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NOVILLADA DE FERIA EN JESÚS MARÍA, AGUASCALIENTES

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#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO

    •    José María Hermosillo se llevó el Trofeo Javier Medina Mora “Pitonero” en disputa.


Estimados Amigos, una vez más con el gusto de saludarlos a través de este espacio de Plaza Juárez. Aprovechando nuestra estancia en la Villa de la Asunción de las Aguascalientes, nos trasladamos al municipio conurbado de Jesús María para asistir a la Novillada de la Feria de los Chicahuales, en el Lienzo Charro Xonacatique, festejo organizado por el Matador de Toros en el retiro Jorge Mora, con una combinación integrada por el hidrocálido José María Hermosillo, Cristian Antar del Estado de México, Baruch Arreola de Michoacán, los también aquicalidenses, José Miguel Arellano y Juan Pedro Herrera, así como el novillero sin picadores potosino Ricardo de Santiago. Cartel que en el papel prometía mucho, pues incluyó a tres de los toreros que encabezan el escalafón novilleril. Se lidio un lote de cinco novillos y un eral de la ganadería de El Batán, propiedad del Matador de Toros retirado Gabino Aguilar; vecino del Municipio de Amealco, Querétaro, cuatro difíciles, en tanto primero y sexto se dejaron meter mano.
Ante una entrada de tres cuartos del aforo del bonito lienzo charro jesusmariense, en un mediodía esplendoroso, abrió plaza José maría Hermosillo (celeste y oro) enfrentándose a “Chicahual”, número 42, de 369 kilogramos, de pelaje negro bragado meano, José María no se acomodó para torearlo de capote, quitó por tafalleras que le fueron coreadas fuerte, con la muleta se fue haciendo de las embestidas del novillo que por momentos punteaba la sarga, el torero se fue acomodando por el lado izquierdo, el mejor del astado, al que le ligó series cortas de naturales llevándolo muy templado, se tiró a matar logrando una estocada casi entera para cortar una oreja.
A Cristian Antar (grana y oro), novillero que viene actuando bastante en el Estado de Hidalgo, le correspondió lidiar en segundo lugar a “Otomí”, herrado con el número 48, de 364 kilos, de capa cárdeno oscuro bragado, abanto de salida costó trabajo Antar fijarlo en el capote al que acudía echando las manos por delante, sin embargo el novillero mexiquense se fue haciendo de él para instrumentarle una serie de verónicas gustándose, sobre todo por el lado izquierdo, después de ser picado el novillo mostró debilidad perdiendo continuamente las manos, a Cristian le costó trabajo meterlo en la muleta sobre todo porque el burel fue desarrollando sentido, sabía lo que dejaba atrás se revolvía en corto buscando los tobillos del torero, el que decidió abreviar y después de una serie de sanjuaneras se tiró a matar logrando poco menos de media estocada que aunque tardó un poco fue suficiente, Antar se fue al callejón entre ovaciones.
En tercer lugar a Baruch Arreola (rosa mexicano y oro) le correspondió “Volcán”, número 77, con 360 kilos, cárdeno oscuro, Baruch no se acomodó a torearlo de capa, José Miguel Arellano quitó por saltilleras que le fueron aplaudidas; con la muleta o se encontró Arreola, ante un novillo descastado, que embestía calamocheando, cortó por lo sano el torero y después de tres pinchazos logró media estocada que fue suficiente, se retiró entre palmas del respetable que apreció el esfuerzo de Baruch.
Al espigado José Miguel Arellano (vino y oro), le tocó en suerte “Agua Clara”, un bonito novillo cárdeno claro, herrado con el número 38 y de 376 kilos de peso, al que recibió con verónicas de buena manufactura, rematadas con media, siendo aplaudido, inicia su faena con pases por alto, el toro lleva la cabeza suelta, sin embargo José Miguel lo aguanta templándolo en series en redondo, el novillo va desarrollando sentido y el joven hidrocálido pierde la secuencia de la faena y termina instrumentando un muletazo y un remate, el público aplaudió con fuerza al torero, mata de dos medias estocadas y una entera para dar una vuelta al ruedo con fuerza.
Por su parte Juan Pedro Herrera (negro y azabache) se enfrentó al novillo más grande del encierro, de nombre “Gente Buena”, número 43, con 375 kilos, de pelaje negro bragado, desgraciadamente para el bajito torero aguascalentense pecho con el hueso del lote, un toro enrazado pero de mal estilo que no se dejó torear de capa y después de tres colocar tres vistosos pares de banderillas, con la muleta anduvo naufragando ante el ejemplar de El Batán, que le exigió mucho al bisoño torero que no pudo estar a la altura de las circunstancias, al grado de ser prendido a la altura de la cintura con la fortuna de que el astifino pitos del burel no hizo carne y todo quedó en un susto mayúsculo, pinchó hasta en tres ocasiones para finalmente dejar una entera que fue suficiente, se retiró entre palmas al callejón.
Cerró plaza el novillero sin caballos Ricardo de Santiago (azul rey y oro), el joven potosino, ante un eral de bonito tipo de nombre “Trovador”, número 46, de 353 kilos, Ricardo mostró solvencia instrumentando una faena bien estructurada en la que hubo series de muletazos muy templados, passaporto de una estocada al astado y se le otorgó una oreja.
La crisis que se viene dando en nuestra Fiesta Brava, en cuanto al poco número de novilladas que se celebran, se refleja en las fatigas que pasan los jóvenes toreros en cuanto los astados les exigen, aun cuando, como se mencionó antes tres de ellos, son los que encabezan el escalafón, pero de eso hablaremos la próxima semana.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.