• Siria, el acuerdo nuclear y la cooperación económica centran sus conversaciones con Rohani y Jamenei
La visita de Putin se produce justo al día siguiente de que el Tesoro de EU anunciara nuevas sanciones unilaterales contra Irán y Rusia, dos países que la ley que las ampara califica de “adversarios de EU”. Uno de los sancionados, el general de los Pasdaran Mohammad Ali Jafari, ha declarado que esas medidas son un “pretexto” para dañar la capacidad económica de Irán
El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó el miércoles a Teherán en una visita que subraya el acercamiento entre Rusia e Irán en un momento de creciente tensión con EU. En la agenda, la guerra de Siria, en la que ambos se alinean frente a Washington y sus aliados, la amenaza que pende sobre el acuerdo nuclear y una mayor colaboración económica.
Además de entrevistarse con su homólogo, Hassan Rohani, Putin ha sido recibido por el líder supremo, Ali Jamenei, una muestra del interés que la República Islámica otorga a su viaje.
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“Estamos muy satisfechos de que, más allá de nuestras relaciones bilaterales, nuestros dos países lleven a cabo una importante tarea en garantizar la paz y la estabilidad en la región”, ha declarado Rohani al dar la bienvenida a Putin. Aunque formalmente la visita se produce en el marco de una cumbre tripartita con Azerbaiyán, la cooperación irano-rusa eclipsa el resto.
Por un lado, Teherán y Moscú han sido el principal apoyo al presidente sirio Bachar el Asad frente a EE UU, Turquía y la mayoría de los países árabes que han respaldado a los grupos que intentaban derribarle. Fue precisamente la entrada en el conflicto de la aviación rusa a partir de 2015 la que evitó el colapso del régimen de Damasco, que Irán apuntalaba desde el inicio de las revueltas populares cuatro años antes.
Ahora, una vez que El Asad ha prevalecido sobre sus opositores y que la amenaza del Estado Islámico parece neutralizada, ambos tratan de coordinar una salida que garantice sus intereses en Siria. Para ello, Rusia ha convocado una conferencia internacional el mes que viene, a la que ha logrado sumar a Turquía.
Por otra parte, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca a principios de este año acabó con el tímido acercamiento entre EE UU e Irán que auguraba el acuerdo nuclear firmado en 2015. El recelo de Trump hacia ese pacto multilateral, que también contó con el respaldo de China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania, ha reforzado la alianza de Teherán con Moscú. El Kremlin ha criticado la decisión de Trump de no validar el acuerdo y remitirlo a la revisión del Congreso.