El sismo dañó casas históricas del Centro

El deterioro que sufrieron con los años se agravó con el sismo del 19 de septiembre

Por siglos han permanecido ahí de pie, viendo el ir y venir de la actividad comercial que caracteriza los rumbos de La Lagunilla y la zona norte del Centro Histórico, ocupados como bodegas, accesorias comerciales, casas habitación o simplemente abandonados por su estado en ruinas.
El deterioro que sufrieron con los años se agravó con el sismo del 19 de septiembre y, ahora, en el traspatio del corazón de la capital, hay algunos inmuebles de los siglos XVIII y XIX que se suman a la lista de edificios en riesgo que requieren atención inmediata o que el Comité de Emergencias de la Ciudad de México avaló demoler.
Es el caso del inmueble de República de Argentina 94, a unos metros del Metro Lagunilla y de la Plaza comercial Tepic Centro, en grave riesgo de colapso. Flanqueado de locales comerciales y puestos en la calles, el edificio de propiedad particular se encuentra dentro del Catálogo de Monumentos Históricos del INAH, por lo que cualquier intervención o modificación que las autoridades locales o sus propietarios hagan requerirá de la autorización del Instituto. Aún así, el Comité de Emergencias de la Ciudad de México hizo público que está en su lista de edificios que deben demolerse.
Sobre esa calle de República de Argentina hay otra serie de casas que la delegación Cuauhtémoc determinó con riesgo inminente y que hay que demoler de inmediato, como las de los números 96 y 108. A unas cuadras de ahí, en República de Honduras 54, entre boutiques de vestidos de novias y artículos para bodas, hay otro edificio en la misma situación. A simple vista, parece estable, pero el Comité también lo tiene en su lista de demoliciones. No son inmuebles catalogados como Monumentos Históricos por el INAH, pero son ejemplos de arquitectura civil que conforman el paisaje urbano de esa zona del Centro y están en el polígono de protección de la Zona de Monumentos. Son “remanentes de una época” que, aunque estén en ruinas, deben recuperarse, no demolerse, de acuerdo con la historiadora Guadalupe Lozada León.
Justo por sus valores urbanos y arquitectónicos, los de Honduras 54 y Argentina 96 están en el Catálogo de Inmuebles afectos al Patrimonio Cultural Urbano de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi). Según esta instancia, ambos cuentan con un nivel de protección 1, por lo que cualquier intervención requiere de su autorización y de la del INAH.
El de Argentina 108 se encuentra dentro del perímetro B de la Zona de Monumentos Históricos, no está catalogado, pero colinda con otros que sí están protegidos, por lo que su modificación o demolición también debe tener el visto bueno de INAH.
En respuesta a una petición de información, la dirección de Patrimonio Cultural Urbano de Seduvi dijo a este diario que por ahora no ha emitido dictámenes técnicos para demoliciones y que en los casos de inmuebles que se encuentran dentro de su catálogo requerirán de una valoración específica para determinar “el alcance de intervención, desde demoliciones parciales, hasta sustituciones de elementos dañados o en mal estado”. Han tenido dos reuniones técnicas con personal del INAH para dar seguimiento a los casos y está “en proceso informar por escrito de la situación de cada predio y solicitar la opinión y recomendación técnica en cada caso, respetando las atribuciones y competencias”.
El coordinador Nacional de Monumentos Históricos del INAH, Arturo Balandrano, señala que el Instituto ha estado trabajando en coordinación con el Fideicomiso del Centro Histórico para evaluar el estado de varios inmuebles que representan un riesgo. Dice que la instancia, dirigida por Mariano Leyva, ha solicitado la opinión del INAH respecto a siete edificios en el Centro con el fin de “determinar las acciones a realizar para salvaguardar la vida de ocupantes y usuarios así como la seguridad de las propias estructuras y de los edificios colindantes”. Entre ellos están el de Argentina 94 y uno en Uruguay 181, catalogados como Monumentos Históricos.
Para estos casos, el funcionario es enfático al señalar que no se permitirá su demolición; “No procede su demolición. La ley obliga a su protección y conservación por parte de su propietario. El patrimonio cultural en riesgo no se demuele, se restaura. El INAH apoya con asesoría técnica gratuita y la gestión de la exención de impuesto predial a los propietarios para su restauración, la cual resulta mucho más económica que los costos de demolición y construcción nueva”.
Señala que en aquellos casos en los que los afectados no son monumentos históricos, pero se ubican dentro del polígono protegido por una declaratoria de Zona de Monumentos Históricos o son colindantes con un inmueble catalogado, “el INAH podrá emitir una autorización para su demolición bajo tres condicionantes: que el inmueble no esté catalogado por el INBA como Monumento Artístico; que las obras de demolición no causen daño estructural o físico al monumento colindante, y que la nueva construcción que sustituya al edificio demolido no altere el carácter histórico de la zona”. Esto aplicaría para los de Argentina 96 y 118, y Honduras 54, que si bien no están dentro del catálogo del INAH, están en el polígono de protección del Centro.
Pasa lo mismo con las casa habitación ubicada en Pedro Moreno 40, en los límites de la colonia Guerrero, que según Seduvi está dentro del polígono protegido El inmueble de dos plantas, fue desalojado por el sismo. También está en la lista de demolición. En su fachada se pueden observar diversas grietas que la atraviesan. Quienes lo habitaban ahora viven en campamentos provisionales instalados en el parque de enfrente.
Riqueza arquitectónica.
El Centro Histórico, declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, no se limita al primer cuadro que rodea al Zócalo y las calles más accesibles. Jesús González Schmal, titular de la Autoridad del Centro Histórico, explica que el territorio considerado como Centro Histórico abarca nueve kilómetros y medio, divididos en dos perímetros: el A, limitado por las avenidas José María Izazaga, Eje Central, Eje 1 Norte y Anillo de Circunvalación; y el perímetro B, que abarca desde avenida Fray Servando hasta el Eje 1 Norte, y desde avenida Reforma pasando por la Alameda por el poniente hasta más allá de Anillo de Circunvalación. En esa extensión hay vasto universo de inmuebles y construcciones arquitectónicas de valor histórico y artístico.
En el perímetro “A” hay unos dos mil 299 catalogados; mientras que en el “B” hay mil 205 inmuebles catalogados. González Schmal asegura que esos valores arquitectónicos son dignos de preservarse, “aún en el estado ruinoso que se encuentran”.
Una gran parte de edificios en ruinas, abandonados y con poca atención se halla al norte del Centro. La historiadora Guadalupe Lozada León señala que estos inmuebles deben conservarse porque se trata de ejemplos de la arquitectura civil que caracterizó a una época. “Siempre he dicho que los edificios del Perímetro A y B deben ser intocables, están en la zona patrimonial que reconoce la UNESCO con la declaratoria”.
Añade que el deterioro o afectaciones que les provocó el sismo no debería ser una justificación para demolerlos: “El sismo vino a evidenciar la falta de una política de preservación. Se les abandonó por mucho tiempo, vino el sismo, se terminaron de dañar y ahora quieren demoler. Si están catalogados, por INAH o Seduvi, de ninguna manera se debe pensar que se pueden demoler, deben reconocer sus cualidades, protegerlos y buscar opciones para rescatarlos”.
– Patrimonio en el centro histórico
Existen dos ejemplos de arquitectura civil catalogados como Monumentos Históricos en riesgo de demolición: República de Argentina 94 y República de Uruguay 181.
Hay otros que no están catalogados, pero son parte del paisaje histórico: República de Argentina 96 y 108; República de Honduras 54; Pedro Moreno 40.

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