día 11 de este mes le pidió a Hugo que la llevara al banco en la camioneta, él se quedó y entraron ella y su hija, iban entrando cuando llegó un franelero y le dijo que ya se estaban conejeando su camioneta.
Llegó la señora corriendo, pero no encontró ni a su vecino ni a la unidad, fue a su domicilio a buscarlo, bastante preocupada, con el temor de que a él se lo habían llevado los ladrones. Le dijo su vieja que no estaba, la señora y su hija se regresaban tristes, llegó Hugo Rendón con la lengua de fuera y muy asustado, sacando los ojos y al hablar paraba la trompa, y les dijo que que cuando estaba en el estacionamiento le llegaron por la retaguardia dos ladrones, con pistola en mano, y se llevaron al camioneta.
Las dos mujeres le pidieron que fuera por favor a poner su denuncia ante las autoridades, y se negó, dijo que ni madres porque se trataba de unos “Zetas” y esos no se tientan el corazón para matar. La señora y su hija caminaban con los brazos caídos como si les pesara la cola, porque ya había bailado la camioneta.
Lo raro de la situación es que cuando buscaron los documentos de la unidad para llevarlos ante las autoridades, ya no estaban, sospecharon de Hugo porque era tanta su confianza, que él sabía a dónde los guardaba. Ante el proceder de su vecino que les resultó ladrón con la familia que le dio apoyo, les había fallado y además les dijo que le dijeron los “Zetas” que iban al regresar las iban a violar y luego a matar, denunciaron al presunto responsable de lo que les cuento, Hugo Rendón, quien es flaco, con una estura de un metro con 70 centímetros, vive en la calle de Otilio Montaño, frente al estacionamiento de la Preparatoria Dos.
INVESTIGABAN UN ROBO Y ENCONTRARON UN MUERTO
Cuando revisaban una casa donde habían robado, en Tulancingo, Hidalgo, el MP y los agentes investigadores encontraron un muerto “!Ay, mamacita¡” y salieron corriendo, después se contralaron y todo volvía a la normalidad, y entraron a ver qué pez.
Encontraron a un hombre estaba atado de pies y manos, era inquilino del propietario y denunciante del robo. Todo es un velo de misterio, que encierra el crimen de José Luis Monroy Osorio, de 25 años de edad, que según dicen que tenía más de 3 años viviendo en un cuarto de la calle de San Luis de la colonia La Cruz, que le alquilaba Maximino Soto Armenta.
El asesinato del empleado movilizó a los agentes de la Coordinación de Investigación y en menos que canta un gallo, llevaron ante el MP que dio el banderazo para que comenzara la investigación, en calidad de presentados citaron a dos conocidos del muerto. Uno es un profesor con el que estuvo chupando y otro un amigo al que llamó para invitarlo a la pachanga, porque el primero se tuvo que ir y lo había dejado picado.
De los dos hombres no se revelan sus nombres porque es un misterio, como dice el Monje Loco, nadie sabe, nadie supo. Pero los dejaron salir después de su declaración, eso indica que no tuvieron vela en el entierro. Solo les dijeron que si sabían algo, que se los dijeran. A José Luis Monroy, de acuerdo con la necropsia, los homicidas le dieron un santo madrazo en la cholla con un objeto pesado, que lo mandaron al valle de al calacas.
Los agentes investigadores no dan el por qué lo amarraron de pies y manos, con cinta canela, ellos piensan que fue con el fin de despistarlos en las pesquisas que ya realizan. Juan Monroy Trejo y Luis Alfredo Monroy Morales, hermano y sobrino del extinto se encargaron de hacer la identificación del cadáver y su reclamo legal para enterrarlo.
Los deudos se mostraron extrañados por el trágico fin del empleado y aseguraron que no tenía enemigos porque era como Gasparín, el fantasma amistoso, como vivía solo, ellos lo frecuentaban, platicaban y les decía que estaba bien y lo veían contento.
Maximino Soto, de oficio comerciante y dueño del inmueble marcado con el número 107 de la calle de San Luis de la colonia ya se las dije, primero acudió a las oficinas del MP acompañado de una abogado, declaró que alrededor de las 11 de la mañana fue a su propiedad con el propósito de ver a Luis Monroy, su inquilino para que le entrara con la renta.
Al llegar se dio cuenta que habían entrado a robar en unas habitaciones de su casa, en la planta baja, que colinda con la de su inquilino. Enseguida subió las escaleras para tocarle la puerta del cuarto que le rentaba al joven, escuchó que estaba prendido un aparato con música, estuvo tocando la puerta pero no le abrió nadie.
El dueño, como pudo, abrió, le sorprendió ver el desorden y le sudó la cola cuando vio sangre, por eso decidió buscar a un abogado y este lo acompañó ante las autoridades. El licenciado elaboró el escrito de la denuncia penal por robo en casa habitación y daños en propiedad ajena en agravio de Maximino Soto, cuando el personal del MP se traslado al inmueble para hacer una inspección ocular, se llevaron la sorpresa de ver al inquilino muerto.
La presencia de al autoridades y el ruido de las sirenas y las torretas de las camionetas patrullas, las ambulancias del médico forense, atrajeron la atención de decenas de curiosos, algunos conocidos del infortunado. Hubo múltiples cometarios en torno de este asunto y de tal manera, los agentes dieron en buscar al profesor que iba a su casa a empinar el codo y al otro amigo, que dijo que lo había invitado, pero cuando llegó no le abrió.
Pero hasta aquí dejamos la nota porque ya no nos dijeron más las autoridades para no entorpecer la investigaciones, porque dicen que ahí hay gato encerrado, por más que se les rogó a los investigadores que nos contaran otro poquito para imaginarnos qué es lo que pasó, dijeron que no, que hay será para el próximo capítulo, al igual que a ustedes, nos dejaron picados.
LAS PANDILLAS SE AVENTARON UN TROMPO
A uno de ellos lo apuñalaron y está a punto de colgar el pico, los vecinos quedaron muy espantados y llamaron a los policías. Comentaron que fue un verdadero desmadre, los pandilleros se dieron hasta por debajo de la lengua, parece que iban con todo, con palos, piedras y lo que tenían en la mano.
Monumental pelea callejera de mas de 30 elementos de pandillas que se encontraron frente a frente, “Los Piojos Duros” contra “Los Chinches Bravas”, que bajo los efectos de alguna droga y borrachos, en la colonia Jorge Obispo, riñeron y dejaron un saldo de una persona muerta. La riña callejera hizo que se desplazaran a toda velocidad a la colonia que se encuentra en Pachuca, los uniformados de Seguridad Pública con más de 10 patrullas haciendo un escándalo de todos los diablos, poniéndoles los pelos de punta a lo quienes los vieron pasar. Dijo el comandante “Pistolas” que recibieron una llamada en la que les dijeron que fueran pronto porque se iban a matar unos peleoneros anónimos.
Cuando llegaron al lugar los uniformados, se cubrían de los objetos que volaban de un lado a otro, y veían con ojos cuadrados, que al que se caía al suelo ya no lo dejaban levantar a puras patadas, cuando se dieron cuenta los combatientes de que había llegado “La chota”, “vieja el ultimo” salieron corriendo por distintas direcciones, solo se quedó un hombre que se le canso el caballo, tirado, con los brazos en cruz, mirando al cielo, era un cristiano de unos 30 años, estaba en un charco de sangre, en la calle de Humberto Leal Mendoza.
Los uniformados querían ayudarlo a levantarse pero al ver que se lo habían echado al plato, llamaron al personal de la Unidad Temprana para que acudiera a dar fe del cuerpo y ordenar que se lo llevaran al Semefo para saber qué pez. El MP informó a todos los que lo acompañaban, peritos de criminalística, agentes investigadora, uniformados de los dos bandos estatal y municipal, Protección Civil, Cruz Roja, los bomberos y un montón de mirones, que ya había iniciado la carpeta de investigación, horas después llegaron corriendo sus familiares del muerto, lo identificaron y dieron su declaración temprana, dijeron que tienen sospechas de quiénes eran los responsables de su muerte, por otra parte la Procuraduría General del Estado, dio a conocer que el hombre tenía 30 años de edad, pero que no se podía dar su nombre porque era un peleonero anónimo.
Dijeron que lo que saben, fue atacado por varios sujetos de pandilla que lo tenían apuntado en la lista negra, debido a viejas rencillas asociadas por actos directivos. También informaron que después de hacerle la necropsia de ley, el médico legista reveló la causa de su muerte, que se lo echaron de varias puñaladas, entre ellas le dieron una trapera.
ATRAPAN A VIOLADOR
Tres de ellos se escaparon, integran una banda juvenil de Tula de Allende. Un integrante de una banda fue detenido por los gendarmes, acusado de haber intentado abusar de una señora; tres se escaparon. Este sujeto es un delincuente menor de edad, junto con sus cómplices, golpearon salvajemente al esposo de la señora para quitársela, la tenían en posición del misionero cuando llegó la policía, y se echaron a correr, y uno de ellos se cayó, fue al que se llevaron, dijo el comandante que por ser menores de edad, con eso se escudan para cometer sus actos vandálicos, pero esta vez van a llamar a su madre para darle de nalgadas para que lo eduque bien.
A las 6 de la mañana fueron despertados los uniformados para avisarles que unos borrachos estaban golpeando a un matrimonio en la avenida Guerrero, al señor lo habían dejado tirado a madrazos, y a jalones se llevaron a su mujer para violarla, los gendarmes se montaron en su caballo, (perdón) se montaron a la patrulla y salieron al rescate, encontraron a un señor desmadrado y una señora con la ropa desgarrada, temblando de miedo.
Les comentó el marido, de nombre Miguel Hernández Pérez, que iba con su esposa, al caminar por esa avenida, para llegar a su casa, fueron sorprendidos por cuatro borrachos que se le fueron encima, sin darle tiempo de nada, le pegaron con una piedra en la nuca, lo tiraron y le llovieron las patadas. Su mujer era manoseada por los borrachines, a jalones la llevaron por un lote baldío con la intención de violarla, la señora gritaba y lloraba, para que se callara, la golpearon.
Como pudo, el esposo de la señora se levantó y corrió a ayudarla, se les puso como gallito de pelea, aventado campanazos a lo loco, al verlo dejaron en paz a la mujer y se pelaron en un coche Mustang color amarillo, se dio cuenta por dónde se fueron, y avisó a la policía, que hizo sus recorridos por todo el Barrio Alto, y lograron ver a uno de los delincuentes, la señora gritó histérica: “¡Ese es uno de los malditos, agárrenlo por favor!”
Los gendarmes se bajaron de la camioneta patrulla y a pata, lo siguieron hasta que lo agarraron de las greñas, para que no se les fuera a escapar, dijo que se llamaba Carlos, por respeto a la Comisión de los Derechos Humanos no podemos decir su apellido, pero es conocido en el bajo mundo como “El Charly” dijo que era inocente. Lo llevaron ante el MP y declaró: “La neta intenté echarme a la señora, pero fue por una equivocación, pensé que era mi prima, pero no fui yo solo, faltan tres que venían conmigo”.
Se les ordenó que lo llevaran a las Oficinas de la Coordinación de Investigación de Tula para que realicen sus trámites administrativos correspondientes, y le dijo que tenga cuidado con esas equivocaciones, porque a la prima se le arrima y en una de esas, se pueden echar a su jefa. La parte agraviada interpuso su denuncia penal en su contra por los delitos de lesiones y violación en grado de tentativa.
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