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RETRATOS HABLADOS

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   •    Adiós Rius, adiós Jaime


No me sorprendió la muerte de Eduardo del Río “Rius”, porque a los 83 años cualquiera puede despertarse un día con ganas de irse, o simplemente el organismo se rebela y pone punto final a una lucha que ya no tiene sentido, porque de antemano está perdida.
    Sin embargo, al igual que a muchos de los que descubrimos mediante sus libros los principios del marxismo (que hoy algunos insisten que fue un fracaso, porque fracaso fue el estado soviético o cubano), el naturismo a través de “La Panza es Primero”, y hasta nos llenamos de dudas en torno a la figura del Mesías con “Cristo de Carne y Hueso”, quedamos tristes porque de alguna forma nos formó en todos sentidos cuando éramos jóvenes y él estaba en el esplendor de su carrera.
    Le comenté a un compañero periodista luego que me informara temprano de la partida de Rius, que de alguna forma todo lo que admiramos de adolescentes y después preparatorianos empieza a desmoronarse, a evaporarse, hacerse nada y el recuerdo es la única posibilidad para intentar rescatarnos.
    Rius, el de Los Agachados, La Revolucioncita Mexicana, La Trukulenta historia del Kapitalismo, fue el primero, allá en el 76 en educar a la sociedad mexicana en la posibilidad de comer sano y volverse ateo, con todo y que en sus estudios incluyó una estancia en el seminario.
    Pero sin duda lo que marcó a muchas generaciones fue su vocación de profesor para enseñarnos con monitos y textos precisos, en qué consistía el carácter inhumano del capitalismo, y las alternativas de un cambio a través de la filosofía del Materialismo histórico y dialéctico de Carlos Marx.
    Una de las pocas formas de entenderle a la obra cumbre del barbudo (El Capital), fue “Marx para principiantes”, publicado en 1977, con todo y que los maestros y estudiosos del asunto pegaban el grito al cielo porque alguien se había atrevido a reducir a una historieta  la Biblia de los revolucionarios.
    Sin embargo pegó, y fuerte, entre los adolescentes y jóvenes de esos tiempos. A mis 16 años de esas épocas, por supuesto que intenté por todos los medios dejar el refresco, harinas refinadas y hasta la carne, para entrarle al naturismo con devoción, lo que está claro no me duró más allá de dos semanas.
    En el 78 publica “ABche”, y todos, absolutamente todos empezamos a soñar con ser los que acabarían con la opresión luego de tomar las armas y lanzarnos a la sierra o la Huasteca, fumar pipa y escribir textos de poeta. Todos soñamos simplemente, aunque en Hidalgo surgió la leyenda de Alejandro Hernández Dolores, de quien lo último que se supo fue una carta que escribió a la revista “Proceso” en 1994, pero que nunca se comprobó si había sido enviada efectivamente por él, o alguien lo hizo a su nombre. En ella aseguraba que no era un mito.
    En el 87 nos regala “Kama Nostra”, libro que él mismo dice, fue el primero con intenciones erótico-sexuales, que permitió no pocos a entender que eso del amor es un arte en todo el sentido de la palabra.
    Rius murió ayer, muy temprano.
    La mayoría de los jóvenes de hoy poco sabrán de un personaje tan vital en la vida de sus padres.
    Resulta que fue el primero en quitarle la seriedad a la mismísima lucha revolucionaria, a la que todos aspirábamos, y desató la risa de muchos cuando caricaturizó a Fidel Castro cuando el bloque gringo empezó y sudoroso miraba al lector para decir: “¡la muelte chico!”.
    Ayer también murió uno de los cronistas más importantes en el periodismo contemporáneo. Jaime Avilés fue el primero en llevar el arte de la narrativa a los periódicos mexicanos. Primero en UNOmásUNO, el de entonces dirigido por Manuel Becerra Acosta, y luego en LA JORNADA, la de entonces, que comandaba Carlos Payán.
    Dos figuras míticas que coincidieron en las planas de los diarios. Dos que dieron un mucho de sentido a la vida de adolescentes y jóvenes que éramos en aquellos tiempos.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
Sin embargo, al igual que a muchos de los que descubrimos mediante sus libros los principios del marxismo (que hoy algunos insisten que fue un fracaso, porque fracaso fue el estado soviético o cubano), el naturismo a través de “La Panza es Primero”, y hasta nos llenamos de dudas en torno a la figura del Mesías con “Cristo de Carne y Hueso”, quedamos tristes porque de alguna forma nos formó en todos sentidos cuando éramos jóvenes y él estaba en el esplendor de su carrera.