Policía y sociedad

SABER PARA CONSTRUIR

Quiero destacar que aún si el gobierno y los policías hacen su parte, siempre quedará un papel que la ciudadanía habrá de realizar para mejorar el desempeño policial: la valoración de su trabajo. Y todos sabemos que cuando intentamos corregir y hacer mejor las cosas, no ayuda en nada que nos estén denostando, que nos digan que “para qué intentarlo si de todos modos vamos a fracasar” o hasta nos estén humillando (por escarnio); anímicamente, esa actitud tiene un impacto negativo sobre quien intenta mejorar su situación.

La función policial en México es compleja y muy mal vista por parte de la sociedad. En buena medida, por los recurrentes hechos de corrupción, el mal equipamiento y la ineficiencia que se le atribuye a dicho sector. Generalmente no vemos la otra cara de la moneda. Por ejemplo, un problema que se menciona poco tiene que ver con aquellos casos en donde la ciudadanía es quien pide “ayuda” al agente del orden para no ser multado o castigado conforme a la ley, sugiriendo un arreglo informal o “mordida”.
En otras ocasiones, son familiares o conocidos quienes al enterarse de que uno de los suyos ya forma parte del cuerpo policial, entonces sugieren “aprovechar el puesto” para incrementar su ingreso, y si el policía novel rechaza la idea, se le adjudican toda clase de improperios, básicamente por quererse portar bien en una institución tan viciada de origen.
Con frecuencia, se dan casos de policías que tienen presión en dos frentes: tanto de sus superiores por tener que ignorar (si no es que participar en) ciertas asociaciones ilícitas entre los mandos con bandas delincuenciales; como de la sociedad en sí, pues haga lo que haga el policía (se resista o no a participar en actos delictivos), es considerado negativamente.
Un estudio reciente del Centro de Opinión Pública de la UVM e INSYDE encuentra que: (1) muchos de los policías ven su trabajo como honorable, pero también se dan cuenta que los ciudadanos les tienen desconfianza y rechazo; (2) las causas por las cuales se enrolan los policías se valoran peyorativamente por parte de los ciudadanos; (3) en la opinión de los agentes del orden, el sueldo recibido por la función policial y las prestaciones asociadas no son decorosas, las posibilidades de ascenso y crecimiento profesional no son transparentes ni equitativas, y la capacitación tampoco es adecuada; además, las condiciones de trabajo, equipamiento y legislación son inapropiadas e insuficientes; al respecto, la población civil comparte este sentir parcialmente; (4) la ciudadanía no valora en toda su dimensión el hecho de que los policías arriesgan su vida (aunque reconocen que su situación ante el crimen es desventajosa), y en general, no muestran disposición a darles reconocimiento social a su trabajo; (5) muchos policías se asumen como víctimas de maltrato por parte de la sociedad; ante eso, los ciudadanos no identifican dicho maltrato como de gran magnitud: sí lo reconocen, pero lo ven con ligereza; (6) en general, la población civil llega a sentir lástima y enojo por la situación laboral de los agentes policiacos, pero en ningún caso, se percibe solidaridad hacia los agentes del orden público.
 Como puede verse, los policías afrontan una situación harto difícil: su trabajo es riesgoso, no se les valora bien ni en la sociedad en general ni con su gente cercana, su desempeño no está bien remunerado ni bien apoyado materialmente por sus instituciones de adscripción. Al respecto, tendemos a pensar que los problemas que el gobierno afronta para mejorar la función de la seguridad pública, se arreglan simplemente con dinero; es decir, con un presupuesto mayor.
En el trabajo de identificar bien los factores que impactan en el desempeño de los agentes policiales en México, también hay que incluir el papel que la sociedad puede jugar para mejorar la situación. No habrá una solución al problema de la seguridad pública y el desempeño policial, sin la participación de todos. Hoy más que nunca, incluso quizá más que el presupuesto, lo que se requiere es la colaboración de todos los involucrados, y la sociedad no debe ser excluida, o peor aún, autoexcluirse.
Sin embargo, una estrategia que cuente con el apoyo de la sociedad pero que conserve la estructura ineficiente e infiltrada por la corrupción, tal que carezca de resultados apropiados por parte de las instituciones de seguridad pública, tampoco funcionará. La responsabilidad es compartida: Cualquier desviación, sea de la sociedad, de los policías en sí, o de las instituciones gubernamentales como ente organizador de recursos, dará lugar a un alejamiento del óptimo desempeño en seguridad.
Partiendo del estudio previamente mencionado, podemos considerar que la función policial en México (entendida como el desempeño de la policía), depende de los siguientes factores: (1) profesionalizar la actividad policial, (2) disponer de herramientas adecuadas (materiales y legislativas), (3) contar con una valoración social estimulante, (4) recibir un salario apropiado y prestaciones laborales acorde tanto con el puesto desempeñado como con los riesgos afrontados, y finalmente, (5) tener verdadera vocación para proteger a la ciudadanía.
Tres de estos cinco factores dependen de las acciones llevadas a cabo por autoridad, un factor está en función del agente policial en sí, y otro más depende directamente de la participación de la sociedad. Quiero destacar que aún si el gobierno y los policías hacen su parte, siempre quedará un papel que la ciudadanía habrá de realizar para mejorar el desempeño policial: la valoración de su trabajo. Y todos sabemos que cuando intentamos corregir y hacer mejor las cosas, no ayuda en nada que nos estén denostando, que nos digan que “para qué intentarlo si de todos modos vamos a fracasar” o hasta nos estén humillando (por escarnio); anímicamente, esa actitud tiene un impacto negativo sobre quien intenta mejorar su situación.
Hay que hacer un esfuerzo y cambiar de actitud: La colaboración conjunta entre sociedad, policía y gobierno, pueda dar lugar a una función policial óptima, la mejor posible. Dejando de lado momentáneamente a las autoridades, recordemos que el policía también es un miembro de la sociedad: Muchos de ellos viven al día…como nosotros. Muchos de ellos, la ven difícil por estar inmersos en un medio aquejado por la corrupción y el “cangrejismo”…como nosotros. Muchos de ellos, quieren un mejor país…como nosotros.
    •    Investigador asociado en El Colegio del Estado de Hidalgo.


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