¡Dejan abiertos los principales conflictos!

Negociaciones del TLCAN, fin de la primera ronda
    •    EU, México y Canadá se comprometen a seguir las negociaciones “a un ritmo rápido”


EU, por ejemplo, no establece en cuánto quieren fijar la proporción de componentes y materiales hechos en EU dentro de los automóviles: El TLC actual fija un porcentaje mínimo de contenido en los coches que tiene que proceder, no de EU, sino de cualquiera de los tres países (un 62,5% para los vehículos y un 60% para los componentes) y lo que la Casa Blanca pretende es fijar una tabla para productos específicamente estadounidenses
Los negociadores encargados de pactar la reforma del Tratado Atlántico de Libre Comercio (TLCAN) han dejado para sus próximas sesiones, previstas para septiembre, los grandes escollos que afrontan.
La primera ronda, concluida el domingo en Washington, se caracterizó por el mensaje de fuerza enviado por EU contra el pacto trilateral. Pero también por lo poco que detalló las demandas a sus socios, México y Canadá.
En un comunicado conjunto, los tres países señalaron que “las conversaciones continuarán a este ritmo rápido”.
En el primer asalto del nuevo TLCAN no hubo noqueo ni golpes bajos. Dos de los grandes focos de pugna entre los socios, el mecanismo de resolución de disputas y las reglas de origen (es decir, la procedencia de los componentes con los que se elabora y producto para ser considerado local), se discutieron en Washington sin llegar ni a un acuerdo.
Los trabajos se trasladan ahora a cada país y, a nivel trilateral, se retomarán en una segunda ronda de negociación en México entre el 1 y el 5 de septiembre, para continuar en Canadá a finales de ese mes. Luego volverán a EU y se esperan más encuentros hasta finales de mes.
“Aunque hará falta un gran esfuerzo negociador en los próximos meses, Canadá, México y EU están comprometidos a un proceso de negociación amplio y rápido que mejorará el tratado y establecerá estándares del siglo XXI para el beneficio de los ciudadanos”, señaló el comunicado.
El negociador jefe de Donald Trump, Robert Lighthizer, hizo toda una declaración de intenciones en el discurso con el que comenzaron las conversaciones formales, evitando cualquier cortesía y yendo al grano desde el primer momento.
El TLC, dijo, “ha destruido 700.000 empleos”. “Ha fallado a muchos estadounidenses y debemos mejorarlo”, recalcó. Pero, cinco días después, a pocas horas de cerrarse la ronda, en las 27 mesas de negociación en las que se estructura este proceso no habían trascendido muchos detalles de cómo debe cambiar el tratado 23 años después de su puesta en marcha.

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