• Un Meade que nunca figuró en las encuestas internas y externas del PRI, sería el ungido por el dedazo, parece soso, parece torpe de parte del presidente Peña Nieto
Parece tan fácil, parece tan traslúcido que se antoja equivocado, engañabobos. Lo dicen los periódicos Reforma y El Universal: José Antonio Meade renuncia hoy a la Secretaría de Hacienda para buscar la candidatura del PRI a la presidencia y al mismo tiempo Miguel Ángel Osorio Chong dice a los funcionarios de Gobernación que no buscará la nominación del tricolor a la presidencia.
Así de fácil, se antoja un engaño, una pantomima. Un Meade que nunca figuró en las encuestas internas y externas del PRI, sería el ungido por el dedazo, parece soso, parece torpe de parte del presidente Peña Nieto. O de plano un sinsentido, dejarle a la oposición, directamente al Peje la Presidencia de la República. Algo así como Zedillo cuando adelantó el supuesto triunfo de Fox, sin siquiera esperar los resultados legales.
Pero si así fuera, y los periódicos en cuestión adelantaron lo que vendrá: “Meade candidato oficial del PRI”, habría poco que esperar para bien del país, pues Meade, pese a que es el favorito de Videgaray y supuestamente del Presidente, no lo es de la gente ni de los priístas.
Y pensar que el presidente Peña Nieto y el propio PRI están de acuerdo en que el insulso Meade puede representar a los mexicanos, es un desatino de gravísimas dimensiones, pues la gente no ha estado de acuerdo en lanzar a Meade como su representante. Pero, según estos dos periódicos (Reforma y el Universal), Osorio habría abdicado antes de tiempo.
En principio resulta increíble que Osorio diga que “siempre ya no” y que como es hombre de Estado, obedece y cumple con lo que se le ordene. ¡No, no puede ser cierto que Osorio decline tan fácilmente! Osorio tiene todas a su favor y no es creíble que simple y llanamente se retire sin haber perdido.
Meade ni siquiera ha estado presente en las encuestas internas del PRI ni en las externas, pese a que Videgaray le lanzó carretadas de “flores”. Resultaría cierto aquello dicho por el Peje, quien le advertía a Osorio que dejara al PRI, porque ahí sólo gobierna el dedazo.
Sin embargo, tendremos que esperar lo que resulte y saber de cierto que José Antonio Meade se convierte en el candidato oficial del PRI. Parece no creíble, pero peores cosas han ocurrido en México y en el mundo, como el ascenso de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, quien finalmente es mandatario, el peor en la historia del país vecino, pero ganó “haiga sido como haiga sido”, como ocurrió con Fox y Calderón.
No es que Meade no sea competente para el puesto de Presidente. Es que para cada momento histórico se necesita de cierto tipo de perfil, y Osorio parece ser el indicado para lidiar con el principal problema de México que es la violencia, el crimen del narcotráfico. Y Meade no parece ser quien pueda sacar al país de estos problemas. Si el principal problema de la nación fuera económico, sin duda sería Meade el oportuno para estar al frente de la presidencia, pero –insisto- la problemática es la violencia y en especial los narcos.
No es como dice el Peje en su programa de gobierno que debajo de todos los problemas de México, incluida la violencia, subyace la corrupción. Y si se ataca ésta, se soluciona todo lo demás. No es así, la violencia es originada directamente por los narcos y la corrupción ya es parte del crimen. Es multisabido que a los alcaldes y jefes policiacos se les propone: “oro o plomo”. Entonces no tienen otra opción que obedecer.
Osorio parece ser el indicado para lidiar con estos problemas por su trayectoria, por su experiencia, porque comprende de raíz los graves problemas de México, en especial la violencia y el crimen organizado. Parece ser la única opción para hacerle frente desde la presidencia. Si de verdad se opta por Meade, se estaría perdiendo tal vez la única y última oportunidad para salir del atolladero en que nos encontramos.
Reforma y El Universal han realizado una sucia campaña contra el ex gobernador hidalguense y la nominación de Meade como abanderado del PRI, sería su triunfo, pero sobre todo el triunfo de un fuerte grupo y sus intereses que llevaría al país a límites muy peligrosos, poniendo a la nación en peligro de caer en un precipicio. Es, sin duda, mucho lo que se está jugando, es más ni menos que el futuro de nuestro país.
