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Investigación cualitativa: Entender, no sólo medir

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SABER PARA CONSTRUIR
Al respecto, se suele citar a Lord Kelvin, quien afirmó: “lo que no se define [con exactitud], no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”; y se suele responder con argumentos como el de Javier Martínez: “la vida no es solo números, es mucho más. Tratar de no perder el control midiendo y contando de forma exhaustiva es solo una ilusión…las decisiones no pueden reducirse a una tabla de Excel”

A lo largo de la historia, la humanidad ha intentado diferentes maneras de adquirir conocimiento. Con el tiempo, se han estructurado las formas de hacerlo y al día de hoy hablamos de “investigar” para referirnos a un conjunto de estrategias bien definidas, sistematizadas, críticas y empíricas que se utilizan para estudiar un aspecto de interés.
Muchas veces, cuando se nos habla de investigación científica, pensamos sólo en uno de dos tipos posibles: la investigación cuantitativa, aquella que recopila datos obtenidos por mediciones numéricas, con la intención de probar hipótesis en base al análisis estadístico y de este modo evaluar teorías, reproducir patrones y sugerir tendencias.
Se distingue por: (a) seguir un esquema secuencial estricto (un paso antecede al otro, no se revuelven, no se cambian de orden ni se evitan pasos); (b) abordar problemas de estudio bien delimitados y específicos (nada de dispersarse); (c) hay énfasis en reducir la incertidumbre al mínimo (el control de las variables es riguroso) y los experimentos deben poder repetirse; (d) se asume que el fenómeno estudiado es independiente del investigador y así debe mantenerse; (e) mediante la estadística y la probabilidad, busca generalizar en una población los resultados encontrados para una muestra, con la intención de identificar pautas universales (es inductiva en este sentido), pero es deductiva en cuanto a que parte de una teoría general y evalúa su veracidad en casos específicos; (f) el diseño de la investigación se hace antes de obtener los datos; y (g) el conocimiento se obtiene al acumular evidencia que descarta, o en su caso, aprueba hipótesis respecto al tema de interés, y tal validación se hace a partir de métodos estadísticos estandarizados.
En realidad, este enfoque cuantitativo es más recurrente en las llamadas ciencias exactas, llámense física, química o ingenierías (no incluyo a las matemáticas por ahora, porque desde cierta perspectiva, que les compartiré después, no constituyen una ciencia, son algo aparte); en una medida relativamente menor, dicho enfoque cuantitativo también está presente en las ciencias biológicas.
Pero existe otra mirada al tratar de hacer investigación, la denominada aproximación cualitativa. Esta consiste de un proceso más bien inductivo, esto es, explora casos y los describe, luego busca aspectos comunes para después generar teorías (va de lo particular a lo general). La recopilación de información y los datos cualitativos en sí se refieren a una serie de descripciones a detalle de sucesos, situaciones, individuos, interacciones y registro de acciones o conductas observadas.
El propósito de esta estrategia de investigación es reconstruir la realidad tal como la perciben sus actores, por lo que puede haber varias realidades y significados como tantos puntos de vista hay en quienes la viven; para lograrlo, el investigador entra en la experiencia de los participantes (emociones, actitudes, prioridades, etc.), trata de interpretarla en su contexto y construye el conocimiento considerando el todo sin reducirlo a la suma de sus partes, sin pretender generalizar los resultados para poblaciones más amplias en base a métodos estadísticos o probabilísticos y sin manipular variables experimentalmente, pero, eso sí, siendo capaz de tratar con paradojas, dilemas éticos, ambigüedades e incertidumbres encontrados en la información.
En cierta forma, la investigación cualitativa busca entender, no sólo medir; entender mediante la profundización y dispersión, en vez de acotar; entender a partir de la riqueza de detalles, interpretaciones y contextos sin limitarse a un solo punto de vista; entender considerando tan íntimamente como sea posible a la parte humana, la subjetiva, la que no se está quieta ni cuadra en un esquema rígido e inamovible, en vez de basarse únicamente en datos numéricos fríos y duros.
Como se podrá imaginar, esta forma de hacer investigación es más común en ciencias sociales (estrictamente hablando, hay un tercer tipo de investigación, la mixta, que combina las dos anteriores). El problema radica en que, con frecuencia, se gesta un ambiente agresivo en búsqueda de aclarar la supremacía de un enfoque por encima del otro, sin tomar en cuenta que el objeto y el objetivo del estudio definen cuál puede ser la mejor aproximación metodológica, o sin considerar cómo combinar ambas.
Muchas veces, el meollo de la disputa está en qué tan importante e imprescindible es medir todo, y en si una investigación basada en algo que no se mide entonces no tiene valor. Al respecto, se suele citar a Lord Kelvin, quien afirmó: “lo que no se define [con exactitud], no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”; y se suele responder con argumentos como el de Javier Martínez: “la vida no es solo números, es mucho más. Tratar de no perder el control midiendo y contando de forma exhaustiva es solo una ilusión…las decisiones no pueden reducirse a una tabla de Excel”; o bien, como criticaba Oscar Wilde respecto a los criterios monetaristas prevalecientes: “hoy en día la gente conoce el precio de todo, pero no sabe el valor de nada”; incluso, el propio Albert Einstein dijo: “no todo lo que importa puede ser contado, ni todo lo que puede ser contado, importa”.
En realidad, no debería haber controversia: Ambos enfoques son igualmente valiosos, complementarios e importantes para hacer investigación. En palabras de Roberto Hernández-Sampieri: “son, hasta ahora, las mejores formas diseñadas por la humanidad para investigar y generar conocimientos”. Por mi parte, no deseo anteponer un enfoque sobre otro, me conformo con que ya no hagamos menos a la investigación cualitativa, ¿está de acuerdo conmigo?
* Investigador asociado en El Colegio del Estado de Hidalgo.