Rusia evita agitar el aniversario de la Revolución

Putin prefiere que no se celebre

    •    El Kremlin prefiere que la revolución apenas se recuerde y no lo va a celebrar. Putin no quiere que se demonice ni se idealice lo sucedido


La fecha vuelve a traer algo de agitación. La policía disolvió varias protestas de grupos nacionalistas y arrestó a 23 personas. Seguidores del colectivo La Otra Rusia celebraron en San Petersburgo la fecha con un cartel en referencia a Lenin: “¡Despierta, Ilich! Todos los demás son unos descarados”. El líder de Artpodgotovka, el nacionalista Viacheslav Malzev, en tanto, anunció a sus seguidores una nueva revolución para el aniversario.
Rusia prefiere no agitar el recuerdo de la Revolución bolchevique, cuyo aniversario se cumplió ayer 7 de noviembre: hace cien años era 25 de octubre porque Rusia todavía usaba el calendario juliano. El imperio ruso ya había perdido a su zar y los bolcheviques ocuparon la casilla autoritaria que había quedado vacante.
El Kremlin ha preferido que la revolución apenas se recuerde y no lo va a celebrar. El presidente ruso, Vladimir Putin, no quiere que se demonice ni se idealice lo sucedido. Al fin y al cabo considera que la caída de la Unión Soviética fue “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.
Los archivos de la KGB todavía no han contado todo lo que saben de la represión que siguió. Pero el recuerdo de las víctimas del sistema se hace cada vez de una manera más abierta.
Hace unos días colectivos por la memoria histórica leyeron uno a uno nombres de represaliados junto a la vieja sede del KGB. El Kremlin ha decidido cerrar al público unos días el mausoleo en el que se exhibe el cuerpo momificado del fundador del Estado soviético, que murió en 1924.
Parece que ni siquiera conviene mencionar el término revolución tras una racha de manifestaciones ilegales exigiendo juego limpio en las presidenciales de marzo. Desfile comunista.
Pero eso no significa que el país se haya olvidado de una fecha tan importante. En San Petersburgo empieza un festival que echa la vista atrás. Hasta el teatro Bolshoi tenía previsto para el domingo un concierto titulado ‘La Hoz y el Martillo’, pero fue interrumpido por una amenaza de bomba.

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