* Semanas para que haya candidato
Las que vienen serán semanas de angustia y zozobra para los priístas de la entidad. Nunca en los tiempos modernos había estado la candidatura presidencial al alcance de la mano de un hidalguense, y mucho menos la posibilidad de llegar al máximo cargo de representación popular en México que es ser Presidente de la República. Nunca con un aspirante real, no inventado, y que una y otra vez ha mantenido una ventaja absoluta en la preferencia de la militancia de su partido, el PRI, en las encuestas.
Por todo lo expuesto es que el nerviosismo empieza a hacer presa, tanto de los que apuestan a su favor, como los que ven con recelo ese escenario, sobre todo por el impacto que tendría en territorio hidalguense, que en la lógica más natural sería positivo, pero en la de tipo político no estaría exento de saldos negativos.
Sin duda al país le conviene la postulación del actual Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, porque a la vista no se observa ningún otro personaje que pudiera hacer frente a la dramática encrucijada que vive el país, fruto de la ola de violencia e inseguridad, que con todo no se ha desbordado, y que no pocos entiende que ya como Jefe de la Nación, haría valer la opinión que muchos tienen del hidalguense, que se traduce en un adjetivo constante: decisión.
El ex mandatario hidalguense no es de los que se echan para atrás una vez tomada una determinación, porque así ha sido desde que empezó su carrera política, a lo que se suma una obsesión, aquí sí, por el trabajo y los resultados.
En términos concretos es poseedor del más amplio capital político que ninguno de sus competidores podría presumir, y que sin embargo en ningún momento ha despertado el temor de que pudiera enderezarlo en contra del PRI en caso de no ser candidato. Su militancia es real, no es hechiza para fines electorales, y eso también lo saben quienes hoy mismo lo ven como aspirante natural a la Presidencia de la República.
Sin embargo podrían surgir complicaciones en su estado natal, porque es incluso algo lógico que al amparo de un candidato primero, y después un Jefe del Poder Ejecutivo del país, surjan los que a toda costa pretendan hacer valer su relación, y por ende propicien los primeros roces con el gobernador en turno.
El panorama incluso podría complicarse, fundamentalmente con aquellos que nisiquiera han mantenido una cercanía real con el favorecido por los Dioses, sino que la han construido merced a enquistarse dentro el círculo de quienes en efecto sí son cercanos del que se observa como futuro habitante de Los Pinos.
Es un escenario hipotético, del que sin embargo es posible observar una salida sin complicaciones, porque si algo caracteriza al actual responsable de la política interior del país, es que conoce a la perfección cada uno de los cuadros políticos que hay en la entidad, y a los no tanto, como para caer en el engaño de los que lo invocarán a cada momento.
Estamos pues ante un momento histórico para la política hidalguense, por la sencilla razón de que nunca la Presidencia de la República había estado tan cerca de ser ocupada por alguien nacido en Hidalgo.
Y lo cierto es que un buen número de los que esperan con ansiedad su nominación, lo hacen por la simple y sencilla razón de que lo conocen desde joven y ven su eventual postulación como algo positivo para el país. Es de entenderse que como Presidente difícilmente tendrá tiempo de atender a quienes busquen audiencia, porque su responsabilidad será con todo el país. Es algo lógico.
Sin embargo las apuestas crecen, porque a no pocos les causa por adelantado un gusto enorme el decirse a ellos mismos: “yo lo conocí de joven y sí, será un buen Jefe de la Nación”.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
CITA:
El ex mandatario hidalguense no es de los que se echan para atrás una vez tomada una determinación, porque así ha sido desde que empezó su carrera política, a lo que se suma una obsesión, aquí sí, por el trabajo y los resultados.
En términos concretos es poseedor del más amplio capital político que ninguno de sus competidores podría presumir, y que sin embargo en ningún momento ha despertado el temor de que pudiera enderezarlo en contra del PRI en caso de no ser candidato. Su militancia es real, no es hechiza para fines electorales, y eso también lo saben quienes hoy mismo lo ven como aspirante natural a la Presidencia de la República.
