Escenas de caos: La Rambla fue acordonada, además de las principales calles adyacentes. Los establecimientos comerciales y restaurantes fueron cerrados y también se paralizó el transporte público de metro, autobuses, Ferrocarriles de la Generalitat y Renfe. Las estaciones de Renfe de la plaza Catalunya y Paseo de Gràcia fueron desalojadas y cerradas al público. La asociación Elite Taxi de taxistas de Barcelona evacuaron de forma gratuita a transeúntes atrapados en el centro. Los hospitales de Barcelona hicieron un llamamiento a la donación de sangre
El terrorismo golpeó ayer a Barcelona, dejando al menos 13 muertos y más de 50 heridos en el atentado más grave que sufre España desde el 11-M.
Ese es el último balance que, según el Departamento de Interior, arroja el atentado que un grupo radical cometió poco antes de las seis de la tarde (de ayer, hora local) con una furgoneta en La Rambla, en pleno corazón de la capital catalana.
Los Mossos confirmaron que se trataba de un ataque terrorista coordinado y detuvieron a Driss Oukabir y buscan a otros dos presuntos participantes del atentado. La policía catalana ha hallado una furgoneta en Vic con la que podrían haberse dado a la fuga.
El caos reinó la tarde de ayer en la capital catalana. Alrededor de las seis de la tarde, miles de personas corrían por las calles del centro de la ciudad después de que una furgoneta arrollara a decenas de personas a lo largo de un tramo de unos 500 metros, desde la plaza de Catalunya hasta enfrente del Liceu.
La incertidumbre y el pánico cundió en el centro de Barcelona, donde la gente salió en estampida al toparse con el vehículo.
La policía detuvo a Driss Oukabir, que alquiló la furgoneta en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). Sin embargo, la policía catalana ha hallado un segundo vehículo -con el que supuestamente debían huir algunos de los autores del crimen- en las cercanías de una hamburguesería de Vic. De hecho, los Mossos barajan que dos personas más hayan participado en ese atropellamiento masivo y deliberado.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, suspendió sus vacaciones y habló por teléfono con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y con los líderes de los partidos de la oposición tras el atropello.
Un gabinete de crisis, compuesto por las autoridades autonómicas, la Delegación del Gobierno, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil, se reunió en Barcelona para estudiar la situación.
A pesar de que España está en alerta terrorista desde 2015, no había sufrido ningún ataque terrorista de corte islamista desde la explosión coordinada de bombas en el tren de cercanías en Madrid, el 11 de marzo de 2004, con 192 muertos y más de 2.000 heridos. En el último año ha habido en Europa ocho atentados con atropellamiento, un método que requiere poca planificación, que suele provocar numerosas víctimas y al que han recurrido cada vez más los yihadistas.
