Primero, el silencio, ese puño en alto que ya se ha vuelto característico. Después, los aplausos, los gritos de: “¡Sí se puede!”. Ivonne y Patricia salían en camilla, llevadas en volandas por el grupo de Topos que las rescató de un segundo piso de un edificio derrumbado de la colonia Roma, una de las más afectadas por el terremoto del martes que sacudió México.
Después de 12 horas bajo una mesa y toneladas de piedras, las dos secretarias salían a la luz entre las lágrimas de todos, los que se habían jugado la vida y los que habían acarreado escombros y medicinas durante horas. Más de 50 personas han sido rescatadas con vida después del temblor. La lucha por encontrar supervivientes continúa contra reloj.
La probabilidad de hallar gente con vida bajo los escombros de las decenas de edificios colapsados en la capital disminuye con el paso de las horas, pero las labores de rescate lideradas por la Marina no cesan.
El caso más significativo era aún el jueves el de la escuela Rebsamen, al sur de la ciudad, donde murieron 19 menores de edad y 6 adultos; 11 decena fueron salvados de entre los escombros. La Marina confirmó pasado el mediodía que seguían buscando a un adulto, y no a una niña, como habían informado algunos medios locales, lo que generó mucha confusión.