Voy aprovechar este momento, para mandarles un abrazo y muchas felicidades a todos mis lectores, les deseo en este día que estén reunidos con sus familiares y disfruten la cena de navidad, y a cada uno de ustedes reciba bendiciones de Dios por hoy y siempre.
EN EL PERSONAJE DE HOY
“EL CALABAZO”
Pedro “El Calabazo” vivía en una vecindad del callejón de Manuel Doblado, en el barrio de “La Palma” en Pachuca. Estaba muy apurado lavando la ropa en los lavaderos del patio de la vecindad bajo la mirada de los vecinos, que murmuraban su situación de mandilón.
A él le valía madre, moviendo las manos, cabeza y teleras, al ritmo de la tallada de la ropa. Se secaba el sudor con el dorso de la mano, era medio día y el sol caía a plomo, tenia tendederos llenos, cuando por ahí pasó “El Pingo”.
• Quihubole pinché “Calabazo” ¿Qué estás haciendo?
• Que no ves pendejo, lavando ropa.
• Ese trabajo es para las viejas, se te van a caer las bolas.
• Me juegas.
• ¿Porque estas lavando, y tu vieja?
• La mande de vacaciones a Acapulco, que se fuera a quemar las nalgas.
• Te invito un melón.
• No puedo separarme del lavadero, hasta no verle el fin a todo el montón de ropa, todavía me falta un chingo. Pero yo diría que mejor te fueras a la chingada y ni me estés quitando el tiempo.
• Te vas a perder de lo mejor, al cantinero le van a traer pulque del bueno, encargo dos barriles, me cae que se le van acabar temprano, te invito una jarra o las que quieras.
• Si de verdad quieres invitarme, ve a traerlo y aquí no lo chingamos.
• Ahorita vengo, voy por él.
“El Pingo” quería saber el motivo porque “El Calabazo” estaba lavando, si ese güey no levanta ni un popote, lo más raro es que era mediodía y estaba en su juicio. Cuando entró a la cantina luego, luego, le soltó el chisme al pinché cantinero, que era investigador de vidas privadas.
• Te traigo una noticia, mejor de la que sacan los reporteros del Plaza Juárez. Me cae que no me la vas a creer, “El Calabazo esta en chinga loca, lavando ropa.
• ¡Qué! No mames güey, ese cabrón no se lava ni el hocico.
• Yo lo vi, con estos ojos que se van a comer los gusanos, esta lavando, hasta los calzones de su vieja los tiene tendidos.
• Han de ser de bajo color. No lo puedo creer ese hijo de la chingada es más huevón que su madre.
• Así como lo oyes, le invite a que viniera a chuparse un melón, me dijo que mejor se lo llevara, porque no se puede mover de su lugar, para mi que hay gato encerrado, le voy a invitar un pulque, pero dame del bueno y cuando este borracho voy hacer que suelte la sopa, a mi se me hace que oculta algo, cuando le pregunte que porque estaba lavando, me salió con la mamada, de que a su vieja la mandó de vacaciones, ni que la quisiera mucho ya ves las chingas que le pone.
• Si es muy cierto pobre señora, siempre anda con gafas negras, la gente que la ve y no la conoce, piensa que es turista, pero se las pone porque trae los ojos de cotorra ¿Tu que piensas?
• A mi se me hace que ese güey, ya se la echó al plato a su vieja de una madriza, a lo mejor la enterró dentro de su casa, porque la otra vez oímos uno gritos fuertes, no salimos creyendo que era la llorona y desde ese día, no la hemos visto.
• ¡En la madre! Puede ser, “El Calabazo” cuando toma caña, se vuelve loco, ve visiones, la otra vez agarró a chingadazos a su jefa, la confundió con el nahual. Mejor ya no le busques ruido al chicharrón no vayas a verlo que tal si te parte la madre.
• Lléname el garrafón de pulque, veras como en un ratón, me cuenta todo lo que sabe.
• Órale pinche “Pingo” en cuanto sepas algo me lo vienes a contar, ya me pusiste en duda con lo de su señora. Pobrecita, caminaba de lado como cangrejo, de una madriza, que le dio, pero córrele a lo mejor cuando llegues ya termino de lavar y se metió a su casa.
• ¡Que va! le falta un montón de ropa, se me hace que su vieja, no lavaba desde hace años.
• Me dan ganas de cerrar mi cantina y me voy contigo, así entre los dos lo sondeamos y más fácil suelta la lengua, ya me clavaste la espinita de la duda.
• ¿Si tú vas? ese pinche garrafón de cinco litros, va a valer madre, llévate uno de 20.
• Hay tengo la cubeta con la que trapeo, le voy a dar una enjaguadita, la lleno de pulque y no la llevamos.
Al cantinero que le decían “El Pelos” le gustaba mas el chisme que a su vieja, cerró su cantina y los dos subieron por el callejón, planeando su estrategia para hacerlo hablar, y como pinches reporteros, llegaron con “El Calabazo” al verlos les dijo:
• Quihubole mi “Pelos” ¿Qué no abriste tu pulcata?
• Me contó “El Pingo” que estabas de a perro, y yo me dije, si mis clientes no van a la cantina, la cantina viene a verlos, y te traje un Tlachicotón, del que toma el patrón.
• Muchas gracias, carnal, la verdad el pulque me va a caer al mero tiro, con este sol y tallando, ya tenía el hocico seco, le estaba arriesgando a que me diera un golpe de calor.
El cantinero y “El Pingo” iban muy bien preparados, le sirvieron en un jarro de dos litros, y se los echó de un madrazo.
• Que a toda madre me cayó, sírveme el otro de una vez. Tienes mucha razón el pulque esta recién salido del tinacal.
“El Calabazo” dejo de lavar, se sentó olvidándose de sus labores, como vieron que el pulque se lo tomaba de a golpe, esperaban el interrogatorio, se hicieron señas.
• ¿Por qué me dijiste que estabas lavando?
• Porque mi vieja no está.
• ¿Dónde fue?
• Porque me lo preguntas ¿Qué te importa mucho?
El cantinero, le cerró el ojo al “Pingo” y con el dedo poniéndose en la boca le hizo que se callara.
No te chispes “Calabazo” “El Pingo” quería saber si a lo mejor, tu vieja esta enferma, como te vio lavando le llamó la atención, me lo dijo y venimos para echarte la mano en lo que quieras para eso somos amigos.
“El Calabazo” hizo la cara de enojado y dijo muy serio.
• No hablemos de ella, está muerta.
Al escuchar esas palabras sacaron los ojos sorprendidos, dejándolos de una sola pieza, eso los intrigo más, tenían que darle chupe para que les contara.
• Pinche de mi vieja, me hizo encabronar, me sacó de mis casillas y no tuve más remedio que darle en la madre, ella me obligo hacer lo que estoy haciendo y me cae, que ahora me arrepiento, espero que como amigos me comprendan y no digan nada, aunque los vecinos sospechan. Espérenme voy al baño.
Cuando “El Calabazo” entró al baño el cantinero y “El Pingo” hablaron en silencio.
• Te lo dije cabrón, ese güey tiene gato encerrado, ya ves lo que dijo de su vieja que lo obligó a darle en la madre.
• Pero no suelta nada en claro, ya nos chingamos 15 litros de pulque, y nos ha dejado en las mismas, vamos a llegarle al grano ¿Qué te parece?
Llego del baño y se sirvió otro jarro de dos litros, con la lengua se limpiaba el hocico,como gato, de lo sabroso que estaba el pulque, esperaron a que se le bajara y le preguntó el cantinero.
• ¿Por qué nos dices que tu vieja está muerta y luego que te arrepientes?
• Lo que pasa es que no tenia ni un solo quinto para chupar, le dije a mi vieja que me hiciera un préstamo y me mandó a la chingada, le dije de cosas y no me prestó, eso me hizo enojar, entonces le dije que para mi estaba muerta. Le di en la madre, porque la mande a que fuera a lavar ajeno, allá por donde vive su jefa, ella me obligó a que lavara la ropa, porque le debía una lana, y así quedábamos a mano, ahora me arrepiento, porque ustedes me invitan a chupar gratis. Vaya a la chingada, ya no lavo ni un trapo más, vámonos a la cantina, hay que venga y termine lo que comenzó.
Mientras “El Calabazo” echaba la ropa en un costal, el cantinero le dijo al “Pingo” en voz baja.
• Ya ves pendejo lo que me costo por hacerte caso, ya se me han de ver ido mis clientes toda la tarde no la pasamos perdiendo el tiempo.
• Yo no te traje a huevo.
• Cállate el hocico pinche sonsacador.
• Mejor nos vamos.
El “Calabazo” metía la ropa que iba a lavar y quitaba la del tendedero, y les decía desde adentro de su casa
• Este es un ejemplo para todas las viejas que se ponen al brinco, con sus maridos y deben de aguantar los madrazos, que les dan por su bien, porque en lugar de padre tienen a su viejo que les jala la rienda.
Cuando salió ya no estaban, él estaba hablando como loco, fue a buscarlos a la cantina y estaba cerrada, enojado le dio de patadas a la puerta y se regresó a seguir lavando la ropa.