VIVIR CON VIH

EN EL MARCO DEL DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL SIDA (REPORTAJE PARTE 1) 

    •    Las personas que tienen el virus se enfrentan a varios desafíos: aceptar su condición, garantizar un tratamiento, y vivir en una sociedad donde el estigma y la discriminación las persigue 


“La verdad nunca imaginé que esto me pasara a mí, pero comencé a sospechar desde que me hice los análisis generales de sangre y no salieron bien… te juro que veía en Facebook videos o noticias sobre VIH y le bajaba rápido al celular, no quería mirarlas, tenía mucho miedo”.

Pacté una cita con Rodolfo, quien me pidió no revelar su nombre completo debido a los estigmas y tabúes que aún existen con respecto al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), nos encontramos en un restaurante del centro de Pachuca para platicar sobre su vida desde que se enteró que es seropositivo.

A su 30 años de edad, Rodolfo vive uno de los momentos más complicados de su vida; aceptar que tiene VIH, comenzar un tratamiento antirretroviral que actúa bloqueando varias enzimas o proteínas para que el virus no pueda reproducirse en la célula infectada, y vivir en una sociedad donde desafortunadamente se señala, rechaza y discrimina a las personas portadoras.

Pese a lo difícil que se percibe el panorama, él se mantiene tranquilo, o al menos da la impresión de que en este momento de su vida debe hacer frente a la infección y no dejarse caer ante el impacto de la noticia que cambió de manera radical su día a día.  
Rodolfo recuerda que “todo comenzó con un dolor de garganta y un pequeño bulto a la altura del cuello que empezó a crecer conforme avanzaban los meses, me hicieron varios estudios para saber que era esa bola que me salió en el cuello, tuve que viajar a la Ciudad de México para consultar a especialistas pero hasta ese momento no sabía que era producto del virus”.

Luego de visitas al doctor, consultas con especialistas y un proceso que duró varios meses, lo intervinieron quirúrgicamente para conocer a detalle lo que padecía, fue después de la operación cuando se conoció con exactitud su estado de salud.
Los doctores confirmaron que el VIH había provocado dichos cambios en su cuerpo, que lo que comenzó como un pequeño abultamiento en el cuello era producto del padecimiento que, desde 1983 hasta el segundo semestre de 2017, ha acumulado 260 mil 815 casos en todo México, de los cuales 116 mil 592 personas ya fallecieron, según el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (Censida).

Rodolfo no sabe con exactitud en qué momento contrajo el virus; sin embargo, confiesa que las prácticas sexuales sin protección fueron la causa. Y es que el VIH no respeta orientación sexual, raza o estatus social, cualquier persona que tenga una práctica sexual sin protección puede infectarse; se trata de un virus que ataca preferentemente al sistema de defensas del organismo, alterando y destruyendo lentamente el sistema inmune.

 

“No sé en qué momento me infecté, tengo sospecha de una relación que tuve sin protección, pero la verdad es que jamás imaginas que algo así te va a pasar, lo escuchas constantemente, te enteras de rumores de gente que vive o ya murió a causa de la enfermedad pero nunca imaginas vivirlo”, comenta Rodolfo mientras espera a que el mesero traiga la orden.  

Se toma un momento, destapa una botella de agua que hay sobre la mesa y bebe un trago. Asegura que lo primero que hizo cuando se enteró de su status fue el informarle a sus ex parejas para que se hicieran una prueba de detección, situación que lo mantuvo inquieto por varios días hasta conocer los resultados. Comenta, con una expresión tranquila en el rostro que ninguna de sus ex parejas salió positiva.

Los médicos le recomendaron iniciar un tratamiento lo más pronto posible para evitar el avance de la infección que se desarrolla de la siguiente forma: el Sistema Inmunológico cuenta con unas células denominadas CD4, si no se tiene un diagnóstico oportuno, el VIH se multiplica en la sangre atacando estas células encargadas de defender el sistema inmune.

En tanto van destruyendo las células CD4, la carga viral es más elevada; es decir, si no se combate de forma oportuna con los llamados antirretrovirales, existe la posibilidad de que el cuerpo de una persona tenga más VIH que células CD4.

En este sentido, cabe puntualizar lo siguiente, el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida (Censida) explica que VIH y sida no son sinónimos, tener VIH no significa tener sida.

Estar infectado por el VIH significa que el virus está en el organismo multiplicándose, lo que provoca que el sistema inmunológico se debilite, pero no necesariamente que desarrolle una enfermedad.

Por su parte, el sida es un conjunto de manifestaciones clínicas que aparecen cuando la inmunodeficiencia que provoca la infección del VIH es muy acusada, y el sistema inmune es incapaz de defender al organismo.

Luego de la recomendación médica, Rodolfo, quien se desempeña como publicista en una empresa, acudió al Centro Ambulatorio de Prevención y Atención en VIH-SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits), ubicado en la capital hidalguense, para iniciar un tratamiento y tener un acompañamiento.

“La verdad es que al principio fue incómodo, ya sabes la gente que trabaja para los lugares que maneja el gobierno o te atienden con cara o cuando ellos quieren, o supongo que como saben que necesitan de ellos te hacen esperar, en fin. El punto es que me dieron cita, cuando ellos quisieron, para comenzar el tratamiento que me indicaron los doctores”.

Fue fuerte en el sentido de que comencé a utilizar el medicamento y me sentía muy cansado, sin ganas, me daba mucho sueño, por eso decidí utilizarlo por la noche hasta que mi cuerpo se fuera acostumbrando poco a poco”.

Mientras sea posible, el publicista pretende mantener en la confidencialidad su status debido a que tiene temor al rechazo, temor a una sociedad que aún sigue etiquetando y estigmatizando a las personas que viven con la enfermedad.

Pero sobre todo para no generar una angustia en sus familiares quienes, hasta el momento, no saben que Rodolfo vive con VIH.

DATOS:
    •    ASÍ NO SE TRANSMITE EL VIH: Con besos, caricias, baños públicos, duchas, tos, estornudos, vasos, cubiertos, alimentos, lugares de trabajo, colegios, gimnasios, piscinas. Tampoco se transmite a través de la saliva, las lágrimas o el sudor, ni por picaduras de insectos o por el contacto con animales domésticos. En la actualidad, la donación de sangre ya no representa un riesgo de infección.  


    •    FAMOSOS QUE MURIERON A CAUSA DEL SIDA: Freddy Mercury anunció un 23 de noviembre que tenía sida y falleció un día después. Michael Foucault, filósofo y escritor, murió en 1984 por la misma enfermedad.

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