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Sin cambio en el horizonte…

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El cambio nos da vida y ello es un acicate para buscar trascender y no simplemente vegetar

La vida es movimiento, la vida es devenir permanente. Algunos han abusado de ese concepto, como el sonado cambio que alguna vez prometió el ex presidente de las botas y las estrellas, pues ese cambio hizo más daño que lo que veníamos padeciendo con anteriores administraciones públicas, en donde en lugar de avanzar, sufrimos un grave retroceso en todos los ámbitos de la vida nacional, en efecto, cambiamos pero en reversa.

Sin embargo, el tiempo no se detiene, es imposible inmovilizar ideas o pensamientos como algunos han pretendido o pretenden hacerlo, como en el caso de Venezuela, en donde pensar diferente al dictador es un grave delito.

El cambio nos da vida y ello es un acicate para buscar trascender y no simplemente vegetar; y por ello, siempre buscaremos nuevos horizontes, nuevas metas, nuevas razones que nos sostengan en nuestros ideales.

Precisamente eso es lo que están buscando las nuevas generaciones, ¡un cambio de actitud¡ y no solo un cambio de personas, no únicamente un cambio de estrategias para llegar a la población, pues con ello, los partidos nos envían el mensaje de que se busca un cambio pero para seguir igual.

Esa necesidad de cambio social es una obligación para las corrientes políticas el procurar secundarlas, pero no, no lo están haciendo de esa manera, siguen con su misma tendencia en cambiar solo de nombres, cambiar solamente sus sistemas para ganar simpatizantes; pero no cambian sus procedimientos de selección interna, pues siguen con sus viejos esquemas de control social; y hasta ahora nadie se ha acordado cambiar para darle vida a los ideales que le dieron origen a su Partido, eso es letra muerta.

¿Qué ha hecho cada partido político para procurar ese cambio?, nada, todos están cortados con la misma tijera, su búsqueda no es por la reivindicación social; su meta está puesta en el ejercicio del poder para su reivindicación económica.

El cambio esperado por la sociedad no llega por ninguna parte, y mientras tanto, sigue habiendo miles de niños desnutridos, miles de mujeres y hombres que día con día se levantan sin saber si hoy tendrán algún alimento para sus hijos; la sociedad sabe que no es exageración, pues muchos somos parte de ese ejército de defraudados por el cambio.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.