Año de Hidalgo

Se acerca el año de Hidalgo y habrá quienes estén listos a agarrar lo que se pueda para no irse con las manos vacías, aunque los bolsillos ya los lleven llenos de dinero y miseria humana

Y de repente empieza a salir la porquería de cualquier piedra que se levante, y para detener la caída en picada, hay que aventar al circo a uno que otro mal parado para que lo destrocen los leones; la gente quiere ver sangre y hay que darle un poco de ella para saciar su sed.

Si ese será el camino en 2018, creo que se están equivocando, no se trata solamente de perseguir al ratón para desviar miradas, también debemos estar con un ojo al gato perseguidor.

Se acerca el año de Hidalgo y habrá quienes estén listos a agarrar lo que se pueda para no irse con las manos vacías, aunque los bolsillos ya los lleven llenos de dinero y miseria humana.

Patético lo que estará ocurriendo con el cierre de muchas administraciones públicas en el país, algunos probablemente ya se están cubriendo las espaldas para no ser perseguidos por sus corruptelas cometidas en el ejercicio de su encargo; otros, tratarán de convencer a los ciudadanos de que han sido la mejor administración de la historia, la más honesta, la más humana. Pero ni unos ni otros lograrán cambiar lo negro de su pasado. ¿Cuáles son peores?

Los corruptos deben pagar sus delitos, el pueblo no les confió la función para abusar de la misma; que extraño que los funcionarios a quienes se les critica por la realización de obras, “casualmente” sean propietarios de alguna constructora, o familiares de los propietarios de éstas. Es obvia la relación de interés en estos casos de corrupción.

Por otra parte, los seudo honestos y chambeadores, los que de última hora andan bastante apurados terminando lo que no hicieron durante los años de su administración, en realidad solo es pose, tratando de cerrar bien lo que por años hicieron mal; gobiernos que se les identifica por sus yerros y el dispendio; ¡que bonitos funcionarios!, ¿acaso con actos de contrición pretenderán borrar la pésima calidad de sus obras y lo escabroso de su administración?

Ni uno ni otro debe ser perdonado; no se trata solamente de buscar la sangre de la venganza, si así se entiende reitero que nos estamos equivocando, se trata de que nuestros representantes entiendan que con el ciudadano ya no se va a jugar y por lo tanto no se nos debe engañar.

Por ello, deben tener mucho cuidado y no aprovechar la recta final de sus encargos para retacarse todavía más sus bolsillos con dinero del pueblo. Este año ni ningún otro deben ser el año de Hidalgo.

Las sanciones deben servir de escarmiento para todos los que ejerzan una función pública, ¿quién sigue?, sencillo, aquellos que no sepan actuar con ética y con compromiso de servicio, sea quien sea; no queremos servidores públicos corruptos, tampoco legisladores agachones que solamente se subordinan a las órdenes de sus “jefes fácticos” en las bancadas partidistas o ejecutivos de cualquier nivel.

Queremos funcionarios que funciones y servidores que sirvan, de otra forma, estamos mejor solos que mal acompañados.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.

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