Mancera no debe abandonar el barco

   •    La reconstrucción es la tarea inmediata y se tiene que llevar a cabo en dos ámbitos complementarios: el privado, en el que habrá que edificar más de mil inmuebles habitacionales, y este esfuerzo debe ser a cargo de los ciudadanos con el apoyo gubernamental, pero sin que las instituciones sustituyan la iniciativa y actividad de las propias familias capitalinas.


El sismo puso a disposición del jefe de Gobierno la opción de quedarse a cumplir el compromiso electoral que contrajo en 2012 o abandonarlo en búsqueda de la candidatura para el 2018, como en su momento lo hicieron Cárdenas y López Obrador.
Miguel Ángel Mancera se comprometió frente al electorado y hoy, después de observar la respuesta noble y generosa de los jóvenes capitalinos y de ciudadanos que sin descanso se aplicaron al rescate de víctimas del sismo, debe corresponder con su entrega y trabajo a ese digno ejemplo.
Por otra parte, su camino hacia el 2018 no se ve claro en el Frente, parecieran tener más posibilidades los panista que los perredistas para encabezarlo. Estoy convencido que debe quedarse hasta el último día de su gobierno y estoy seguro también que sus bonos aumentarían si se desempeña con eficiencia.
La reconstrucción es la tarea inmediata y se tiene que llevar a cabo en dos ámbitos complementarios: el privado, en el que habrá que edificar más de mil inmuebles habitacionales, y este esfuerzo debe ser a cargo de los ciudadanos con el apoyo gubernamental, pero sin que las instituciones sustituyan la iniciativa y actividad de las propias familias capitalinas.
No se trata de replicar modelos paternalistas ya superados y cargados de corrupción, como ocurrió en el pasado, tampoco la promoción de invasiones a terrenos nacionales o propiedad de la Ciudad, para después buscar su regularización y tener una costosísima dotación de servicios públicos, pues sería una regresión. Aquí lo importante es allegar recursos de largo plazo y de bajo costo a las familias considerando su capacidad de pago desde el salario mínimo en adelante con baja tasa de interés.
La reparación y reconstrucción del patrimonio público, edificios, iglesias, bibliotecas y escuelas, sí le corresponde al gobierno.
Los delegados tienen mucho camino por recorrer, de manera particular la delegada de Tlalpan, quien se encuentra en medio de acusaciones y de solicitudes de enjuiciamiento. Valdría la pena que permaneciera en la delegación hasta concluir su periodo para apoyar la reconstrucción y de manera especial colaborar en el esclarecimiento de la tragedia del Colegio Rébsamen.
Hay una tarea que no se observa y que consiste en la verificación y certificación de todas las construcciones anteriores a 1985 que no se encuentran preparadas para la norma de 9.5 y que muchas son producto de la autoconstrucción y del esfuerzo familiar para incrementar patrimonios de pocos recursos. Estos grupos no sólo requieren el apoyo económico, sino también la asesoría técnica de los Colegios de Ingenieros, Arquitectos e incluso de las universidades, con quienes podrían desarrollar una sinergia.
El jefe de Gobierno tiene ante sí la oportunidad de mejorar la seguridad pública de esta Ciudad hoy deteriorada por los constantes asaltos, secuestros y enfrentamientos entre narcotraficantes, que no sólo actúan en Tepito y Tláhuac, sino en la misma Condesa, la Juárez y en la Roma.
Al mismo tiempo urge a esta Ciudad la reparación de las fugas y fracturas del sistema de agua y drenaje pues, de no atenderse, los baches se convertirán en socavones.
Para ello es preciso cambiar el modelo de gestión, volver autónomo al sistema, sacar el agua de los conceptos fiscales de derechos y equipararlo como cualquier servicio, teléfono, luz o gas, lo que permitirá que crezca sobre criterios técnicos y no electoreros.
Por último, la manera de mejorar la política inmobiliaria, será con un Plan General de Desarrollo de la Ciudad que hoy por hoy no existe y que provoca una elevada inflación en el costo de los inmuebles. Ahí están a la vista tareas centrales en las que es importante involucrar a la sociedad para que participe en el combate eficaz contra la corrupción e impunidad que tanto daño causan a la sociedad y a las instituciones. Esa sería una verdadera reconstrucción material y moral de nuestro hogar común.

Related posts