COP23: El planeta se quema

    •    Las emisiones de CO2 a nivel mundial, fuente de la proliferación de los gases que provocan el efecto invernadero han elevan peligrosamente la temperatura de la atmósfera terrestre, según los científicos


El lunes 6 de noviembre pasado iniciaron los trabajos de la 23ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23) en Bonn, Alemania, donde se espera poder avanzar en la implementación de los Acuerdos de París para detener el calentamiento global. Lamentablemente la lucha parece ser cada día más difícil, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero comenzarán a aumentar nuevamente en 2017, año que se ha calificado como el más caluroso desde que se tienen registros, y la comunidad científica del planeta ha hecho sonar la alarma para salvar la Tierra de un desastre ecológico.

Las emisiones de CO2 a nivel mundial, fuente de la proliferación de los gases que provocan el efecto invernadero han elevan peligrosamente la temperatura de la atmósfera terrestre, según los científicos. Los especialistas han señalado que, para este año se espera que las emisiones crezcan alrededor de un 2%, respecto a 2016, llegando al nivel récord de 36.8 mil millones de toneladas, según cálculos de “Global Carbon Project”, una plataforma integrada por científicos de todo el mundo.

El estudio anual publicado al margen de la COP23, confirma una tendencia letal, la cual confirma lo que la ONU había planteado hace quince días en su informe. La brecha entre los compromisos adquiridos por los estados que han firmado los Acuerdos de París y los esfuerzos para reducir las emisiones parecen ser ficción ahora, para lograr detener el calentamiento del planeta por debajo de 2 grados el calentamiento, meta establecida en los Acuerdo para evitar una catástrofe que ponga en peligro la vida en el planeta.

Un artículo publicado el lunes por la Revista Bioscience, donde 15 mil científicos de 184 países manifiestan su preocupación por una posible crisis del medio ambiente en el corto plazo, señalan el peligro que enfrenta la humanidad ante el avance de la deforestación, la quema de materiales fósiles, la contaminación de los ríos y los océanos, que ponen el serio peligro los recursos naturales de los que viven humanos y animales en la Tierra, así como a la propia biodiversidad de manera irreparable.

China concentra el 28% de las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero, pero se ha comprometido a reducir sus emisiones de carbón y a sustituir sus vehículos a gasolina por eléctricos en el mediano plazo. Pese a los compromisos de las naciones para reducir sus emisiones, y los propios de China, se espera que el consumo de combustibles fósiles aumente un 3.5%, debido al auge de la actividad industrial y la generación de energía hidroeléctrica. El otro gran emisor de gases efecto invernadero, los Estados Unidos, que se han retirado de los Acuerdo de París por iniciativa del presidente Donald Trump, sus emisiones de gases podrían continuar cayendo, pero cada vez con menor rapidez, -0.4% en 2017, en comparación con un promedio anual de -1.2%.

Esperemos que estos días de trabajos de la COP23 hagan reaccionar a los líderes mundiales y la población en el planeta manifieste su apoyo, por los diferentes medios de que dispone, a los Acuerdos de París, para detener el calentamiento de la Tierra, el único medio en el que viajamos por el universo, por debajo del 2%; de lo contrario, no sólo vendrá la muerte y la destrucción sino el peligro de la desaparición de la raza humana.

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