En México, Panchos Villa y SME defienden a Maduro

    •    El apoyo a Maduro enfadó a un grupo de venezolanos que también se dio cita en la embajada, ubicada en la colonia Polanco


Venezuela vivió este domingo una jornada electoral para la Asamblea Constituyente, calificada como “un triunfo” por el gobierno del presidente Nicolás Maduro y considerada como “un fraude” por parte de la oposición.
De acuerdo con agencias, la jornada se caracterizó por la violencia en Caracas y otras ciudades del país, que según cifras oficiales de la Fiscalía General dejó la muerte de 10 personas, aunque la oposición hablaba de 16.
En tanto, las agresiones en torno a la elección por la Asamblea Constituyente de Venezuela llegaron hasta la Ciudad de México, donde miembros de organizaciones campesinas, algunas ligadas al PRD, y del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se erigieron en defensores del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y chocaron este domingo a golpes y empujones contra residentes venezolanos que protestaban contra la Constituyente frente a la embajada de su país.
Muy temprano, camiones con integrantes de asociaciones como el Frente Popular Francisco Villa, Movimiento Social por la Tierra, Vivienda Popular Juan Colorado, Movimiento Nacional por la Esperanza (del perredista René Bejarano) y el SME arribaron a la embajada venezolana para realizar una jornada político-cultural a favor del gobierno de Venezuela.
El apoyo a Maduro enfadó a un grupo de venezolanos que también se dio cita en la embajada, ubicada en la colonia Polanco, para protestar en contra de la elección de la Asamblea Constituyente, a la cual calificaron de “fraudulenta, ilegal y violatoria de los derechos de los venezolanos”.
Los 50 venezolanos quedaron superados por más de 200 integrantes de las organizaciones campesinas. El ánimo se encendió cuando el grupo de campesinos y electricistas comenzaron a gritar asesinos y terroristas a los venezolanos, a quienes se les impidió hacer su protesta frente a la embajada. Algunos elementos de la policía capitalina trataron, sin éxito, de impedir los empujones y golpes de uno y otro bando.

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