UNA VIEJA DESMADRA A SU RIVAL
No dejó de tirarle golpes hasta que quedó desmayada. Dos viejas peleoneras del El Huixí se dieron hasta por debajo de la lengua; por coincidencia las dos se llaman Raquel, y una le quedó chica a la otra, que la dejó en un charco de sangre, y todavía vociferó: “Si quieres más me avisas”.
Para que no nos equivoquemos, la ofendida se llama Raquel Hernández, quien esperó pacientemente a que su rival en amor saliera de su casa. Sin darle tiempo de montar a su caballo, se le aventó dándole un golpe que como la agarró descuidada, la hizo que se fuera de nalgas, cayendo al suelo, parando las patas, y no la dejó levantar. Le tiraba golpes por todos lados, mientras la otra trataba de cubrirse la cara y se enroscaba, pero su atacante le quitaba las manos y le daba duro.
No dejaba de gritarle: “Por qué andas con mi marido, nada más acabo contigo y voy tras sus huesos del desgraciado cuzco”. Le soltó otro derechazo al momento que trataba de pararse, que la volvió a tumbar, se montó encima de ella, la agarró de las greñas azotándole en el suelo.
Había varios hombres que no dejaban de mirarlas porque en cada vuelta que daban se les veían los calzones, y no hacían nada por desapartarlas. La soltó hasta que estaba inconsciente. La gente pensó que ya la había matado, y le aconsejaban: “Ya se la echó al plato, es mejor que se pele para el otro lado”. La miraba y estaba ensangrentada, tirada en la banqueta, sin moverse.
Llegaron los uniformados a hacerle mosca y se llevaron a la madreada al Hospital General, mientras que la golpeadora se fue a encerrar a su casa. Poco después el MP le preguntó cómo habían estado los hechos, que quedaron asentados en la denuncia presentada por Raquel “N”, la golpeada.
Ésta declaró que la agresión en su contra ocurrió como a las 8 de la noche, cuando salió a la tienda a comprar lo que iba a necesitar para la cena. Iba echando nalgazos de contenta por la victoria de los Tuzos porque ella es priista, tuza y guadalupana.
Minutos después de las 8 de la noche del sábado tocó a su puerta el marido de Raquel Hernández, su vecina y tocaya, quien iba borracho, y le dijo: “Vecina, vengo a pagarle el dinero que le debo”. Ella lo invitó a que pasara y no estuviera en la calle; él pasó, pagó y se retiró.
Cuando salió a la tienda se encontró con Raquel Hernández, quien se notaba que se la cargaba la grosería, y al acercársele le aventó un campanazo, que si no se agacha le pasa lo que el perico. La denunciante trató de explicarle lo que había sucedido, y que no viera moros con tranchete; sin embargo, no le dio chance de hablar. Cuando abrió la boca le llegó un derechazo, que la zarandeó y luego otro en el cuajo, que la dobló, y le dio un caballazo, que la mandó al suelo.
Raquel “N” ya no sentía lo duro sino lo tupido. Le llegaban los madrazos secos en la cara, y le arrancó varios mechones de greñas, y no dejaba de tirar golpes, parecía que su cabeza era la pera loca. La levantó y le dio un gancho al hígado, y cuando iba desvaneciéndose le atizó una patada, que cayó de golpe en el suelo, dándose un calaverazo, que quedó sin sentido.
Por compasión y jugándose el cuero, se metieron unas vecinas a quitársela de encina, con el peligro de que les diera un madrazo. Al ver que estaba rodeada de gente, las hizo a un lado y se fue corriendo a su casa, cerrado por dentro como la puerta negra. A la agredida la pararon con muchos trabajos, y le aconsejaron que fuera a poner su denuncia, para que de una vez la revisaran si no le había quebrado el bazo o le había lastimado el mofle. Llegó la policía, tocó la puerta de la golpeadora pero desde adentro les gritaba: “no hay nadie”.
LO CORRIERON DE SU CASA POR EXIGENTE
Miguel Hernández Pérez se presentó a demandar a los padres de su vieja porque la han aconsejado que saque las uñas para que le aumente el gasto y la traiga como muñeca, porque le dicen “La Leona” por las garras que viste.
Pero por más que le hace la lucha para que le den un aumento, le dicen sus patrones que si le parece bien y si no, renuncie. Le agarró el falso a su patrón, le mentó la madre, consiguió una chamba con un maestro carpintero que le dicen “El General” quien le paga el mínimo. Rayó su primera semana, llegó a su casa, le dijo a su vieja Martha, que le diera tantita agua.
Estaba muy sediento, no la tomaba de la llave porque sale como chocolate de las minas. La señora se le puso rejega y le contestó que si no se podía esperase; echándole brava, le gritó que todo el santo día se la pasa en friega para allá y para aca, y que la venía a interrumpir exigiéndole agua. Miguel se salió al patio porque sabía que si le contestaba se podía armar la cámara húngara.
Poco después su vieja le dijo que ya estaba la tragazón; lo sacó de onda a Miguel y le contestó: “ya no quiero nada, trágatela tú”. La señora agarró el plato de sopa y se la aventó en plena cara; aparte de quemarlo, le escurría el fideo por los bigotes. No se aguantó y con la mano abierta le dio una cachetada, que le rozó la nariz y le salió sangre.
La mujer, llorando y sangrando, se salió de su casa. Al poco rato regresó acompañada de su jefa, quien estaba como agua para pelar pollos. Se dirigió a su yerno, lo jaló de las greñas y con una mano le pegaba en la cara, insultándolo: “Infeliz, poco hombre, cobarde, Cómo te atreves a golpear a una mujer”. Le tiró un madrazo que se lo atinó en el hocico, y lo amenazó diciéndole: “esto es un anticipo de lo que te espera, deja que venga mi viejo y te va a rajar cuanta madre tienes”. Miguel le contestó: “Usted no se meta, suegra, este es asunto es de dos, le pegué porque se me puso al brinco”.
Doña Luisa, furiosa, le aventó un tope en el pecho, lo tumbó.
Martha le dio una patada en la cara, y la señora lo acabó de rematar. Se salieron mentándole la madre, dejándolo tirado, todo desmadrado. Uno de sus compadres le ayudó a levantarse y, paso a pasito, lo llevó al Ministerio Público a poner su queja en contra de su vieja y su suegra, quienes lo habían surtido. Al llegar a su casa, lo estaba esperando su suegro, un minero que le dicen “El Garrapata”, y le dio otra repasada y lo mando al hospital, donde puso otra demanda en su contra, y dijo que lo había amenazado de muerte. Pero lo más canijo es que le comentó su compadre que ya le habían echado sus tiliches a la calle, pero que no es justo porque la casa es de él, y los que se deben de salir son ellos.
POR POCO LO MATAN DE UNA MADRIZA
A un delincuente que le cayeron en la movida, le salvaron la vida los uniformados. Todo pasó cuando quería desvalijar una camioneta que estaba estacionada, pues se le hizo fácil, pero el solitario ladrón recibió un escarmiento de parte de hombres y mujeres, para que se le quite lo mano larga.
Los hechos sucedieron en la esquina que forman las calles Rayón y Manuel Fernando Soto, en Tulancingo. El ratero fue rescatado por los uniformados antes de que le partieran toda la madre los enfurecidos vecinos, que no dejaban de tirarle de golpes, en el jardín Floresta.
De acuerdo con las versiones de los propietarios de la unidad que iba a desvalijar, entraron en acción los vecinos de la zona porque ya están hasta el copete de tanto ladrón. Antes de que los colonos le pegaran más, se los quitaron de las manos y se lo llevaron detenido, señalado por intento de robo y amenazas.
Se dijo que el sábado como a las 6 de la tarde acontecieron los hechos, cuando un tipo portando un desarmador en la mano, se acercó a donde estaba la camioneta y comenzó a quitarle los tapones, pero lo descubrieron y dieron la voz de alerta, que salieron todos los de la cuadra.
Mujeres, hombres y toda clase de persona lo acorralaron y comenzaron a darle de patadas, al tiempo que le gritaban que ya estaban hasta la madre de tanto sinvergüenza que los va a robar. Uno de los vecinos llamo al 066. Minutos después llegaron los uniformados en sus camionetas patrullas, con su carabina bajo el brazo, gritando: “Alto, arriba las manos”. Pero no los pelaron, siguieron ellos en lo suyo, dándole en toda la madre, hasta que varios uniformados se metieron entre las bolas de los vecinos para salvarlo.
Les dijo que se llamaba José Luis Cruz Montiel, de 37 años, y se lo llevaron para que no lo fueran a destripar. En el momento en que el ladrón fue asegurado, llegó un señor que dijo ser el patrón del acusado, que les da su palabra y respondía por él, porque no es ningún ratero.
La gente se le quería echar encima, hasta que el comandante Pistolas les dijo que hubo una confusión, él es su trabajador, pero ni lo pelaron, porque el dueño de la camioneta junto con sus vecinos fueron a Procuraduría General de Justicia a interponer la denuncia. Dijeron que aparte de desvalijar la unidad, los amenazó, y pidieron que se proceda conforme a derecho, argumentando el señor que dijo ser su patrón y metía al fuego las manos por él, pero le dijeron que palo dado ni Dios lo quita, y va para adentro, lo metieron a la galera.
LOS POLICÍAS ANDABAN BORRACHOS
Chocaron la patrulla en el barrio de El Arbolito. Los jefes policíacos los corrieron a patadas de la corporación. Dos policías municipales de Pachuca se calentaron y en lugar de cuidar a la ciudadanía se pusieron a empinar el codo. Se les pasaron las cucharadas y armaron un accidente en una patrulla, la tarde de ayer, y eso les costó el trabajo.
Vecinos de la calle Francisco Montes de Oca los detuvieron por chocar la batea de la camioneta que tripulaban contra la fachada del número 103, y fue cuando la gente se dio cuenta que iban borrachos.
Para impedir que se escaparan los uniformados con todo y unidad, los vecinos pusieron piedras y blocs y llamaron por el C-2, a fin de rajar leña con sus superiores, de que andaban cuetes. El domingo, poco después de las 10 de la noche, el jefe de la Dirección de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad de Pachuca informó la baja definitiva de estas dos elementos. Qué vergüenza para mi querido capitán.
Se dijo que los hechos fueron reportados a las 6 y media de la tarde; los uniformados tripulaban la patrulla 01-184. Así mismo se refiere que el personal de la cooperación se dirigió al sitio, y el par de elementos, delante de toda la gente, fueron desarmados, arrestados y trasladados a la mazmorra para que sientan lo que sienten los borrachitos que llevan a ese lugar.
Ignacio y Jaime “N”, de 26 y 33 años, son a quienes sacaron a patadas de la corporación. Les dijo que cuando arreglen su bronca se vayan a jugar con los gatos chiquitos con la cola de su madre, porque el capitán ya no los quiere ni ver.
Después de tenerlos frente a frente, los altos mandos los zurraron diciéndoles que en la dependencia no se permitirá todo este tipo de conductas (trabajar borrachos). Con razón luego se llevan a unos por otros, porque ven doble. Se dieron el lujo de gritar con otro mensaje: “Tolerancia Cero” a los malos policías, y se invita a la ciudadanía que los reporte cualquier acto irregular que comentan los uniformados.
LOS ESTUDIANTES PROTESTAN
Porque clausuraron bares por la preocupación de padres de familia de los alumnos y alumnas que van a las escuelas que se encuentran por el rumbo de la comunidad de Tilcuautla, municipio de San Agustín Tlaxiaca. El gobierno estatal a solicitud del ayuntamiento, en días pasados llevó a cabo un operativo de revisión a establecimientos donde venden bebidas alcohólicas a jóvenes y menores de edad.
El operativo contó con personal de diferentes instancias como la a Secretaría de Seguridad Pública, Protección Civil, así como los del área de Reglamentos y Espectáculos de esa presidencia municipal. Durante el operativo se encontraron distintas anomalías en los bares “Bar Nitro”, “El Bebedero”, “La Cantinera” y “Juana Gallo”, por no tener ninguna seña de salida de emergencia, así como la venta de bebidas alcohólica a partir de las 8 de la mañana, siendo sus permisos a partir de las 12 del día.
Les dijeron los dueños de los antros que abren temprano para que los chavos que van a los colegios se echen la del amigo y estén al tiro en las clases, porque llegan somnolientos y no entienden. Por ese motivo se les echa la mano a los estudiantes, para que no los reprueben.
Pero dijeron que estaban en un error, y mandaron a traer a la Comisión de Derechos Humanos así como a los propietarios de bares, y les mostraron que había menores de edad chupando y aventándose la caminera porque ya era tarde para su clase.
Por eso mimo clausuraron. ¡Ah Caray! Ya no les cuento más porque se me acabó mi plana. Adiós.
gatoseco98@yahoo.com.mx