DE CUERPO ENTERO
Existen miedos arcaicos de que el hablar a los adolescentes acerca de los anticonceptivos es como “promover” su uso inmediato. Falso, estudios bien llevados han demostrado que cuando los adolescentes se encuentran informados, el porcentaje de chavos sexualmente activos es el mismo, solo que ahora lo harán con protección y posiblemente con responsabilidad.
Elena sabía muy bien que la mañana desde hacía horas había llegado y que su madre en más de una ocasión se había asomado a su cuarto, eran inconfundibles los escarceos y los signos de cuando ya debía de levantarse. Abrió los ojos perezosos, y como un golpe asestado en su cabeza recordó los sucesos de la noche.
Para sorpresa de su madre, Elena habló poco y las tareas que en otras semanas siempre rechazaba ahora las realizó sin refunfuñar o criticar; el silencio le hacía repasar una y otra vez los hechos ocurridos por la noche. Ya era tarde cuando salieron de la disco, no era mucho lo que había tomado, pero si era mucha la insistencia de Armando por besarla, por tocarla y decirle que la amaba, que una terrible pasión le corría por venas y arterias.
Elena tiene 17 años y casi sin “darse cuenta” se acurrucó en las caricias, se envolvió en un caudal de sensaciones que así, suave, sutilmente mezcló su cuerpo con Armando; ya en otras ocasiones lo habían hecho, pero esta era diferente, no solo fue como una bomba atómica que cae de repente, sino que ante la bruma de una excitación creciente, nadie se acordó del uso del condón. Lo hicieron dos veces, y solo fue cuando estaba por entrar a su casa, que El Galán de 19 años de edad, le recordó la omisión.
Elena está triste, sabe que de acuerdo a sus días del ciclo menstrual bien puede quedar embarazada, y reconoce con un escalofrío que le cimbra su cuerpo que ESO NO PUEDE SER.
Armando y Elena forman parte de las miles de parejas que día con día juegan con el destino, a veces buscando en el intento una forma de afianzar una relación que muchas veces ella piensa será eterna, y las más de las veces por el temor a decir no, o la vergüenza de solicitar una protección segura y oportuna.
Es habitual que el novio se pierda de inmediato y la responsabilidad se ajuste solo a la mujer, quien con edades como la de la Elena, solo le quede sufrir y buscar en una amiga –habitualmente igual de ignorante – un consejo oportuno, y si no, la espera dolorosamente larga para ver llegar la menstruación.
Desde el punto de vista del género son ellas las que acusan el peso de la angustia, son ellas las que con un silencio que taladra los sentidos, deberán dar una cara de paz, mientras cuentan cada hora de espera para ver llegar un sangrado que como nunca alegrará sus vidas.
El mundo de nuestros jóvenes es vivo en la sexualidad, es activo en el amor, y es muy poco responsable en la prevención. Bien pueden decir que es poca la información que se les da, y que los padres con ese miedo que el desconocimiento da, poco hablamos de los riesgos de una sexualidad precoz y descuidada.
Actualmente en México cerca del 40 por ciento de l@s adolescentes ya viven una sexualidad activa, con un pobre 15% de usuarias con protección, y miles de jovencitas vueltas madres antes de los 18 años de edad.
Es evidente que hace falta una real EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD, sin embargo como parte de esta ruta siempre prometida, y casi nunca recorrida, es necesario abrir todo el abanico de posibilidades para confrontar este mundo real y vivo.
ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA
Siempre resulta más fácil hablar de lo que no debió hacerse, de que hoy por hoy el postergar el inicio de la vida sexual es el camino más seguro, y de que el sustento de un amor comprometido es la vereda ágil y práctica; sin embargo, desde una perspectiva objetiva y real, deberíamos hablar de los otros caminos posibles y reales en este mundo resbaladizo y francamente vivo: las relaciones sexuales ocasionales e imprevistas. Sin alejarnos de que lo ideal es la educación sexual abierta y clara, es menester abrir la carpeta de información de la anticoncepción.
Existen miedos arcaicos de que el hablar a los adolescentes acerca de los anticonceptivos es como “promover” su uso inmediato. Falso, estudios bien llevados han demostrado que cuando los adolescentes se encuentran informados, el porcentaje de chavos sexualmente activos es el mismo, solo que ahora lo harán con protección y posiblemente con responsabilidad.
La anticoncepción de emergencia, la “cápsula del día siguiente” responde a esos casos donde el tiempo y los impulsos rebasan a la prevención, y siendo de larga data –conocida desde hace más de 30 años – ahora se pone en la palestra de las críticas y las condenas, cuando la SSA la da a conocer en la norma oficial mexicana 005.
Si reconocemos que la ovulación (fenómeno fisiológico de expulsar un óvulo por el ovario) y que ocurre una vez a la mitad del ciclo sexual de la mujer, y que si ese día de riesgo existió una relación sexual, existe un 20% de que se produzca el fenómeno de la fecundación en el tercio externo de la trompa, y por consecuencia un embarazo, la cápsula del día siguiente consiste en tomar dosis de hormonas (levonogestrel) hasta 72 horas después del encuentro sexual, con la finalidad primordial de modificar el fenómeno de la ovulación, es decir suprimir o posponer la aparición del óvulo y por consecuencia el embarazo.
No se trata de provocar un aborto, sino de modificar en forma artificial las condiciones propicias para la ovulación y la fecundación; es cierto, también se alteran los elementos del tejido que se encuentra en la matriz, es decir el endometrio, entorpeciendo la posibilidad remota de la nidación. La seguridad de este método de emergencia alcanza el 60%, y los efectos adversos suelen ser escasos: dolor de cabeza, náuseas, y a veces un sangrado antes de tiempo.
El camino apenas empieza, y hoy en este siglo XXI cuando el hombre ya quiere llegar al planeta Marte, deberíamos llegar a la sensibilidad de tod@s, para aceptar otros métodos como el implante subdérmico, el DIU, la tableta del día siguiente, como una herramienta más; y siempre pensando en caminar más seguro, en una auténtica EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD. Nos urge volver la vista al mundo de nuestros adolescentes.