RETRATOS HABLADOS

* Dos semanas para el destape

Necesariamente el Revolucionario Institucional deberá nominar a su candidato presidencial en los siguientes 15 días, por la sencilla razón de que el clima enrarecido que se ha generado hacia el interior del partido puede desembocar en una fractura que a nadie de los tricolores puede beneficiar.
    La aparente pantalla que personifica el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, considerada al menos así en el principio de la escenificación, parece que se ha alargado más allá de lo prudente, y si el denominado destape se tarda más de la cuenta, al final del día el efecto negativo será difícil de componer.
    Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Gobernación, se mantiene como el candidato más viable en los terrenos de la realidad, no solo por su aceptación entre priístas, sino por la certeza entre sus propios contrincantes de otros institutos políticos, de que sería el más complicado de vencer por la base sustancial que tiene en muchos sectores de la población del país.
    Pero el asunto es que la política es de tiempos, y pasadas las siguientes dos semanas, en caso de que el PRI mantenga su obstinación de atrasar y atrasar la selección de su abanderado presidencial, dará la señal equivocada, porque todos esperarán con seguridad un conflicto interno.
    De todos es sabido que la decisión final recae en el Presidente de la República, en una de las acciones que por tradición toma a solas, sin asesoría de ningún tipo, y con dos factores fundamentales en juego: el país y su propio futuro.
    Por eso algunos observan que elige de hecho a su futuro verdugo, porque una vez investidos con el poder presidencial, buena parte de nuestros ex presidentes han tenido que sacrificar a su antecesor con el desprestigio, y no pocas veces el exilio diplomático.
    Sin embargo esta última pero vital decisión, es en muchos sentidos la que dignifica todo un sexenio, porque a pesar de que el futuro siempre se antoja complicado, más en estos tiempos de los linchamientos mediáticos, la decisión cobra tintes casi heroicos porque el que se va está dispuesto a ser inmolado en plena plaza pública.
    Busca elegir al que remedie los males que ha dejado, y continúe las soluciones que haya aportado durante su gobierno. Es pues un momento único entre la conciencia del gran elector y la búsqueda de quedar en la historia nacional como un hombre que optó por el país.
    No será pues el camino de los tecnócratas el que se imponga al final del día. No puede ni debe ser así, porque el momento histórico de México exige un perfil en que la ciudadanía pueda observar capacidad de mando, capacidad de mantener decisiones, y sobre todo, fortaleza a toda prueba.
    También que conozca a fondo los problemas fundamentales de la nación, que no sea un improvisado en la materia.
    No son pocos los que creen, ante el panorama anotado, que el Secretario de Gobernación será el candidato al final de cuentas, y que la pantalla para atraer reflectores en torno a Meade, fue simple y llanamente eso: una pantalla.
    Falta muy poco, porque ya no se pueda aplazar una decisión de ese tipo. Porque además el tiempo de precampaña y campaña se reduce día con día.
    A un estado como el nuestro le conviene que el futuro Presidente sea un nativo de la capital hidalguense. Le conviene porque sería la posibilidad de que la entidad se conviertan en un lugar que brinde a cada uno de sus habitantes la posibilidad de un futuro.
    No existe Jefe de la Nación que haya desperdiciado la posibilidad de apoyar a su Estado natal, porque es un acto de justicia elemental, y porque es un hecho que se da por descontado.
    La espera terminará pronto.

Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
    Sin embargo esta última pero vital decisión, es en muchos sentidos la que dignifica todo un sexenio, porque a pesar de que el futuro siempre se antoja complicado, más en estos tiempos de los linchamientos mediáticos, la decisión cobra tintes casi heroicos porque el que se va está dispuesto a ser inmolado en plena plaza pública.
    Busca elegir al que remedie los males que ha dejado, y continúe las soluciones que haya aportado durante su gobierno. Es pues un momento único entre la conciencia del gran elector y la búsqueda de quedar en la historia nacional como un hombre que optó por el país.

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