En la institución por excelencia de la diplomacia, los discursos de los mandatarios se miden al milímetro. También las formas. Pero siempre hay alguien que se desvía del protocolo. En los anales de la historia de la Naciones Unidas quedó ya el “aquí huele a azufre” que espetó el presidente venezolano Hugo Chávez al hablar de George W. Bush en plena guerra de Irak. El jueves tuvo su momento Robert Mugabe.
“¿Está volviendo Goliat, amenazando con la extinción de otros países?”, se preguntó Mugabe ante el plenario, que rompió en aplausos
El presidente de Zimbabue recurrió a un texto bíblico para cargar sin compasión contra Trump, por el apocalíptico discurso que dio el martes ante la Asamblea General, en el que hablaba de la destrucción total de Corea del Norte. Es, dijo el veterano líder de 93 años, como el retorno del “Gigante dorado Goliat”. Las políticas del republicano, añadió, son “vergonzosas y aterradoras”.
Los delegados no pudieron contener la risa. Pero Mugabe hablaba muy en serio, con un tono pausado y al estilo de un predicador. “¿Está volviendo Goliat, amenazando con la extinción de otros países?”, se preguntó ante el plenario, que rompió en aplausos. Después pidió a Trump que, “por favor, haga sonar su trompeta” por la unidad, paz, cooperación, confluencia y diálogo.